Y hay pruebas que me llevan a pensar que el próximo gobierno sometido al escrutinio con cara de sacrificio, es el nuestro.

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Uno que otro funcionario del sexenio de la intolerancia debe haber puesto sus escasas barbas a remojar tras el encarcelamiento de José Manuel Sáiz Pineda, el ex secretario de Finanzas del gobierno de Tabasco, a las órdenes de Andrés Granier, acusado del delito de desfalco al presupuesto del estado.

Capturado cuando pretendía dejar al país, con una cantidad impresionante de efectivo, Sáiz Pineda no es un simple ex servidor público denunciado por el nuevo mandatario tabasqueño, el hoy perredista Arturo Núñez Jiménez, es una pieza fundamental para afianzar al Pacto por México, conteniendo la ira de perredistas y el despecho de panistas -hoy fuera de Los Pinos.

Hay alguien más particularmente alegre con esta detención. El presidente Enrique Peña Nieto. Crítico de sus viejos compañeros de partido, acostumbrados como Granier, a gastar miles y miles de pesos tan solo a la hora de comer. Era una ofensa enterarse de los excesos de este cínico gobernador, disponiendo del erario público para satisfacer las excentricidades de su familia y las propias.

Aquí no cantamos mal las rancheras. Cierto día, el bigote más temperamental del sexenio pidió a su tesorero una cantidad importante de efectivo. Sus deseos no fueron cumplidos. Y tembló el estado, ¿cómo carajos no va a haber centaviza si para eso te puse, inútil? (los demás adjetivos los omitimos pues resultan obvios.

Así como lo oyes -sería la respuesta- y además te informo que es imposible la comprobación de cantidades monstruosas de dinero debido a que la facturación es deficiente y a que se empleó en inversiones, digamos amañadas.

O los gastos que se hacen para comprar cosas lujosas para recibir en la Casa de Gobierno a un Subprocurdora.

Por eso da coraje ver cómo a los constructores que cometieron el error de hacer negocio con el gobierno que les platico, hoy les doren la píldora conque les van a liquidar sus chambas mediante un crédito adquirido con Banobras, siendo que en su momento había y suficiente para cubrir lo solicitado.

Cacarear las buenas condiciones de las escuelas es una de las frases de moda. Lo hace sin embargo a las costillas de dichos empresarios a quienes en mala hora el chavo del 24 (este sobrenombre proviene de las tres comisiones de ocho por ciento 8X3=24) (creo que también lo conocen como Roberto) los convenció y antes que nada les pasó la charola.

O sea, todavía no les pagan y ellos desde antes de firmar el contrato ya habían cubierto la comisión exigida.

Señores, eso es una vil cadena de actos de corrupción.

Y miren que hoy, con eso del Pacto por México, los sabuesos del Gobierno Federal andan muy movidos detectando casos como este, para llevarlos a donde les aplican el filtro de Peña y todos los que están tras él, y entonces deciden defender, sacrificar o en el peor de los casos dejar a su suerte a los involucrados.

No intento meter ruido a los funcionarios. Ya han de tener suficiente con los problemas generados por su conducta ingobernable, pero nada más hay que ver las silbatinas perfectamente organizadas al de la casa, cuando ha venido el presidente Peña Nieto.

Sus organizadores no han perdido oportunidad para darse el gusto, de ver ridiculizado al tlatoani de provincia más temperamental de la historia.

Así que la conformación de la nueva Legislatura debe quitarle el sueño a quien había hecho del embute un arte mientras el estado se hunde en el desempleo y por consecuencia una dolorosa pobreza.

Y esos diputados que aceptaron unirse a corriente súbita de nuevos ricos no han de dormir tan tranquilos, sabiendo que sus infamias tienen empobrecido y humillado al pueblo del que se dicen representantes.

Una de las voces que sobre este tema más ha destacado en el proceso electoral, es la del ex rector Serafín Ortiz Ortiz. Desde hoy, adelanta su compromiso por dar al nuevo Congreso la dignidad que poco a poco fue perdiendo, y eso, le aseguro, al señor que despacha enfrente no lo hace feliz.

Tlaxcala es un estado de grandes conflictos entre su clase política, escasos logros de quienes están en funciones y una indignación que cada día crece más en su gente, pacífica y chambeadora, pero hasta el copete de esta cruel política laboral, con tendencia a carcajearse cuando ve sufriendo a las familias.

Quien encabeza a ese sistema tiene gustos de veras extraños. Nadie en su sano juicio podría regodearse al ver cómo cae su estado. Pero a él, eso parece alegrarlo.

Así que la elección en puerta es la oportunidad para frenar en serio este desempeño tan, pero tan parecido al de Andrés Granier en Tabasco.