Estas son las verdaderas oportunidades de hacer negocio en Tlaxcala, no las imitaciones pirata de Adrianita Moreno. Ahora es cuando los tarugos contactos entre poderes no paran de acarrerar billetes de un lado a otro.
Muy distinto a un proyecto de gobierno es la sumisión cómplice de la bancada priísta y podríamos decir que, casi la mayoría de los otros legisladores a las indicaciones del gobernador. Claro hay honrosas excepciones, pero a estas alturas es muy vigente la voz aquella pronunciada por el simpático Piporro: «with money dancing the dog»…
Tenemos que ser comprensivos. El tren de vida de nuestros representantes populares es demasiado alto. Los hay desde los que permiten filas de gente en sus cubículos para intercambiar extraños compromisos por dinero, hasta los más afectos a la planeación, pensando ya en su promisorio futuro en la política… hacen falta -piensan- a la desnutrida administración pública (sí cómo no).
Así que el reto de corto plazo: sancionar al mandatario estatal, asumiendo el capotazo del Instituto Federal Electoral (IFE) como respuesta a la denuncia interpuesta por el PRD, se va a ir enrareciendo, disipando, matizando, hasta que nadie en Allende 31 recuerde el particular.
El Legislativo de Tlaxcala tiene en estos momentos la posibilidad de aplicar un correctivo a Mariano, quien por su lado ha podido hacer del protocolo un juego a placer.
Total, si hoy la riego y mañana también, nada más activo la elaboración de cheques y ordeno a alguno de los tarugos contactos entre ambos poderes que entreguen en mano aquél envío a quienes pudieran representar un cierto riesgo.
Sea priísta o no. Lo bueno de Tlaxcala es que hemos descubierto un común denominador en el lenguaje parlamentario, y no es precisamente la altura del mismo, sino la lana, marmaja, embute, chayote, entre, mesada, o como usted quiera llamarlo.
1.- El gobernador de Tlaxcala ignoró una de sus principales obligaciones: informar de acuerdo con la ley el estado que guarda la administración pública. Se dio el lujo de enviar al peor de sus subordinados con unos que parecían libros, pero según versiones recogidas en el palacio legislativo, nada más eran paquetes de hojas blancas dentro de unas pastas muy fantoches.
2.- Luego, organizó un informe ciudadano en el Centro de Convenciones. Le dio el carácter formal como si se tratara del de verdad, hizo grande la pachanga y se dedicó a encabezar un prolongado besamanos, luego de haber ofrecido un mensaje superficial en lo que nos interesa pero rico en autoelogios.
3.- Como la burla no estaba completa, dedicó parte de su tiempo a una serie de informes regionales. Recibido con gusto por la gente del interior del estado, a la cuenta de alcaldes y familias que querían quedar bien, se hicieron esos extraordinarios actos fuera de protocolo, pero eso sí con alto contenido partidista.
Así que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) tuvo material de sobra para presentar una denuncia en el IFE.
Y quienes ahí laboran, se pusieron la toga de Poncio Pilatos.
Sabedores de la gravedad de las acciones del ejecutivo, arrojaron la pelotita a los pusilánimes legisladores, como un acto de perversidad pues sabían muy bien que la asamblea brincaría como chapulines en comal por semejante oportunidad, no de aplicar la ley, sino de negociar una lana más a la que de por sí les llega.
Usted sabe que en esta vida todo es negociar. Sobre todo si usted es un diputado gastalón, gustoso del wisky (antes tomaba puro bacardí) y de la buena vida. Sí señor. Políticos y políticas de estas hechuras deben ir a la capital a comprar su ropa, no aquí en esas tiendas payas y pobretonas donde se viste cualquiera.
Para eso la vida les dio la oportunidad (a algunas hasta por partida doble).
Y ahora cositas como esto de la caballerosa cesión del IFE del negocio, digo de la sanción a causa de los informes regionales, lo único que ocasiona es la peligrosa elevación de niveles etílicos en la mayoría de priístas, panistas, perredista y miembros de la chiquillada.
Viera usted qué interesante es ver a la seño Caritina asumirse en la gerenta del changarro, aguardando las mejores llamada que, más tarde se convertirán en agradables noticias…
Ni qué decir de la oposición malencarada y decidida al cambio (sí, pero en sus cuentas bancarias) porque oiga usted, con todo el dinero que va y viene para que una voluntad se salga con la suya, ya hubiéramos terminado obras urgentes como la Plaza del Bicentenario, o hasta cubierto la multa por haber suspendido arbitrariamente la construcción de la Central de Abasto.
Pero para ser un estado en crecimiento nos falta mucho por aprender.
Primero tendríamos que eliminar la molesta debilidad por el espejo. Mire que el narcisismo marianista que rige desde hace dos años es la veradera enfermedad que nos aqueja.
Qué nos importa si el señor viene de una familia de abolengo, o si la comunidad libanesa en el DF cumplió con el compromiso de hacerle tremendo reconocimiento (no sin antes cobrar el cheque recibido).
Lo invito a tener unos segundos de reflexión.
Este estilo de gobernar tiene que ver con el culto a sí mismo y no con el crecimiento de la entidad. Mientras haya modo de hacer pachangas para el grupo privilegiado, a los demás se los puede cargar el payaso.
¿Para eso quería el poder?
Aquello de inscribir en letras de oro su nombre como el mejor gobernador de Tlaxcala fue una broma de mal gusto.
Y mucha responsabilidad tienen los diputados.
Ya veremos cómo se comportan con la sanción que se halla en sus manos por indicaciones del IFE para catigar el atrevido comportamiento con el tema de los informes regionales.
Pero, momento. hoy no es día para hacerla cansada.
Tenemos que prepararnos para la gran pachanga de mañana.
¿No lo invitaron? Es su problema. A lo mejor no le cae bien a la familia González.
Sí, mañana mismo, con la presencia del obispo y otros colados a la intimidad de la Dinastía, no cuente usted con la plaza de toros Jorge Ranchero Aguilar, menos con el Centro de Convenciones y si pensaba visitar el Hotel Posada (que ya se llama distinto verdad) pues evítelo porque mañana sábado todo eso se pinta de azul, para presentar ni más ni menos que el árbol genealógico de tan, pero tan singular familia tlaxcalteca.
Ojalá le caiga bien el evento porque, si no, pues ya se amoló.
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