Suponíamos que el concepto de colegiado sería para las nuevas administraciones una de sus posibilidades para dejar la inmobilidad, en el prometido esquema de gobiernos corporativos
Primero dio señas de buscar el fondo de lo que puede ser el más escandaloso saqueo de un organismo descentralizado. Luego se comportó como un encubridor bajo el supuesto que quienes vivimos en la capital nos estamos chupando el dedo.
Y para remachar el episodio, qué mejor que llevar al pueblo al baile… con la danzonera en el kiosco capitalino, donde el alcalde panista Adolfo Escobar Jardínez, da señas de incapacidad para superar las frivolidades de su antecesor. No porque danzonear sea negativo, sino porque es de las escasas alternativas antes de aceptar que su falta de liderazgo, desde el inicio de su administración lo dibuja como rehén de un cabildo que ya le detectó el lado de su apanicamiento.
Aquél ofrecimiento del gobierno albiazul corporativo descendió al nivel de más de lo mismo, presto a negociaciones oscuras y expuesto a hacer un papel muy parecido del estruendoso y simpático priísta Pérez Lira.
Dejar a su ejército sin comida
En esta dinámica, Apizaco transita por momentos difíciles en la relación del alcalde, Jorge Luis Vázquez Rodríguez, el cabildo, empleados y colaboradores.
Una mala decisión: meterse con su bolsillo para financiar el programa de bacheo, con el que la comuna arrancó disponiendo de 450 mil pesos que si bien paliaron una de las más sentidas molestias de la gente, lo hizo a un elevado costo.
Complejidades
Cada municipio tiene sus problemas muy particulares, pero tras la competencia electoral se esperaba más de los panistas.
Sin embargo se aislaron. Quedaron en aparente desamparo y han tenido que enfrentar severos problemas, cuando se suponía el inicio de una intensa dinámica, conscientes del fondo al que llegaron tras perder la gubernatura en 2010 y la Presidencia en 2012.
En Huamantla, por ejemplo, pese al origen orticista del priísta que se fue, Carlos Ixtlapale, como del panista que llegó, Alejandro Aguilar, ha sido imposible refrenar la inconformidad por el caos heredado por el hijo del notario.
Suponíamos que al haber ganado los municipios más importantes, habrían optado por organizarse y no parar hasta conseguir recursos que les permitiesen superar lo que hoy se convierte en danzón y castigo al bolsillo de empleados y colaboradores.
Al ejecutivo no le ha quedado más que sentarse a la vera del río y vera estos, que tanto prometían, ahogarse en sus propias expectativas.
Misoginia
El auto de formal prisión a los responsables de la quema de patrullas en Tocatlán, nos lleva a contemplar la cortedad de miras del responsable de la gobernabilidad interna, cuya misoginia a flor de piel no deja de combinarse con las horas extra vividas en la secretaría de gobierno.
Cuando lo importante sería afianzar la estabilidad -¡en la etapa de consolidación!- aplican un castigo ejemplar a quienes fueron hallados culpables de aquellas faltas: mujeres en su mayoría.
Es raro, pero no hablando de recursos no hay pronunciamiento alguno respecto al saqueo de recursos como en la Comisión de Agua, o en la plaza del bicentenario, pero las patrullas destruidas por un problema mal atendido en Tocatlán, son reclamadas a uno de los costos más altos, a punto de revertirse.
Los cambios no pueden demorar. Moctezuma Domínguez es un costo muy elevado para la admistración González.
Pero el tiempo transcurre. Y de aquella consolidación, insisto, hemos caído en un profundo bache al seguir sosteniendo a personas -.Munive, Parker, Vega- que hace tiempo debieron haberse jubilado.
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