La administración González busca y procura encontrar hebras orticistas para satanizarlo a dos semanas de la elección, pero no sanciona al temible enemigo en casa.

No se trata de maestros de la CNTE tomando la calle (ahora que el SNTE lava con spots su reputación y sataniza a los profes democráticos), son papás y alumnos del Conalep, exigiendo al gobierno un diálogo serio con los docentes de este sistema, para que las clases se reanuden.

Se supone que el secretario de Educación Pública, Tomás Munive Osorno, tendría –porque así lo dijo a varios de sus íntimos- la facultad para solucionar en un tris este problema.

Nada más un detalle. Ahorita anda ocupado, coordinando la campaña priísta en el segundo distrito electoral federal.

Pero, no pidió licencia.

Bueno, eso le puede interesar a la Fepade por ejemplo, a los adversarios del PRI y, a los ciudadanos conscientes que un funcionario público –ok, lo que queda de él- dedica su exigua gestión a otros asuntos ajenos a lo que la ley le obliga.

Además, de qué sirve al PRI un coordinador distrital al que se le olvidan las cosas.

Los mejores tiempos de Munive Osorno quedaron en el olvido. Más o menos en el lugar que ocupan las vulgaridades del ex gobernador Tulio Hernández Gómez.

Flaco favor hace el gobernador a Quique Padilla, recomendado de su amiga (¿?) Beatriz, dotándolo de un elemento caduco. Ah, ya caigo, seguro se los mandó para perjudicarlos.

Al respecto, vale decir que las sobradas actitudes de Enrique Padilla Sánchez, respecto a lo que considera un contundente triunfo electoral, se topan ahora con el esfuerzo de un joven panista, Marco Tulio Munive, a quien las encuestas colocan como aquél caballo que alcanza.

Ni pensarlo verdad. Cómo podría aceptarlo Padilla, cuyo permanente sarcasmo gesticular va de la mano con el sueño guajiro de suceder a Mariano en la gubernatura.

La Plaza Bicentenario

Nueve meses demoró con la lupa un despacho externo, de Puebla vamos, para entregar un completo reporte sobre la Plaza del Bicentenario que, va de trabajos pagados pero no ejecutados, hasta obras con severas deficiencias.

1.- La demora es comprensible, pues los meses disponibles para la investigación obedecen a una agenda con maña: “nos mandas tus conclusiones dos semanas antes de la elección”.

2.- El despacho externo encontró lo mismo que el titular de la Secoduvi, Roberto Romano Montealegre. Digo, a quién se le ocurre gastar en otros teniendo como secretario al ex jalapatas del Adalberto Campuzano Rivera, sí hombre al mismo que incendió el cuarto de máquinas del Hospital de la Mujer en Huamantla.

Se esfuerzan

El estilo obsesivo de Mariano es bien simpático.

Se esmera en buscar pruebas para perjudicar a Héctor Ortiz, pero pasa por alto el asqueroso latrocinio en que se convierte su administración.

Bravo por los sabuesos marianistas pero, ¿no será que andan persiguiendo presas, actualmente en funciones?

La administración de González Zarur, tendría la obligación primero de investigar y luego de explicar un escandaloso pago por 80 millones de pesos para reconstruir el cuarto de máquinas del Hospital de Huamantla, bajo una extraña maniobra encabezada por el actual titular de Secoduvi, Roberto Romano Montealegre.

El rubro de las adquisiciones es escandaloso

La cercanía de la elección federal provoca desfiguros. Pero como hay millones de pesos de por medio, el daño es permanente.

A ver dígame, ¿quién es el proveedor de las horribles placas de circulación?

De Finanzas saldría el rumor respecto a que la factura corresponde a una empresa papelera.

¿Papelera?, pero las placas son de lámina metálica (además de descoloridas), o sea: vivimos los tiempos en los que un cuate empresario de la celulosa puede sin problema hacer negocio con el gobierno de Tlaxcala proveyéndolo de toneladas de fierro. ¡Sambomba!

Hay más.

¿Quién sería el proveedor del sofisticado equipo de cómputo para aplicarlo a labores de inteligencia?

¡Una constructora!

¿Quién provee a la Secretaría de Salud de productos alimenticios en pésimas condiciones, pese a la protesta de proveedores que soñaron ser merecedores de una rebanada del pastelote?

El enemigo en casa

Si sumamos los daños al erario de Tlaxcala, ya sea por malos negocios o en honor a la mala voluntad de quienes han visto al presupuesto como la mina de oro de sus sueños, oiga ni a cuál gobierno ir.

El de Ortiz administró los escándalos. Hizo nuevas ricas, como una tal Teresita, una vendedora de juegos de baño que acabó repartiendo obra pública en Secoduvi.

Pero el actual parece tener la espada desenvainada. No estar dispuesto a dejar títere con cabeza.

Sospecho que los escándalos mediáticos con cara de demandas son una suerte de distractores, porque lo maquilado en casa es de cuidado.