Es la más improductiva discusión entre una servidora pública que detectó grupos ciudadanos de autodefensa y otro mando superior, empeñado en negarlo, por quién sabe qué extrañas razones.

Lo malo de ser un funcionario fuereño en el gobierno de Tlaxcala, es que se ignoran los antecedentes de las regiones, usos y costumbres y la necesidad de contar con  -como ha ocurrido en comunidades cercanas a la Malintzi- Policías Rurales, o con organizaciones de ciudadanos armados y hostiles, como las hay en Tepetitla de Lardizábal, donde comerciantes y empresarios están hartos de ser atracados en esta, «zona caliente».

Eso ocurre con el secretario de Seguridad Pública, Orlando May Zaragoza Ayala. Tlaxcala no nada más es irrumpir en el Congreso y agredir a diputados. No dudo de las capacidades tácticas del militar con licencia, pero seamos honestos… le faltan años de experiencia aquí, así como para poder ponerse rasposo con la prensa local: “No señorita, entienda que en Tlaxcala no hay (grupos de autodefensa)”, revela una nota de Gerardo Santillán, presente en una entrevista May Zaragoza.

El super guarura de Tlaxcala debería estar enterado que en comunidades aledañas a Texmelucan, los policías han llegado a combatir con pistolas de copas de plomo a la delincuencia, ágil, agresiva y con fusiles automáticos de asalto, nada más por mencionar algunas de las armas que portan.

Así que, ignoro las razones de May Zaragoza, para negar tan rotundamente la existencia de grupos ciudadanos de autodefensa.

Hace poco tiempo, al realizar un reportaje por municipios sureños, este que escribe fue retenido por varias personas armadas, que le dieron alcance tras haber obtenido algunas fotografías de talleres de maquila de pantalones de mezclilla.

Fue entonces cuando nos enteramos, primero que en la zona impera la ley del más fuerte (mejor dicho, del más armado) y luego, que los policías de Tepetitla, han llegado a portar pistolas tipo escuadra, pero nada más para aparentar que están armados, no para enfrentarse al crimen organizado, tan vigente en esta parte del estado, y mucho menos para someter a sus miembros.

La revelación de grupos de autodefensa no pudo tener mejor fuente: el C-4, cuya encargada de despacho, Victoria Ramírez Solano, ya cumplió con dar la alerta. Dependerá de la sensibilidad de May Zaragoza y su superior, el aplicarse a fondo para actuar caso por caso; para negar lo dicho por aquella funcionaria; o para auto promover, «el elficiente diálogo con los ciudadanos, al que recurre un funcionario de su nivel».

Mucho ojo con carreteras estatales como la que va de Texoloc a Xoxtla, vía Natívitas o por Liconsa; con el camino que comunica a la Autopista México-Puebla, Concordia, San Miguel del Milagro, y las zonas arqueológicas de Cacaxtla y Xochitecatl. Aún más, con los caminos que circundan a la Malintzin, donde cientos de turistas recorren a diario los hermosos pero inseguros paisajes.

Sabe, los retenes también alertan el nivel de desempleo, de hambre, de falta de esperanzas, ante una administración que ha hecho de todo, menos procurar el resarcimiento de ese tejido social, tan presente en sus discursos, pero tan alejado de sus acciones.

Un retén, en el fondo alienta a quien lo hace a condicionar a los automovilistas al pago de alguna cuota. Así de seria es la crisis que vivimos en Tlaxcala.

¿Lo sabrá el golpeador secretario?

Pues, aquí le aportamos un poco de lo que seguramente habrá de acopiar para poder considerarse un verdadero factor de seguridad para la entidad. Como puede usted ver, a May le faltan años, para covnertirse en el experto que nos hace falta.

Llegó el iluminado al PRI

El arribo del ex gobernador de Tamaulipas a desempeñarse como delegado del CEN del PRI, se esperaba con un poco más de seriedad. Pero al notar la irrupción del añoso pitoniso, del motivador de masas, cantante desafinado, émulo de Piporro y triunfador a priori de Manuel Cavazos Lerma, uno entiende el porqué del desencanto de la militancia.

Se fue un vividor. Un bueno para poco (para gastar lo que no hay) de Enrique González y González. Y llega el bárbaro de las pecas, el Mad tamaulipeco, el peloncito que se transforma en el micrófono y todo lo ve color de rosa… hasta el sino de derrota que tiene su partido, y que es producto del voto de castigo a las decisiones autoritarias, arbitrarias y muchas veces en un entorno de corrupción, tomadas en la oficina, «más prencipal del Palacio» (donde de veras está el mando del ¿partidazo?).

Cavazos, seguramente capacitado en Televisa, por adivinos del futuro, lecotas de carta, tarotistas y otra suerte de impostores, ha venido a empeorar las cosas, en el tricolor, por cierto recién abierto al pseudo liderazgo de José Luis González Sarmiento, luego de haber echado de la dirigencia a un presidente que cobraría candiaturas por adelantado y ahora se hace el que la virgen le habla.

Ni modo, otra temporadita en manos simuladoras, pero eso sí, más que puestas para encabezar a la madre de todas las campañas, con la directriz michoacana, la delegación tamaulipeca y el destino…pues ha de ser a España, verdad…

Injusticia en el Cobat

Por qué la señora Josefina Espinosa Cuellar, se niega a pagar el seguro de vida al ex trabajador del Colegio de Bachilleres, Juvenal Cruz Temalatzi, si laboró más de 20 años en el plantel de Chiautempan, si puntualmente le fue retenida una cuota de sus percepciones.

No me lo explico. ¿Acaso Espinosa Cuellar es tan insensible que así permanecerá ante el clamor de los deudos de hoy finado?

Me parece una de las peores injusticias de esta administración, solapada por sus superiores y confrontada contra ese tejido social, del cual hemos hablado tanto que a veces ya no me motiva.