Pero la autoridad insiste en que se trata de delitos cometidos en otros estados. Lo peor es la permanente amenaza de ser asesinado si se denuncian los hechos. ** Devolver el triple diezmo, en manos de quien se halla la obra pública. *** Cobat, sigue la mata de los nombramientos inexplicables.
Lugar: Ocotlán. Hora: por la tarde del jueves anterior. Hechos: Diecisiete sujetos armados y violentos vaciaron, sin oposición alguna, la casa de una familia, impotente, dejada a su suerte. Como muchos, la mayoría estamos.
¿Eran Zetas, Templarios, de la Familia Michoacana? No sabemos. Lo que sí quedó marcado con la tinta indeleble de estar a un paso de la muerte, fue una sensación de terror, de soledad. Además, de soportar la amenaza: «si nos denuncias, regresamos a matarlos a todos».
Y miente quien diga que Tlaxcala está a salvo del crimen organizado.
¿Por qué aquella familia fue sometida sin que atinara a pasar una sola patrulla?
Pues qué buena suerte de los maleantes, verdad. Y a lo mejor tambien de los policías porque, tal vez también los habrían sometido.
¿Pero, y la Policía Municipal? Antes los rondines eran constantes. Después esa corporación se diluyó… la diluyeron.
¿Qué pasa con Benito Hernández y los sofisticados aparatos bajo su responsabilidad, con Noé Rodríguez, el secretario de gobierno que niega ser de utliería, con la procuradora Alicia Fragoso y sus constantes conferencias, con Orlando May Zaragoza, el tarabilla uniformado de la gran disciplina.
¿Qué pasa con Mario Armando Mendoza Guzmán, el mega asesor que cobra como subsecretario técnico?
Ahí los tiene. No pueden y no renuncian. Con un cinismo atroz que les permite ir y venir haciendo como que trabajan.
Mientras, las familias de a pie, integrantes de esa formidable clase media que trabaja de sol a sol para mejorar su nivel de vida, está a merced de los facinerosos.
¿Qué procede?
¿Acaso comprar armas, colocar cámaras de seguridad y ubicarse en claraboyas para reaccionar ante el amago de los grupos, también armados, como ejerciendo su derecho a explotar la plaza, tras haber pagado lo suficiente entre mafiosos, para considerarse exclusivos?
¿Es que nuestro destino consiste en contratar seguridad privada para impedir que nuestra casa se convierta en blanco de aquellos energúmenos?
Con los ojos enrojecidos de tanto llorar… ya sin lágrimas porque les quitaron todo, muebles, autos, cosas de valor, laptop, la mamá de aquella familia demabulaba por Sam’s, poniendo algo en el carrito para aminorar el hambre, la tristeza, el desánimo de los suyos.
Ya se sobrevive así en Tlaxcala.
La autoridad no tiene derecho de perderse entre guardias personales, mientras todos servimos de carnada.
Eso es lo que encabrona. Mientras las familias navegan solas en este mar atestado de tiburones, entre el gobernador y los funcionarios más ineficientes de la historia, se distribuyen los policías, a manera de guardias personales, no vaya a ser que alguien quiera atentar contra esos ejemplos de servidores públicos.
Pasó en El Desafuero
Bueno, ese tal Desafuero es un restaurante bien mono por el rumbo del Hospital del Niño Poblano, donde suelen reunirse algunos ricotes tlaxcaltecas con sus amigos pipopes.
La semana anterior, muchas miradas no pudieron perder detalle de un singular comensal. Por cierto, re gracioso porque reclamó al mesero no haberle servido su agüita de jamaica, «en una copitas chingonas como las de la mesa de junto». – «Disculpe señor (le respondió un mesero bien mamerto) en esa mesa están catando un vino que posiblemente degusten».
Pues era nuestro singular secretario de Obras, don Robert Romano Montealegre, popular entre la flota como el «doble erre». (bueno, al menos se parecía un chorro).
Departía con seis constructores poblanos. Todos ellos con un gesto muy serio la verdad.
Es que después de adelantarle, dicen, el diezmo (en realidad es el 24 por ciento… ya sabe, ocho pal jefe, ocho pa mí, y los otros ocho… también) nada más no ven claro. Es más, no ven nada.
Así que tras la espera de meses desde aquél alegre reparto que se frustró con una llamada de don Mariano al su constructor del sexenio, aquellas comisiones debieron devolverse a sus aportantes, y además una disculpa porque su lana nada más sirvió para comprar una planta de asfalto, para remodelar la casa del secre (oiga parece palacio turco) ah, y para tenerla en inversiones bancarias.
Ni modo, al parecer don doble erre, tuvo que romper el cochinito porque a les falló a sus cuates.
Lo malo es que no alcanzó el factor del 24, sino nada más el diez. Y se dio una tensa conversación más o menos de las de acá: «ya estoy hasta la m… de formar parte de un gobierno de puro viejito chocho, donde no tengo margen de maniobra, entonces mis amigos, he tenido que echar mano de mis propios recursos porque los que me dieron, pues se diluyeron, ya saben, en aquello del reparto para asegurar las obritas, verdad»
– «Pero, expresarte así del gobierno que todo te da te puede costar la chamba»
– «No me importa, es más no me importa que ustedes se lo digan a mi patrón, porque ya estoy cansado, no deja ni para las augas».
La mesa que le platico era única. Seis mohínos empresarios de un lado y un gracioso regordete contando centavos del otro, devolviendo los diezmos (ok veinticuatros) también muy molesto porque los planes eran otros.
Bueno pues este que les platico es el mismo propuesto por el gober hacendado en los Cabildos abiertos para manejar las vaquitas formadas por dos millones de pesos municipales, más dos millones y fracción de pesos del gobierno, pero todo manejado por la Secoduvi.
¿Usted le confiaría su lana a un servidor público de estas hechuras?…
Pos está dificil la respuesta ¿verdad?
Cosas chuzcas del Cobat
Ay con esta corrupción que cada día corroe más la estructura de la autoridad actual. Cómo explicar que los principales responsables de los malos manejos financieros en el Cobat reciban premios de verdad increíbles. Por ejemplo, dicen que: Angélica Juárez, ex directora administrativa fue nombrada por Josefína Espinosa Cuéllar, directora general de esa institución, como subdirectora en el plantel de Texoloc.
Gladys Flores, ex directora Académica del Cobat (digamos no muy eficiente), fue nombrada coordinadora de la recien creada zona 5 de ese subsistema educativo.
Si para alguien existia alguna sobre la posibilidad de que el regreso del viejo PRI castigaría la corrupción, está visto que no y que más que sancionar esa práctica, la alienta, la protege y la solapa, vea usted:
Nos dicen que el secretario de la Función Pública, Hugo René Temotlzin, conoció con tiempo las anomalías no sólo del Cobat, sino del Cecyte. Y cuál fue su actitud, solapar, proteger y despedir a los funcionarios que en su momento le hicieron llegar los reportes de anomalías, bajo el argumento, según cuentan los afectados, de que fueron desleales al gobernador Mariano González Zarur por evidenciar tranzas.
Qué le parece.
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