Lo malo de esta estrategia son los pasos agigantados pero hacia atrás, además de los odios entre hermanos, un bizarro gusto muy arraigado en esta casta.

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La tentación del trueque doblegó a don Mariano a mostrar por enésima vez el cobre, esta ocasión ante la comunidad universitaria, a la cual exigió reciprocidad tras haber gestionado recursos extraordinarios para la institución.

Hace unas semanas el rector, Víctor Job Paredes, ponía en evidencia la estridente propuesta marianista, pues los cacareados recursos extraordinarios no eran sino parte del ejercicio presupuestal vigente, mas en el proceso electoral, los expertos del ejecutivo seguramente le sugirieron cambiar su modo hostil hacia la Máxima Casa de Estudios de la entidad.

Abogado o contador, privado o público, el mandatario no debe bajarse de esta dinámica que lo congracia con la más importante comunidad tlaxcalteca, en todos los ámbitos, principalmente el académico.

Pero ver el entusiasmo de miles de jóvenes, potenciando el proyecto que tengan en la mira, es esa suerte de ambición que difícilmente puede satisfacer de persistir con sus hostilidades.

Suele don González generalizar, mas los universitarios son tan heterogéneos y librepensantes que la influencia setentera en la política de aquél queda corta, nulificada, ante la grandeza de la Universidad.

La división… la estrategia

Si algo ha funcionado a quien despacha en la oficina más lujosa de Palacio es la insidia.

Generarla y luego atizarla le permitió, por ejemplo, alianzas perversas con quien en su momento le representaba competencia electoral.

El caso es que tanto taladró en partidos y grupos que acabó por distanciarlos, aprovechando la proclividad que lamentablemente tenemos a desbordar nuestra ira ante intentos malévolos que buscan distanciarnos.

Hay quienes vivieron con la sombra en sus espaldas para conseguir la división de los pueblos.

Yo diría que el non viene de Michoacán y ha llenado sus talegas con ese despreciable oficio de hacer pelear a los hermanos. Pero hay otros, no crea que esa forma de ser nada más la tienen los purépechas.

Digo, ´para no ir más lejos, tenemos a Tonchis, hoy por hoy el hermano incómodo. Incapaz de producir un centavo en su azarosa carrera de la nada, ha vivido a la sombra del carnal, quien antes le tenía un justificado recelo pero, con el tiempo se dio cuenta que hasta los fardos pueden ser útiles en la construcción de algún proyecto.

Es así que Tonchis llega a Apizaco, como operador master de Manchis. Y para qué le cuento una de sus primeras hazañas: romper el compadrazgo de años y de grado entre su brother y el médico de cabecera de la familia, don Loncha Vázquez Soto.

Así, sin consideración alguna sobre los vastos recuerdos de esa relación de años y años, llegó Tonchis con el tranchete a hacer lo que sabe: nada, bueno, casi nada porque bien que sabe ganar una feria demoliendo relaciones y gozando con el sufrimiento ocasionado.

Le decía, es un gusto bizarro al cual gentes de esa ralea adoptan como traje a la medida. No creo que en el negocio de las chamarritas verdes (feítas, feítas) haya mediado un cinco de buena intención. Así que dentro de la abierta vulneración a aquello de: ni familiares ni amigos, el nuevo operador político, seguramente acompañaba al bigote más poderoso de Tlaxcala y al hoy legendario periodista de la farmacia completita en la mariconera, derramando, como parte de sus gustos guarros, los botes de leche de trabajadores que pasaban el día entero en el reparto, mientras esos mozalbetes, malos, malos, se dedicaban a divertirse a sus costillas.

Entonces fue creciendo la adicción al mito. Y llegaron al doctorado del mismo. Con ideas que lo sugieren un estadista con grandes deseos de aportar a la democracia, cuando en realidad lo que funciona es esta insidiosa costumbre de dividirnos.

Hace unas entregas le platicábamos de aquella reunión entre una señora de apellido Dávila, un grotesco ¿dirigente panista, Roly? y el as de la división tlaxcalteca.

Ya luego nos fuimos enterando, según dicen, de los 700 mil varos entregados al tipo que encabeza la Sala esa del monólogo legal-electoral, para provocar la caída de Alejandro Aguilar. También ahí se fraguó en fregadazo a Antonio Mendoza.

Y creo que ayer a las oficinas de Bucareli, donde despacha Miguel Ángel Osorio Chong, llegó una comisión de partidarios de Paco Hernández, que ya sienten la intromisión cínica y metiche de quien esta vez hace la elección ideal, no como la de 2012.