Lo del fertilizante y su indebida venta, acabaría por ser una cortina de humo con la cual pretenderían cubrir los otros negocios… ¡los programas fantasma!

e2899

De aquella bonanza efímera por tierras huamantlecas con la cual reverdeció el rancho del muchacho, primero a la sombra y luego liberado no sin antes dejarlo sin cosa alguna, queda el mal sabor de boca ocasionado por lo que puede haber tras esta especie de teatro, montado con toda perversidad, acaso por alguien a quien convenía algo así como un chivo expiatorio, blanco de las pedradas arrojadas por esos sin tantita solvencia moral para hacerlo.

Es una muestra del manchisistema, dominado por el interés personal de cada personaje, ajeno a progreso alguno del estado… mejor, atento a aprovechar las crisis marianas, para decidir a qué hora hunden el colmillo los presupuestos de sus dependencias y sobre todo, en los negocios a su alcance.

No es nueva la corrupción en el área de fomento al campo. Se trata de una burocracia que decide y engorda, que quita y pone, y a veces hasta desaparece a sus semejantes.

Por eso, el encarcelamiento de los Palafox de Huamantla, apenas descorre la cortina de, por ejemplo el escandaloso bardeado de más de cuatrocientas hectáreas en dos ranchos, otrora quebrados –así como el del muchacho al que dejaron frío- pero hoy florecientes ejemplos cuyos dueños suponen sencillo jugar el dedo en las encías de los fiscalizadores, estatales y federales.

Dicen que esto ha quedado en familia.

Y el mal uso del fertilizante se aprovechó como el mejor distractor.

De la burocracia que les platico muy metida en el sector, crecen los rencores a causa de otros negocios, no compartidos y por lo tanto con mala estrella en su destino.

Hasta podrían superar con creces los nada despreciables 22 millones de la urea en manchisacos con la leyenda PROHIBIDA SU VENTA.

1.- Dicen que son los enseres discretos pero tan necesarios en el surco, como difíciles de rastrear… pequeñas sembradoras, arados, en fin estas herramientas a las que conocemos como yunta, jaladas por caballos, y tan ligeras que en ocasiones basta con la pura fuerza del labriego.

Se trata de miles de unidades, ¿compradas con sobreprecio?, ¿fingidas en los informes?, ¿cómo comprobar su buen destino, cómo saber si llegaron a las manos que las necesitan?

2.- También, de ahí ha salido lo que puede ser otro de los grandes negocios. De ese tipo que ocasiona cefalea: los programas fantasma. Dicen que en Puebla hay un despacho, creo que de unos tales Meléndez, eficaces y soberbios manipuladores de programas que a los ojos de quienes sueltan la firuliza nos muestran creativos y muy luchones, de esos que siembran betabeles y pueden cosechar el jugo.

Ah, con esos presuntos programas fantasma.

¿Qué dirán los fiscalizadores de semejante inventiva?, porque seguimos iguales de pobres. Pero en los reportes… somos brillantes.

Si a los Palafox los dejaron sin patrimonio, pues siguiendo una de las máximas marianas, hay que obligar a esos condenados rateros a vomitar los ranchos y la riqueza desquiciante que han podido concentrar ahí.

Y que la información deje de conformar viles expedientes especulatorios para configurar verdaderas denuncias ante el Ministerio Público Federal, y no es que no confiemos en el del fuero local pero, como estarían involucradas cifras con muchos ceros provenientes de programas del Gobierno de la República, pues para que nos hacemos tontos, verdad.

Y el pasaje qué culpa tiene

Entre los sombrerazos de una avejentada y desdibujada senadora Lorena Cuéllar Cisneros. Entre las maldiciones de quienes ninguna vela tenían en este entierro, culpa de unos transportistas irresponsables con deudas impagables al Seguro Social, cientos de pasajeros fueron bajados injustamente en los distintos operativos para desmantelar a Urbanos y Suburbanos de Tlaxcala.

Lo que duele es la brutalidad policíaca de los profesionales de la intimidación, a quienes los involucrados en este conflicto solicitaron su apoyo, sin reparar en los daños colaterales a quienes nos trasladábamos de la casa al trabajo, como principales destinos.

Nuestra agraciada responsable de Comunicaciones y Transportes, ¿la perredista Gisela?, tiene ante sí la oportunidad de oro para escudriñar y conseguir logros en el torcido y asqueroso transporte de personas en el estado.

De las unidades pirata a las que son patrimonio de líderes rateros, rojillos, azulinos y amarillos… claro, tricolores, hasta los camioncitos que cobran lo mismo de Apizaco a Tlaxcala que de Tlaxcala a Puebla. Que tienen dinero sucio en sus manos explotando la ruta a la Ciudad de México, porque no puede haber servicio, que se preste con un costo tan elevado.

La deuda impagable de USU nos lleva a pensar en su quiebra absoluta.

Ni con el costo de las unidades completan para cubrir sus compromisos.

Quienes hemos padecido el maltrato como pasajeros, en las USU o en los ATAH, o en el transporte que ustedes necesiten, vemos que con estas medidas meten en cintura a los que se creían intocables, aunque a nosotros nos atropellen y nos dejen ahí maltrechos, al fin que no somos más que unos insignificantes pasajeros.

La esencia amarilla

Hace más de siete años, Mariano Andalco, entonces dirigente perredista, ya anunciaba el cisma en su partido.

Y si no fuera por las tímidas demostraciones de liderazgo de Cristóbal Luna en la dirigencia estatal, aún estaríamos maldiciendo comportamientos como el de Salvador Méndez Acametitla, casi como cáncer óseo que carcome la estructura fiscalizadora del Congreso.

Hay otros que han vendido la causa. Ser rojillos les representó pingües ingresos, al grito de ¡somos de la oposición, ábranla porque venimos tumbando caña!

No tumban cosa alguna pero han acumulado concesiones, dinero, plazas… eso que llaman capital político.

Así que el llamado de Cuauhtémoc Cárdenas, haciendo polvo a los chuchos y señalando a sol tabasqueño de AMLO, es el filtro por el que ya no cabrán ciertos panzones y comilonas perredistas que por lo pronto hoy, lamentan la peritonitis que los ha llevado a la última parte de su… ¡desempeño político!