Mientras PRI y PAN lidian una lucha sangrienta, los perredistas padecen el desperdicio de promover a Jesús Ortega con una niña estilo Disney.
Claro que la mejor encuesta en Tlaxcala se tendrá con los resultados electorales del cinco de julio. Y en ellos habremos de ver el efecto nacional del posicionamiento de los partidos. No es una casualidad la encarnizada lucha entre el “no dejes a México en manos del narcotráfico”, cuy o autor, el español en proceso de naturalización con ayuda de la Presidencia, Antonio Solá, y los señalamientos producto de la presión hecha a la lideresa nacional del PRI, Beatriz Paredes, por parte del bloque tricolor de gobernadores para dejar la tibieza y contestar una a una las afrentas de Germán Martínez.
La ocurrencia de este fenómeno mediático no es ajena al comportamiento distrital en Tlaxcala, donde los candidatos de los distintos partidos y coaliciones se topan con reveses, desde luego en el sitio opuesto al que suponían encontrarse.
En el distrito tres, por ejemplo, no debemos ignorar que participa una activa miembro de la FSTSE, en un contexto de apoyo nacional a tres candidatos de esa central para garantizar su arribo a San Lázaro. Y yo diría que a más del compromiso con el gremio burócrata, el PRI cuida con denuedo a un miembro más del sector salud, luego del vulgar robo que sufrieron del líder nacional del sindicato de trabajadores del IMSS, Valdemar Gutiérrez, pese a haberle dado uno de los primeros lugares de su circunscripción.
La lucha entre panistas y priístas es a muerte. Entonces la milagrosa y tierna niñita de ojos rasgados enfundada en simpático overol, apareciendo a lado de Jesús Ortega, si bien aminora el concepto belicoso del Sol Azteca, es incapaz de meterlo en este combate sin tregua entre tricolores y azules, donde el hispano Solá, tiene ahora el encargo de superar su “López Obrador es un peligro para México”.
Aquí es donde hay que reconocer el posicionamiento de Maricarmen Ramírez, la candidata del PRD que, teniendo todo en contra concentra el liderazgo entre los tres abanderados de su partido.
La ex senadora tiene frente a sí el desafío de transformar la pasividad del PRD promotor de Jesús Ortega en un partido con mensajes que no pertenezcan a la cadena Disney, sino que sea congruente con los dos tremendos enemigos que frente a sí tiene, determinados a quitarle su calidad de segunda fuerza para colocarla un peldaño abajo y en un descuido hasta dos.
A esta situación hay que sumar la falta de interés de los perredistas en la actual elección. Nunca se había visto semejante modorra en una militancia que, parece haber aceptado la política asistencialista del panismo-orticismo, en un tiempo en que la pobreza es tan extrema que, según se ve, acciones como las de Oralia López, entregando cínicamente dinero en efectivo, tienen un efecto mutiplicador pese a la abierta violación de la ley que esto implica.
El resultado que Consultoría Contracorriente encuentra en el comportamiento de los candidatos del primer distrito electoral federal de Tlaxcala, no significa la derrota o el triunfo de la ex senadora Maricarmen, pero hace una serie de lecturas en perspectiva que nos permiten comprender la complejidad a la que se enfrenta la izquierda en una etapa en que el PAN logró enfundarse en una piel asistencialista –ya lo decíamos arriba – y el PRI, echó a trabajar su maquinaria, guardada por quinquenios, pero ahora, aceitada y lista para dar la batalla.
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