Su función es mucho más alta que destrozar reputaciones, poner y quitar alcaldes o diputados… y de eso se encargan los órganos rectores, de poner orden con las riesgosas radiodifusoras aldeanas.

Creo que la abierta confrontación entre la senadora Martha Palafox Gutiérrez y el radiodifusor, Raúl Romero Rivera, retrata la disputa por el poder en Huamantla en que ambos personajes y sus familiares (la ex diputada panista Irma García Izozorbe, de lado de don Raúl y, los Palafox, de lado de la ex priísta) se desempeñan, como dos de los grupos más influyentes y opuestos entre sí.

Lo peor del asunto, es el monopolio que significa esa frecuencia radiofónica, entre una abundante audiencia sin más alternativa que sintonizarlos.

Y es aquí donde la radiodifusión en manos de particulares altera la esencia de la comunicación en masa, de aquella alegre y servicial acompañante, al grotesco aparato a través del cual hoy es posible ganar elecciones,  o destrozar reputaciones.

Sobre esto último la legisladora petista ha levantado la voz, argumentando ataques que pasaron de la crítica periodística a la campaña de destrucción sistemática aprovechando la enorme potencia de una señal recién mudada a Frecuencia Modulada, nítida, estruendosa y avasallante.

Supongo que la legisladora no va a limitarse a la simple protesta local tras la acción de dicha radiodifusora en su contra, sino que acudirá a las más altas instancias en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), para exigir equidad y demandar de esos empresarios una conducta que no trastoque el interés público.

Palafox rompió el paradigma que obligaba a la clase política a mostrarse sumisa ante el poderío de las empresas radiofónicas, no solo en Tlaxcala… en todo el país. Ojalá su protesta no sea limitativa a los políticos, sino amplíe el horizonte al vasto auditorio cautivo que, créame está harto de manipulaciones de carácter grupal.

No tiene mucho… por ahí de finales de 2011, que más de seiscientos radiodifusores reunidos con las más alta instancias que los rigen se comprometieron a dar una lucha frontal al crimen organizado, evitando convertirse en sus voceros y hasta cuidando el contenido de comunicados oficiales, donde la presunción de responsables pudiese extralimitarse.

Vemos la preocupación de los dueños de radiodifusoras por ser útiles a la gente.

Y en ninguna de las iniciativas acordadas, se alientan las campañas para destruir la reputación de personas y familias, como hoy lo denuncia la senadora petista.

Urgen cambios de fondo en las emisoras operadas por particulares en Tlaxcala.

Apizaco y Huamantla son dos casos de impunidad, que deberían privilegiar el interés de su auditorio y no el de sus chequeras.

Llegaron al extremo de endiosarse y, sabedores que no hay supervisión de parte de órganos rectores en su ámbito, han hecho y desecho a placer.

Ojalá la protesta de la senadora Martha Palafox Gutiérrez, no quede en llamarada de petate que solo busque inmuidad propia y de sus familiares ante Radio Huamantla, y vaya más allá… adonde una enorme audiencia le estará agradecida por su necesaria intervención para destronar la megalomanía expresada a través de miles de watts de potentes señales demasiado aldeanas, que quitan y ponen autoridades, y operan según se los mandata el bolsillo.

El maquinista que en cualquier momento se baja

Al timón de un ambiguo tren, don Mariano reflexionó este lunes sobre lo conveniente que es votar por el PRI en la próxima elección, con el ánimo de conseguir una mayoría en el Congreso.

Es notoria su preocupación debido a la innegable desventaja con la que, ¿su partido, el PRI? avanza al compromiso en las urnas. Acaso estamos ante la aceptación mariana de su debilitamiento porque al fin le cayó el veinte sobre la incoveniencia que él mismo llamó, «incapacidad nuestra para autogobernarnos».

Un Congreso dominado por los grupos afines a Mariano significa una menor inversión para poder repetir el exceso de la aprobación de la manchiley. Pero cuidado, porque un Congreso en otras circunstancias siempre mantendrá latente la posibilidad de exigir cuentas y cobrar los pendientes sin miramiento alguno.

El maquinista a bordo de un tren que habrá de cambiar de maquinista -según la metáfora mariana usada este lunes- muestra un súbito cambio de actitud, propio de esa inconveniente combinación de la farmacia y el temperamento.

Dista del sujeto golpeador de mesas, del lobo feroz que asusta a sus corderos subordinados… «piensen bien, por quién van a votar familia», eso parece haber dicho el político que negó una y otra vez a esa familia a la que hoy invoca.

La culpa es de los medios de comunicación

El gobernador no volverá a mediatizar la manchiley hata que la Corte, «en dos o tres años» defina si es o no anticonstitucional.

Esta fue otra de las reflexiones de inicio de semana.

En esencia busca culpables para aminorar el negativo impacto de una ley de confrontación, de imposición, en cuya impopularidad poco tienen los medios que ver, porque estos nada más son la ventana por donde sale la información, mas nada tienen que ver al momento en que los sindicatos mayoritarios decidieron presentar miles de amparos ante la Justicia Federal.

Efectivamente vendrá el fallo de la Corte.

Puede ser uno de los primeros logros del gobierno de González Zarur.

Aunque también puede ser una pifia más, como la cauda de estas que tanto dinero han costado al estado pobre que gasta millones en pagar asesores externos con el común denominador de perder cada caso en el que meten la nariz.

Insito, somos el estado pobre que tira el dinero al caño, nada más para financiar los berrinches del gobernante de los constantes altibajos emocionales