Y tambalea su vertiginosa carrera política que lo pondría como un tramposo en pos de una diputación federal, por cierto de la Legislatura de Peña Nieto.

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¿Dónde quedó la bolita?, ¿dónde esos dos votos cuya falta en la elección de la Comisión Permanente del Congreso del Estado la hace ilegal?

El artículo 17 del Reglamento Interno, pudiera adolecer de una interpretación que genere el vacío aprovechado por los subordinados del ejecutivo: Durante los recesos del año legislativo funcionará una Comisión Permanente compuesta de un presidente, dos secretarios y un vocal, los que serán electos por el Pleno mediante cédula y a mayoría de votos, de acuerdo con lo previsto en la Ley.

Pero, ¿qué dice la Ley?

Es el artículo 51 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo la que disipa dudas: En los periodos de receso de la legislatura funcionará la Comisión Permanente del Congreso del Estado, integrada por cuatro diputados en los términos siguientes: Un Presidente, que será al mismo tiempo el representante legal del Congreso, dos secretarios y un vocal. Los integrantes de la Comisión Permanente se elegirán mediante votación por cédula por las dos terceras partes de los integrantes de la legislatura.

Las dos terceras partes de 32 diputados son 22, no 20, como ocurrió con este vulgar mayoriteo, que hoy tras el rechazo de la Suprema Corte de Justicia a la Acción de Inconstitucionalidad presentada por 12 legisladores del PAN, PAC y otros institutos políticos, activaron una incomprensible arrogancia en ese grupo, regido por la complicidad para vulnerar a la Ley, y motivado en la sumisión a un Ejecutivo que no da tregua, porque así se lo mandata su particular interpretación de la democracia.

El presidente de la Comisión de Coordinación y Concertación Política, el priísta Marco Antonio  Mena Rodríguez, se ha anotado un triunfo pseudo legal. Lo ha celebrado con brincos y aplausos, como lo hacen los seguidores de la selección de futbol cada que anota un gol.

Sin embargo, ha perdido la credibilidad.

Qué escenario tan distinto sería detentar un liderazgo incuestionable.

Ha destruido su credibilidad. Y con los apetitos que tiene de disputar el derecho a suplir a Mariano González Zarur, pierde lo más, por la corrientada esta de colocar siervos de un amarillo silvestre a un costo moral impagable.

En el mejor de los casos, los promoventes de la acción de inconstitucionalidad harán un nuevo intento ante la Corte, porque los dos votos faltantes para completar dos terceras partes de los diputados no los provee la conducta delincuencial de una pandilla obstinada en suponer idiota a un Pueblo que, impasible la observa y toma nota para actuar en mejores momentos, acaso a la hora de emitir votos en los infaltables compromisos ante las urnas.

Pero el descrédito de Mena y acompañantes es perenne.

Pinta su raya el gobierno federal

Y cómo no establecer parámetros de comportamiento y calidad entre el Gobierno de la República y la pandilla y su patrocinador.

En un mensaje tan claro como lo quiera entender los gobernadores de los estados y el jefe de Gobierno del DF, el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, citó a los 32 representantes de la Segob y les dio su lugar: “son ellos los coordinadores de los representantes de todas las instituciones del Gobierno de la República en cada una de las entidades federativas y el Distrito Federal”.

El deslinde no puede tener mejor génesis. Estados como Tlaxcala se han desentendido del concierto nacional a causa de la autosuficiencia, soberbia y hasta comportamiento delincuencial de sus autoridades locales, usando a conveniencia las siglas del partido del presidente Enrique Peña Nieto.

Esas autoridades suponen cosa fácil desentenderse de una línea dictada desde Los Pinos, con más altura de miras de la que puede ejercer un gobernante de la prehistoria, como Mariano González Zarur.

El mismo que despreció a los delegados y luego intervino para colocar a quienes creía incondicionales, hoy debe entender que la corrupción, el involucramiento de sus familiares y su injerencia en los poderes Legislativo y Judicial, son despreciados desde las altas esferas del poder en el país.

Con González Zarur, la imagen de Peña Nieto está por los suelos.

Y al tlaxcalteca poco le interesa.

Tiene sus planes. Habrá de hacer diputado a su hijo –al menos eso intenta-, seguirá promoviendo a la hija con recursos públicos, y continuará inculcando la arrogancia a sus efímeros vasallos que despachan en Allende 31.

Y, según se ve, eso al Gobierno de la República ya lo colmó.

Mas la autodestrucción  mariana ha llegado tan lejos que nada más es cuestión de tiempo para ver cómo se derruyen rasposidad y envaltonamiento del sujeto que pasó de tahúr en el burladero de la México, a lo mismo, pero en el Palacio de Gobierno de Tlaxcala.