Al poderoso grupo Hidalgo le hacía falta alguien que le hiciera el trabajo sucio y que le jurara lealtad, ante los desprecios Presidenciales.

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Hipotéticamente subió nuestro nivel de vida. Al menos esa es la creencia del secretario de Finanzas del gobierno estatal, Ricardo García Portilla, quien sin embargo, en declaraciones a la Jornada de Tlaxcala reconoció que esa alza en los ingresos de las familias no es percibido por ellas.

Estamos bien, pero no nos damos cuenta de ello.

Suena un poco raro y apunta al pésimo trabajo de difusión de las acciones del gobierno estatal. Claro, hay que ser honestos, por más intensa que fuese la labor del vocero Vega Crespo, cómo convencería a la gente de que la pobreza amaina si en realidad ha tomado visos de miseria.

García Portilla juega un papel fundamental en la sucesión de Mariano González pues, goza de sus afectos, tal vez por su lealtad o por lo eficiente que ha sido a la hora de hacer magia con las cifras.

Tiene que darse prisa para ganar una elección si es que quiere ser candidato por el PRI, así que su promoción no nos debe sorprender.

Uraño, con escuelas más que radicales en el tricolor y con la ventaja de verse sin la lesiva presencia de Mario Armando Mendoza, al secretario de Finanzas de Tlaxcala, se le dan las cosas, primero para ganar una diputación federal y luego, para dar congruencia a sus aseveraciones.

Mire, recargarse en el fenómeno de la percepción para explicar una mala politica social no abona a superar el actual posicionamiento del gobierno tlaxcalteca en el espectro nacional. Tenemos el peor gobierno, según lo advierten el gremio empresarial, analistas serios y por supuesto, los adversarios del ciudadano gobernador.

Alianza perversa

Ver la madera de García Portilla para colocarse como el objetivo de un proyecto de continuidad, nos invita a dirigir la mirada a la química entre el mandatario tlaxcalteca y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Versiones de insistentes reuniones del segundo hombre fuerte del actual régimen, con ex gobernadores hidalguenses y hasta personajes encumbrados del peñanietismo -como el ex gobernador Jesús Murillo Karam, actual procurador general de la República- nos describen la perspectiva de Osorio, cierto, anticipada pero con reformas logradas merced al oficio del mexicano-oriental, eso sin mencionar al Pacto por México y sus formidables resultados a los intereses tricolores con el presente y futuro del país.

En Tlaxcala, antes de ver la reciente tragedia electoral, el gran operador de la misma pudo advertir que el poderoso Osorio requería de ayuda para salirse con la suya  en el proyecto de conquistar Apizaco.

Hizo suyo ese proyecto -pese a la original animadversión con Rafa Ortega- y echó la casa por la ventana.

Para sus opositores fue un terrible fraude electoral, pero interior de su partido no cesaron los elogios a semejante hombrada, ni más ni menos que dar la vuelta a un resultado donde había sembradas demasiadas dudas.

Y no lo soltó. Y sólo una verdadera atonía del Trife podría revertir la asunción de un mocharrabos como alcalde del municipio más rico de Tlaxcala.

Pero esas son minucias.

Lo valioso para los protagonistas es ver un futuro con posibilidades de seguir brillando (y hasta olvidar los episodios en los que su libertad se vio comprometida por el parecido tan marcado con Granier).

Esa alianza era la única manera de superar del desdén de Peña Nieto al viejo espécimen, necio y antipopular que de plano no tuvo acceso a su petit comité.

Total, se la juega por Osorio… y lo que dios diga…

Ah, pero en el inter, será primordial reproducir en una eventual elección estatal el cochinero de Apizaco.

He ahí donde encuadra el jovenazo de las raras declaraciones que señalan la falta de percepción popular y no las ínfimas cifras reales, tan parecidas a la información oculta de su antecesor que se me hacen tema para que Juan Gabriel les cante aquello de «te pareces tanto a mí….».

No es casualidad que Noé Rodríguez haya quedado fuera de cuadro. Digamos que es una asunto donde los calpulalpenses juegan papeles protagónicos, siempre y cuando acepten las condiciones impuestas por su amo. Nóe es útil, mas no es el proyecto mariano.

Tras un michoacano, ¡una michoacana!

La «jeny», una suplente de senadora michoacana cuyo nombre es Eugenia Méndez Márquez, ha quedado como heredera del feudo del cual fue extirpado Mario Armando Mendoza Guzmán, y según los comentarios de sus íntimos, pudiera ser ella quien lo supla formalmente ante los ojos del señor don Manchis.

Imagine los desplantes desvalorizantes del profe Mendoza, nada más que ahora en «la senadora».

Los purépechas lo hicieron tan mal que ya no hay otra cosa qué perder para este gobierno, teniéndolos como sus gurúes.

¿Méritos de doña Jeny?, Haber manejado la red de mujeres. ¿Bien?… yo nomás dije haber manejado la red de mujeres…