Falló la memoria y de aquellas cuotas embolsadas, nada queda… porque han tenido que ser devueltas o porque de plano, ¡se las gastaron!

Ah con las formidables historias plasmadas en ciertas propiedades de Apízaco, municipio muy de moda ahora que el gobernador Mariano González, fijó su vista en la tierra que lo vio crecer -y hacer sus travesuras de chamaco- y que hoy se perfila como la ciudad, sus colonias y barrios con un apabullante despegue.

En la calle dos de abril hay una esquina donde un añoso restaurante -hoy con nombre de tanguero- nos permite degustar cortes argentinos, casi viendo a los fantasmas (unos idos y otros que ahí andan) en poses y actitudes por lo menos, inquietantes.

Allá cuando las gracias de Tulio Hernández, pisoteaban la solemnidad y revaluaban las vulgaridades, quién no ha de recordar en esa esquina de la calle dos de abril la mesa que entonces ocupaba un constructor, tal vez con la mejor compañía del establecimiento y lo perturbador que resultaba ver al formal consorte de dicha compañía, allá solito en la mesa del rincón, con la mueca de los casatenientes resignados a soportar la milonga de la deslealtad conyugal.

Eran tiempos en que el mismo poderoso donjuan perdía una casa en el paraje Otongatépetl, escriturada a nombre de un socio suyo (prestanombres para ser precisos) quien dispuso de ella cuando Hacienda les cayó en movidas bien chuecas.

Ah… qué recuerdos.

Y hoy, escuchando los acordes de, por una cabeza (esa joya escrita por Le Pera y hecha himno por Gardel), veo que muchas cosas han cambiado, a excepción de los gruesos muros y la nostalgia y, el cinismo del añoso donjuan, a quien el paso del tiempo lo hizo el constructor del sexenio.

Momento dos

Ah con el paquete de obras que despierta al león dormido. Con el cual Tlaxcala dejará la inacción y, al contrario, detona el crecimiento aguardado más de año y medio por todos.

En la víspera, el que las consiguió ordenaría a su constructor de cabecera, palomear a las empresas locales con las cuales el negocio marchara sobre ruedas, bajo los cálculos del controvertido chavo del ocho, hoy del veinticuatro (dicen que triplicó a los constructores la cuota, de ocho a veinticuatro… como un diezmo a lo cabrón).

Mas la memoria, cuando falla provoca cosas como esta, a saber:

El paquete de obras ya está listo para comenzar a repartirlo, dediquémonos al reparto de la misma, claro con su correspondiente gesto recíproco (diezmo para ser más claros).

– ¿Reparto, patrón?, pero si ya la repartí, y hasta impuse cuotas para los aspirantes… eso me ordenaste…

– Estás turulato, yo no te ordené ni maiz… aquí el único que reparte soy yo…

Ahí tienes al constructor de moda, devolviendo las entradas. Bueno, al menos lo empezaría a hacer con aquellas cuya cuota guardó. Otras, las que se gastó, ¿pues de qué forma verdad?

Lo mejor (peor) de cada momento

El lugar ese de los cortes y la milonga es donde, a decir de ciertos constructores locales, se realiza «la repartición de promesas.

Por eso le decía lo interesante que hoy resulta ver que algunas mesas si acaso cambiarían las tablas y los manteles, pero no el contenido y la ubicación. Siguen iguales, con las mismas prácticas puestas de moda hace bastantes años por el hoy constructor de moda, el mismo que ha perdido casas como quien deja olvidadas las llaves y quien ha tenido que devolver las entradas a la función porque el dueño del circo así se lo ordenó (y conste que la indicación previa fue distinta, pero ya ves, así es esto del poder).

Y ahora que Apizaco está de moda, bajo los estilos de Orlando Santacruz (puede que este sea el elegido para el cambio orticista generacional), no deja de sorprendernos la transformación a la que Mariano refiere cuando se trata de zarandear al alcalde de Tlaxcala, Pedrito Pérez Lira… también con su estilo, pero al margen de los gustos del mandamás.

Unos apuntes del Cobat

El que anda que echa lumbre haciendo honor a su apellido es el director general de este sistema de bachillerato, Baltita Lumbreras Tehózol pues el martes pasado sin escuchar razones, despidió al sub director académico de la institución, Pablo López Sánchez, quien llegó ahí nada más por las pistolas de Mariano.

Esto aconteció la semana anterior cuando el funcionario hacía intentos sobrehumanos por girar la llave con la que antes solía entrar a su oficina. Nos comentan que quien gozó el momento fue la directora académica Gladys Flores Sánchez, quien nunca pudo ocultar su risa burlona.

Nadie sabe porqué lo despidieron.

Lo que quizá no sabe la seño Gladys, es que Lumbreras no se ha cansado de decir que es muy probable que deje la dirección del Cobat, pero que con él se irán los malos funcionarios de esa institución empezando por Gladys y la actual directora administrativa Angélica Juarez.

Crece la versión de que Lumbreras ya tiene candidata para que ocupe la dirigencia del Sindicato de Trabajadores Administrativos y de Servicios del Colegio de Bachilleres de Tlaxcala (Sitacobat), ahora que las autoridades despidieron a su dirigente Enrique Portillo Cisneros.

Su carta para intentar dar un golpe de estado en ese gremio es Hortencia Briones, una secretaria mecanógrafa que con apoyo y recursos ya recorrió varios planteles. Sus aspiraciones son alentadas por Gladys y Angélica, pero lo mejor sería que Hortencia no hiciera caso, porque está probado que esas dos mujeres son pésimas operadoras, sobre quienes pesa buena parte de la culpa del truene de Quique Padilla, ahora que la gente nomás no votó por él.

Sigue la violencia

Insistimos en que la mejor inversión que puede hacer el gobierno es en el ámbito de la inteligencia. Ya pasaron las elecciones. Hicieron lo que pudieron y creo que desperdiciaron un importante capital.

Pero hoy se trata de librarse del efecto AMLO para dedicarse en cuerpo y alma a atender las necesidades de la gente.

Mire que las muertes violentas registradas en Huamantla y Chiautempan, principalmente, nos colocaron así de rápido en la estadística nacional.

Quien nos siga promoviendo como el estado más seguro está fuera de contexto.

No ha de ser la policía preventiva, ni los ministeriales, altos, güeros y de ojo azúl (je) los encargados del diagnóstico y aplicación de una estrategia efectiva, sino el personal más calificado, al cual hace unos días se le dio la encomienda de andar promoviendo el voto.

No hay excusa. Pónganse a trabajar.