Tal vez sea el peor escándalo legal padecido por el marianismo, cuyos abogados no dan una, pero eso sí, ya se preparan para elegir a nuevos notarios.
La seño Estela… sí la ex directora de notarías, está que le duele la barriga de tanta risa por las tarugadas que anda haciendo el cándido Cuauhtemoc Lima López, quien ya sabe usted, hace unas semanas llegó muy salsa, tronándole los dedos para que se llevara sus tiliches de la oficina; hasta las alcancías de la Cruz Roja con truco (para sacarle las de a diez).
Hace unos días varios notarios orticistas llegaron en bola a la nueva chamba de Cuau, a comparecer –nos dijo una testiga (je)- con la única razón de pedirle copias del procedimiento por medio del cual el ejecutivo tlaxcalteca tomó la grave decisión de, “cancelar las patentes”.
Y dice la de la voz que su nuevo jefe temblaba y temblaba (no sabe si de nervios o por la tremenda cruda que llevaba), pero condescendiente como es el ex director del Registro Civil, atendió a los fulanos esos muy de traje y con cara como si tuvieran cerca algo que ya se descompuso…
Mientras unos hacían la plática al simpático Lic. Lima, los otros no perderían el tiempo y se dedicaron a tomar fotos al expediente ese que a Cuau le costó horas de ir, venir, sudar, sonreir y ponerse serio… como preocupado quién sabe por qué.
– ¿Nos das unas copias?, pidieron los notarios.
– Bueno… pero se las entrego mañana, ¿va?, respondería Cuauhtemoc.
Según nuestra informante, las copias quedarían listas y ya nomás aguardaban la llegada de los pedinches, digo de los solicitantes.
– Ya llegamos por las copias certificadas, dirían al día siguiente los orticistas.
– Aquí están… son 74 mil 900 varos.
¡74 mil 900 por unas copias!
Caracoles, eso es para hacerse millonario.
Ya sabrá usted que a los orticistas no les ha ido bien últimamente… así que a duras penas reunían los 900 pesos (nada más les faltaban 74 mil), por lo que decidirían regresar más tarde, nomás pasaban la charola, ahora que tan de moda está.
Despuesito se presentarían a la dirección de notarías: – “venimos por nuestras copias”, dirían, al tiempo de pedir el correspondiente recibo.
Lo que prosiguió, hasta a nuestra testigo sorprendió:
– “Lo que pasa es que el procedimiento del cual pidieron ustedes las copias se vino abajo por instrucción superior, pero no se preocupen porque ya se inició un nuevo procedimiento”
Así que los pobres orticistas no tuvieron más opción que retirarse con las manos vacías (bueno, no tanto porque ya tienen fotos).
Lo del dolor de barriga de la seño Estela, se debe a la gracia que le causa el oso del poder ejecutivo de Tlaxcala ante un tema tan delicado como la suspensión de estos dieciséis notarios y la casi automática convocatoria a nuevos candidatos a quedarse con esas patentes.
Vamos, el simpático Cuauhtemoc Lima, habría hasta tenido el detalle de persuadir a los orticistas (los de las copias) a comportarse a la altura y a pagar sin hacerla de jamón, actitud que hasta podría valerles que no les cierren las puertas para que puedan participar en el nuevo concurso… “todo depende de que no hagan encabronar al señor gobernador”.
1.- Siendo los fedatarios locales una parte del Poder Ejecutivo de Tlaxcala, mas no sus empleados, no se necesita ser doctor en Derecho (como el secretario de Gobierno) para caer en la cuenta de que legalmente no pueden ser sujetos a un procedimiento emprendido por la Secretaría de la Función Pública.
2.- Tan el director de notarías, Cuauhtemoc Lima López, detectó el error (a destiempo por cierto) que procuró moverse para obtener un nuevo procedimiento administrativo, más acorde con el objetivo primordial: acabar con los orticistas.
3.- Sólo en Tlaxcala, el Poder Ejecutivo local pelea contra él mismo mediante un procedimiento para cancelar patentes de notario.
4.- En todo caso, el gobernador tiene la facultad de “revocar” esas patentes pero, cuando detenta el poder un egresado de los Institutos Patrulla (quien por cierto prohibió ser llamado contador; ahora para todos es el Lic.) ¿acaso es relevante la diferencia entre cancelación y revocación?
Tantos errores en tan poco tiempo nos hacen pensar que para esta administración, el Estado de Derecho, es como una calle sin curvas.
Se ha echado a andar el proceso selectivo de candidatos a nuevos notarios, pese a la existencia de los dieciséis provenientes de la administración anterior, notarios amparados por la Justicia Federal tantas veces como lo fue solicitado, no precisamente por la brillantez de los abogados del marianismo.
Nos encontramos ante una situación inédita. No alcanza para llamarla fracaso, pues su complejidad, aglutina escandalosos reveses en una rebosante fosa séptica, a la cual invirtieron mucho dinero y más engaños al gobernador, quien ha resultado el mayor damnificado en estos asuntos.
A dos semanas de la elección
El proyecto de corto plazo es conseguir 250 mil votos para el candidato presidencial tricolor, Enrique Peña Nieto.
Pero, quienes así lo apuestan, ¿se han puesto a pensar que la del primero de julio será la más severa prueba popular a alguien que de manera vertiginosa agotó su bono de credibilidad a año y medio de gobierno?
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