Se supone que debería estar en los cuernos de la luna del poder, satisfecho con tantos logros y con el aprecio de su gente… pero, ser el filtro para castigar a cientos, de plano lo dejó inerme.
La víspera del segundo, «informe ciudadano», en el discurso mariano estuvo muy presente esta especie de posible escenario, de una salida anticipada del poder, aunque entre frases de suma contundencia respecto a la intención de llegar hasta el último día del mandato constitucional.
O la obra ha sido espléndida y su difusión, de muy pero muy bajo perfil, o ese filtro personal para interiorizarse en las fichas de los elementos considerados como riesgosos para su administración, de plano lo agotó, al grado que pudieron filtrarse verdaderos verdugos para la causa enfundados en traje de ovejas.
Y dieron al traste con la operación y los recursos. Acabaron con el partido y no en pocas ocasiones desconocieron o cambiaron las órdenes de arriba.
No hay humanidad que aguante una desconfianza tan a flor de piel como la de Mariano, cuya espera de cuatro sexenios para hacer realidad su sueño lo despojó de ese gusto, de ese entusiasmo que, a llegar a la cúspide del poder lo lleva a tener este tipo de expresiones, ocultando el fracaso, mas consciente de que este ha de llegar.
Nos hicimos la entidad de las guarniciones y las manos de gato a las escuelas. Un sexenio de franco decrecimiento en medio de la solemnidad.
Un llamado constante a la adoración del líder, a la aceptación de esa sangre del medio oriente que da pie a un temperamento en cuya expresión va implícito un malinchismo con turbante.
Los mensajes que podrían venir ocultos en este regateo de sus afectos: «me les voy eh… me les voy», van de lo despreciativo a lo agotado, dos defectos insuperables para quien tiene interés en ser recordado por lo menos como una autoridad decente.
Además de los: «no me importa cómo me recuerden», portadores del desamor en quien debiera ser parte de la tierra ideal, destacan las preferencias por elementos e instituciones externas, los cuales, dicho sin más adorno, han venido a saquearnos.
Qué deseable sería ver a un líder entregado. Pero no, hay en esa falta de compromiso ese factor sexenal del desapego disfrazado de pragmatismo, que en realidad es el profundo deseo de ser farol de la calle y oscuridad de la casa.
Pedro y el deportivo
A lo mejor la idea de adquirir el Mustang va de la mano con la idea de ser un triunfador. No tendría porqué no serlo, nada más que hay varios pendientes que aclarar y, al parecer el deseo de emprender un viaje muy largo.
Mientras haya un proveedor que se sienta defraudado, mal haría el ex alcalde Pedro Pérez Lira en tratar de dejar el estado o el país.
Acaso sustituyó por la comuna a Lorena, su madre política que mantuvo en la discreción los tumbos del cuatito, que tan insignificante se veía en ese grupo, disgregado y en casos extremos como este, castigado al pésimo recuerdo.
Post Views: 45