Deben dejarse atrás los resentimientos que hay sido común denominador en este primer trecho de administración marianista. Ni la gente votó por alguien con la espada de la venganza, ni este y su inacción se justifican  a través de enseñar los dientes de lobo estepario.

Bueno, es inexorable el cambio de fondo en múltiples disciplinas del poder que dotarán de una innecesaria fuerza al gobernador. Y decimos que innecesaria porque llegó al mando tal vez con la legitimación más alta de los últimos cuatro mandatarios, sólo que ya en la administración omitió el ejercicio del diálogo.

Como quien dice, los tlaxcaltecas estamos contra la pared.

Ni modo… es el precio de la democracia.

Por lo que, apelando a su comprensión, nos proponemos culminar este prolongado lapso festivo, Guadalupe-Reyes, con lo que pudiera ser una carta a Melchor, Gaspar y Baltasar:

Respetables y leales a su vocación de priístas… queridos Reyes Magos

Fíjense que uno de los peores errores en nuestro comportamiento del año ha sido la esperanza. Supusimos que después del semestre vacacional tras el proceso electoral vendría una inagotable etapa de crecimiento del estado, pero para desilusión nuestra y de todo el respetable, a lo largo y ancho del país, como que nos hicimos apáticos porque fuimos asaltados por una terrible sed de venganza por parte del mero mero.

Es duro, estimados reyes magos, reconocer que el sentimiento de venganza se apoderó de aquél en quien simpatizantes y no tanto, depositaron la confianza para que llevase por buen rumbo a la casa de todos.

Si a quienes no son de su agrado, su actuar lleno de rencor cayó como cubeta de agua fría, imagínense, sus majestades, cómo se sintieron aquellos con la ilusión de ser tomados en cuenta por el maduro político que, a base de persistencia logró superar un montón de obstáculos y finalmente consiguió llegar a la cúspide del mando.

A veces creemos que una involuntaria desmemoria lo afecta. Y suponemos que es peor cuando el medicamento se retrasa. Pero qué culpa tiene el pueblo de haber votado por alguien que no le advirtió sobre las crisis que lo afectan y que, a veces hasta lo hacen temblar de coraje… no’mbre estimados reyes magos, de haber sabido ni nos metemos en ese problemón.

Una vez enterados de los antecedentes de este particular, señores monarcas, sírvanse tomar en cuenta la siguiente lista de peticiones, a ver si a partir de mañana, cuando se supone van a llegar sobre los lomos de sus respectivas bestias de carga, a cumplir con los deseos de todo aquél que se ha portado bien, sean tan gentiles de dar mayor brillo a sus respectivos nombres.

Lista:

1.- Un poco de vergüenza. Para que el mandamás dejé de hacerse desentendido respecto a las grandes perspectivas que de su mandato se tienen desde que asumió el cargo. Es hora de dejar la venganza en un baúl, debajo de la cama junto al bacín, y disponerse a retirar las lagañas tras este prolongado año de bagatelas, para aplicarse a fondo, porque en eso vaya a perder la elección el señor don Peña Nieto y ni nos queremos imaginar qué será del destino de quien medio nos gobierna y nos maltrata y medio.

2.- Un poco de memoria. Para que se acuerde de la incansable gestión de don Emilio Sánchez Piedras, el gobernador (su ex suegro) que todo le perdonaba, menos ser tranza. Por eso, el querido don Emilio todas las noches hacía cuentas  con el entonces tesorero del estado, y no le pasaba un solo error. Evocarlo a cada momento de su mandato es una acción muy productiva, porque se trata de uno de los más brillantes mandatarios tlaxcaltecas. Pero no nomás hay que recordarlo, sino imitarlo y si se puede, superarlo.

3.- Un poco de lealtad con los principios de su partido. Sí, porque resulta que si no llega el elemento de su preferencia, entonces hace berrinche y hasta provoca la derrota de su propio partido, como en su momento lo vivió su ex cuñada, Lupita Sánchez Santiago, a quien la ha visto como rival para competir por la gubernatura y cuando con toda ilusión contendió por el cargo de diputada federal, pues ándale, operó para hundirla y eso no se vale. Y por las mismas andan ahorita todos los que se dicen priístas… calladitos porque de lo contrario el mandamás les manda a cortar la cabeza, ya ves cómo Noé Rodríguez sufre las consecuencias de su pelo tan blanco y su lengua tan floja.

4.- Una carga de yerba maistra. Para que se le quite el constante mal humor tomando aquella en infusiones , tres por día, y la de la noche bien calientita. De todo se enoja. Le anda pegando a las mesas que mírenlas, ya se andan cayendo, como ocurre con los calcetines de quien tiene el infortunio de ser la contraparte del cascarrabias en que se convirtió tan estimado criador de reses bravas.

5.- Unos anteojos nuevos. Para que escoja bien a sus amigos, porque últimamente le ha dado por juntarse con puro gañán, como Rafa Herrerías, que no entregó cuentas de los eventos taurinos y se hizo pato con el ingreso del concierto de Plácido Domingo. Como Mario Armando Mendoza, que ya le desmanteló la Segob dos veces y ahora se dipone a tomarla como un botín, pero parece que el amo ni siquiera se da por enterado. Y como Carlitos Rojas, ese cuate que a la hora de ponerse las pilas tlaxcaltecas le sale lo extrangio, pero a la hora de pedir cargos en el CEN, bien que se hace paisano… hasta habla como nosotros. Y por último, como Asención Orihuela, un cuate de Zitácuaro que es bien chicho pal negocio, fíjate que financió parte de la manchicampaña y ahora hace los grandes negocios y las grandes manipulaciones del erario.

6.- Un portarretratos nuevo. Para colocar en él las fotos de sus amigos que de veras lo ayudaron a llegar y han aguantado vara en este primer año, como Joaquín Cisneros, que ya ves que le salió cola con lo de la organización de la feria; como Lorena Cuéllar, que ahí la tienes cediéndole el paso a Mariano, sin saber que con el tiempo le iba a pagar mal; la foto de Silvestre Lara Amador, el magistrado ese que dio la vida por apoyar los chanchuyos y de todos modos se va a quedar sin chamba.

7.- Una sirvienta nueva. Para que le platique las travesuras y tremendas parrandas que se anda corriendo el amito… más mejor Marianito, quien por cierto tiene bajo su responsabilidad impedir la entrada al besamanos de su papi, a cualquiera que se quiera pasar de lanza, así como que gritando en voz alta que hace falta respetar la ley y que este se parece mucho a un régimen realmente autoritario.