Se necesita vivir en Tlaxcala para ver cómo el político de más alto rango se encarga personalmente de manejar el dinero… nadie, salvo él, con licencia para las comisiones, aunque el pastel sea demasiado grande y el control… muy relativo.

Primeros días de noviembre. Fábrica de blancos, propiedad del empresario zacatelquense de apellido Romero. Un cliente muy especial llegó personalmente a formalizar la compra de 30 mil camisetas estampadas.

Y vaya que era importante el comprador, pues personal de seguridad resguardó aquella textilera, dentro y fuera.

De entonces a la víspera de la elección michoacana, Mario Armando Mendoza, subsecretario técnico del gobierno de Tlaxcala, se encargaría de llevar el paquete a tierras purépechas para distribuirlas en el municipio que le tocó coordinar.

Existe la evidencia para sostener que aquella sería la cooperación de Tlaxcala a la campaña de Fausto Vallejo.

Treinta mil playeras, en un estado cuya elección convocó a tres millones de electores pudo ser el factor determinante para el triunfo del PRI. Al menos esa sería la creencia de quienes las pagaron y enviaron. Y además las sumaron a la venta entre funcionarios de la administración marianista –a fuerza- de boletos para la rifa de una camioneta de lujo. Más o menos como lo hicieron los panistas para reunir fondos a favor de Luisa María Cocoa Calderón Hinojosa.

De ese tamaño fue la aportación tlaxcalteca al triunfo tricolor michoacano. No fue mucho pero pondría al descubierto el estilo del primer promotor de Tlaxcala. Los negocios los hace él, a lo mejor porque nada más él sabe de costos y probables comisiones.

¿Confiarlo a otros?, ¿cómo?, correría el riesgo de quedar fuera del negocio.

De fondo, esa maniobra descorre el velo de un administrador del estado con un concepto obsesivo compulsivo por manejar él y nada más él cada negocio, benéfico o no para la entidad, generoso o ridículo para sus colegas en otros estados, pero eso sí en un entorno retro, como cinta en blanco y negro con todo y autos antiguos, y la satisfacción de mover el abanico como se hacía en aquellos tiempos de don Emilio Sánchez Piedras.

Para compensar esa conducta tal vez impropia para alguien con el encargo histórico de asumirse un estadista, sobrevendría el viaje a Nueva York, con resultados platicaditos en tiempo futuro aunque los logros nadie los conoce, ¿acaso no los hubo?

Yo creo que Adriana Moreno Durán, la funcionaria con más millas acumuladas, debería explicar de manera formal al Poder Legislativo, en qué han consistido no nada más la pasada por la Gran Ciudad, sino aquella jornada por Japón, sobre la cual sabemos la existencia del viaje y hasta conocimos los nombres de altos funcionarios de empresas, pero inversión lo que se dice inversión como que no existe.

Le diré las causas por las cuales Moreno Durán, debe comparecer ante diputadas y diputados:

1.       Ha hecho público su desacuerdo con el desempeño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en sus instalaciones de extensión universitaria, por impartir carreras como Derecho, siendo su obligación –así lo dijo- ofrecer la carrera de Lenguas como primera alternativa a los jóvenes en edad de asistir al aula.

2.       Esa exigencia a la UNAM la fundamenta en la supuesta demanda de profesionistas locales que dominen Inglés, Francés, Japonés, Italiano y demás idiomas que usted considere, para incorporarse a las múltiples vacantes logradas con las inversiones conseguidas en los viajes internacionales de su jefe el gobernador Mariano González Zarur.

3.       Son memorables los regaños de Moreno Durán a otras comunidades de estudiantes, como los que asisten a la Universidad del Valle de Tlaxcala, con un argumento idéntico: estudien idiomas para que esas vacantes conseguidas por la administración marianista no sean ocupadas por profesionistas de otros estados.

4.       Consecuentemente, la señora Moreno Durán, debe dar al Congreso santo y seña de las múltiples vacantes conseguidas en el escenario global, al grado de exigir a instituciones como la UNAM y la UVT, la sustitución de Derecho por Idiomas.

5.       No estaría mal que la sinigual funcionaria estatal, informase a detalle costos de esos viajes internacionales y origen del financiamiento de los mismos.

En el draft de candidatos

El senador Alfonso Sánchez Anaya, hace maletas para abandonar la que ha sido su casa durante los últimos años, para preparar su campaña a diputado federal del PRD por el primer distrito electoral, candidatura negada a la señora Maricarmen Ramírez, su cónyuge, sobre quien llovieron críticas de la llamada izquierda, por desempeñarse como funcionaria del gobierno priísta de Mariano González Zarur. “Que le siga”, dijeron en la dirigencia a ASA, “no pidas por otra, si quieres la candidatura, que sea para ti”…

En el mismo distrito, el panista Humberto Alba Lagunas, sólo espera que Josefina Vázquez Mota, sea la candidata de su partido a la Presidencia, para formalizar sus aspiraciones a diputado federal. Dos apuntes, fue él quien encabezó la inconformidad respecto al método de elección (dedazo) ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), y de resultar ungido, tendrá como adversario a quien siendo gobernador lo maltrató tras plantearle sus sospechas sobre la conducta del entonces sub procurador, Bayardo del Villar (desaparecido violentamente) y el secuestro del que había sido víctima.

En el primero, el círculo se cierra con Guadalupe Sánchez Santiago, “la hija pintita del tigre” don Emilio Sánchez Piedras, y compromiso moral del gobernador Mariano González Zarur, para apoyar (esta vez sí) su eventual triunfo electoral. La todavía titular del Instituto Tlaxcalteca de la Mujer, no aparece en las encuestas del PRI, donde los aspirantes con más menciones son, el actual oficial mayor de gobierno, Ubaldo Velasco Hernández y el diputado presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Silvestre Velázquez Guevara.

Trascendido revolucionario

–          Corre la versión respecto a que la oficina de Raymundo Vega Crespo, habría sido desocupada y también se menciona un eventual relevo…

–          La creencia crecería pues al añoso vocero no se le ve por ningún lado…

–          A no ser que se les haya olvidado en Nueva York… (¿a que… lo llevaron?)