Como el próximo ejercicio corresponde al PAN encabezar la Junta de Coordinación y Concertación (JCyJP), traen un jaloneo al interior de la bancada azul que hay que ver… *Las resistencias a actualizarse, ó las ansias de Silvestre lo llevan a perder su propuesta presupuestal.
La relación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo se enfila al nivel de madurez más productivo para ambos. Una nueva historia, llena de acuerdos plenos, complicidades y, eventualmente confrontación, se habrá de dar una vez que sea vigente la nueva presidencia de la Junta de Coordinación y Concertación Política, ya en manos de algún miembro de la bancada de Acción Nacional.
Por sus apariciones, experiencia, y por el peso propio, tres son los legisladores del albiazul que más suenan para ocupar dicho cargo:
1.- Alejandro Aguilar López, actual presidente de la Comisión de Finanzas del Congreso. No desperdicia oportunidad para aplicar los conocimientos adquiridos a su paso por San Lázaro, donde fungió en la antepasada Legislatura como uno de los diputados por Tlaxcala. Su tendencia a la conciliación y la manera práctica que aplica a sus decisiones –investidas de institucionalidad- lo presentan como uno de los personajes del panismo con mayor definición para sustituir al priísta Héctor Martínez en la JCyCP. Además se le ubica como un personaje que convive con la influyente ex líder nacional del PRI, Beatriz Paredes.
Probablemente el lado negativo del huamantleco sea el papel desempeñado cuando fue alcalde, mismo que lo llevó a serios problemas administrativos y políticos. Hoy, le restan credibilidad cada vez que se empeña en destacar, por lo que su desempeño ha procurado la discreción en tratándose de su auto promoción.
2.- Adolfo Escobar Jardínez. Cómo pasa el tiempo y deja huellas indelebles en personajes de la talla de Adolfo, cuyo panismo a ultranza lo convierte en un personaje digamos incómodo para la intensa relación Ejecutivo-Legislativo, de la cual sin duda sacaría un gran provecho en todos los ámbitos, pues al haber sido secretario de Gobierno con Héctor Ortiz, y también diputado federal en la antepasada, acopió los suficientes conocimientos para hacer real la premisa de que un político pobre es un pobre político (¡!).
Podría ser el más radical de los aspirantes a la JCyCP, mas la inapetencia que despierta en el sistema marianista de pesos y contrapesos con notables ventajas para uno de los extremos le restaría mérito, al menos en estos momentos… es demasiado panista para ser colocado en semejante puesto.
3.- A contrapelo del pronóstico de los grupos con tendencia entre conservadora y manipuladora en el PAN, un prospecto más a encabezar la JCyCP sería la actual presidenta de la Comisión de Turismo (y eterna piedra en el zapato de Lilia Caritina), la joven Mildred Murbartián Aguilar, cuya rebeldía multidireccional la coloca en un interesante lapso de género, música para los oídos del Ejecutivo aun cuando lleve al extremo la antipatía ante los sujetos negros del panismo en Tlaxcala (encabezados por Caritina y respaldados por José Félix).
Pese a la antipatía albiazul –entre quienes también se cuenta la seño Adri- la legisladora Murbartián, podría ser factor equilibrante para apaciguar con sus exquisitos desplantes las flamas del dragón marianista, y conseguir así excelentes dividendos para el corporativo azul del cual forma parte.
Los dos añosos, con capacidades de traga años (Adolfo y Alejandro) deberían aceptar que no viven el mejor momento de sus carreras, no al extremo de considerarse cartuchos quemados pero, algo les falta de encanto en este sexenio de las apariencias y las formas que, en cambio la seño Murbartián, emana cual la cascada de Atlihuetzía (de cuya elevada caída salen unos olores… pero eso sí, bien estéticos jeje).
Los tiene usted sobre la mesa. No los pierda de vista, pues para la bilis de unos y la sorpresa de otros, si el grupo parlamentario azulino no se actualiza, le va a pasar lo que a Silvestre, el tricolor más radical que resultó chamaqueado.
¿Chamaquearon a Silvestre?
Suele ser (al menos ese es su deseo) ajonjolí de todos los moles portando un estandarte marianista cual si fuese la viva imagen de la Guadalupana.
Pero un factor de semejante aceleración acabará por desquiciar su velocímetro y también su tacómetro, y al final de cuentas demostrará que hoy la política se les facilita más a los jovenazos… digo no es que sea un viejo decrépito, pero eso sí, ya no se cuece al primer hervor. Y en lo que acaba de convencerse a sí mismo del culto a Mariano creado por él y llevado a extremos de miedo, sus demás compañeros de legislatura se dedican de tiempo completo a proyectos definidos.
Ahí tiene usted la escasa convocatoria para presentar oposición a sus adversarios, ideológicos y de ocasión, quienes unieron fuerzas y doblegaron a los legisladores fanáticos de Manchis, para conseguir un discreto incremento de 5.5 por ciento al presupuesto del Congreso.
Es raro ver a los sedicentes institucionales opinar que con lo gastado este ejercicio es suficiente para cubrir gastos y hasta para guardar alguito, ya sabe usted por cualquier eventualidad.
Pero es más interesante ver a un tlaxquense Silvestre Velázquez, dejándose ganar la partida, al anteponer interés económico (qué raro) al cariño marianista que para él es como la insulina al diabético… como el desodorante en aerosol a la axila y como la cátsup a los jotdoques. Chistoso ese esquema de derrota, verdad.
Vamos, hasta el diputado Alejandro Aguilar, pudo demostrar sapiencia en tiempo perentorio, cuando negó al 7.8 de incremento como algo viable y celebró el 5.5 que finalmente quedó.
Un punto menos para Silvestre y los méritos procurados para hacerse candidato a diputado federal por el primero.
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