No le costó trabajo porque hoy los mercenarios van de la mano con el negocio de hacerla de político de oposición, nada más unos meses, y después ser la nueva echada de ricotes…

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¿Para qué sirve una mayoría pobre en el Congreso?, pues para dejar de ser pobre… y para dejar de ser mayoría, como pasó con los perredistas, «emblemáticos» de Tlaxcala, esos a los que trastorna el olor a billete.

En eso van a parar los recursos con los que debería haber más y mejores servicios. En las cuentas de políticos de quinta que navegan con bandera de demócratas. Y hasta tienen un discurso propio respecto al Compromiso Social… sí chucha, esa acción, les asegura medrar con la prole pero, diciéndose parte de ella.

Ahí los tiene, fuera del G-18, al cual utilizaron para estirar la liga en la pierna flaca de Marco Mena, y amenazaron con soltarla… pero luego la regresaron a su lugar pues la otra mano tuvieron que ocuparla para sostener la bolsa de lana con la que sus ímpetus izquierdosos valieron madre.

Esta vez fueron Eréndira y Méndez Acametitla. Faltan otros. Falta seguir demoliendo el presupuesto.

¡Oigan, qué buen negocio es hacerla de diputado de oposición!, salieron peores que los priístas.

Homologación obligada

La elección de julio del año pasado debió abrir los cambios de fecha para que en 2018 haya comicios generales, y deje de haber minúsculos ejercicios en distintas fechas, con el consecuente desgaste.

Pero no se hizo.

Así que a esta legislatura le toca aplicarse a fondo para cumplir con el mandato constitucional que prácticamente marca el inicio del peñismo y su paquete reformista.

Otros estados votaron en julio por alcaldías de poco más de cuatro años. Pero aquí nos pasó de noche.

En consecuencia, en 2016 habremos de tener alcaldías de dos años, pero ¡oh sopresa!, tambien gubernatura de dos años.

¿Quién se apunta para gobernar la tercera parte de lo acostumbrado?

De todos modos, la campaña va a costar lo mismo…

Acaso significa que las Lorenas y las Adrianas, se mantengan muy discretas cumpliendo hasta el último día con su encargo de senadoras.

O que, sumadas a la larga lista de tiradores, de todas formas le entren con ejundia a la elección menos conveniente, desde el ámbito de los negocios…

No hay de otra. Los diputados, con todo y lo chuecos que nos están resultando tienen que desquitar la dieta poniendo enjundia para sacar esto adelante.

Habrán de mandar lejos al actual consejo general del IET… el del cochinero; y sentar las bases de los comicios verdaderamente extraordinarios.

Adolfo, los nuevos retos de la gobernabilidad

Se disipa el ambiente lleno de nubes tras alcaldes de triste recuerdo, como el tal Pedrito Pérez.

Tenían que recurrir al reparto infame del presupuesto para tener contentos a regidores y presidentes de comunidad.

Nos dicen que Pérez Lira, manejaba sueldos hasta de 35 mil pesos. Y solo así podía medio gobernar.

Crece la versión de que Adolfo trae entre manos aumentar casi un cincuenta por ciento esa destrucción del presupuesto.

Ello significa que regidores y presidentes aspirarían a salarios de casi cincuenta mil pesos mensuales.

De ser cierto, ¡qué mal! porque para llenar la panzota a uno de esos señores que en bola dan o quitan gobernabilidad a un alcalde -sobre todo porque el miedo no anda en burro- dejamos de tener un buen servicio de limpia, unos parques y jardines al nivel de la capital tlaxcalteca y desde luego, nulas esperanzas de convertirnos en ese centro cultural de la región.

Esto no nada más ocurre en Tlaxcala.

Hoy, el cuarto poder -o sea el municipal- ha irrumpido con todo en el escenario  y lo hace despachándose con la cuchara grande, a costa de un crecimiento minúsculo o de plano nulo.

A propósito de los diputados mercenarios

Lo que abunda en este momento es la lana en el Congreso. Dicen que el PRI soltó dos melones por piocha para lograr la votación que le permita hacerse de coordinaciones y direcciones estratégicas, al grado que al PAN nada más le podría dejar la mesa directiva.

Son los nuevos aires de la democracia a la tlaxcalteca.