Urge, según reportes internos, una auditoría a la Coordinación de Comunicación Social, donde, según dicen, se están cobrando comisiones por convenios; un asesor, Néstor Flores, condena que no haya política de comunicación ni estrategia para resaltar logros.
A río revuelto (en el gobierno de Tlaxcala), ganancia del vocero, Raymundo Vega Crespo, quien aprovechando las recurrentes confrontaciones del gobernador, Mariano González Zarur, con sectores, grupos y liderazgos, dentro y fuera del PRI, se mantiene de brazos caídos por cuanto creatividad, por lo menos intentando encauzar positivamente la imagen de su amo, según trascendió en el propio palacio de gobierno.
Pese a la pasividad en materia de comunicación social, se dice, existiría una muy agresiva política de comisiones, en porcentajes atractivos, con la gran mayoría de medios, también pasivos, improductivos, pero seguros de abultados convenios, aunque el verdadero pacto estribe en la discreción, filtraron ciertos directivos, indignados por tener que compartir el ingreso oficial, en detrimento de nóminas, materiales y otros servicios.
Un personaje muy al día en esta materia es Néstor Flores, asesor de Mariano González, en el rubro que nos ocupa e impulsor de la tesis respecto a la falta de una política de comunicación social y estrategia para resaltar los logros de gobierno.
Leal a Mariano en su longeva carrera como vocero, lo mismo del IMSS que de instancias dispuestas a sumarse a la causa, Flores ha hecho sentir su opinión en el círculo rojo de la administración estatal, consciente de lo que llama incapacidad para enfrentar situaciones de crisis, como aquella hostil manifestación de ancianos, de la cual se desprende una percepción muy negativa respecto a la reacción oficial, en lugar de aprovechar la coyuntura para que el gobierno ganase puntos ante la brutalidad demostrada por el grupo de manufactura orticista.
Hay elementos que respaldarían la lectura del asesor del mandatario. Por ejemplo, reprueba que si un medio, cualquiera, publique alguna crítica al gobierno estatal, el vocero Vega Crespo, ordene al encargado de comunicación de la instancia involucrada, realizar la correspondiente aclaración y, “contrarrestar los efectos de la crítica”.
Ahora bien, si dicha crítica aparece en un medio como e-consulta, la reacción de Vega Crespo, es predecible: “no pasa nada… un medio digital (como e-consulta) carece de penetración”.
Sobre esta creencia, hay quien disiente. Según reportes del asesor de González Zarur: “sólo un tipo como Vega Crespo, es capaz de sostener tal apreciación, pese a que una amplia percepción va en sentido contrario”.
Conforme los meses han pasado, y la imagen del gobernador de Tlaxcala se encuentra por los suelos, el alto mando ordenó la supervisión puntual del trabajo desempeñado por Raymundo Vega Crespo y su limitado equipo de confianza. Lo más escandaloso, dicen, sería el asunto de las elevadas comisiones, pero su falta de resultados es incuestionable.
A la fecha, sostiene dicho reporte, “no hay imagen institucional, ni lema distintivo”
Además, la destrucción del portal electrónico del gobierno de Tlaxcala, para dar paso a un lamentable intento, sin diseño, ajeno a los adelantos tecnológicos como la trasmisión en tiempo real, de conferencias de prensa, y limitado a reproducir boletines, cuando la mayoría de los medios dispone ya de la información porque la consiguió como pudo, es otra de las pésimas notas añadidas al reporte de un área tan improductiva como urgida de ser auditada.
Este pendiente, cayó como bomba en la oficina del gobernador, pues lo manejado por la coordinación de prensa era muy distinto. Dibujaba escenarios agradables al mandato del priísta, aunque su nivel de veracidad se fue opacando conforme cobró vigencia e interés la asesoría de Néstor Flores, en materia de comunicación social.
Es honesto señalar al hartazgo en dicha coordinación, como ingrediente principal que trata de apuntalarse con ciertos espacios en los medios, donde ataques a integrantes del propio gabinete, obedecen a intereses de Vega Crespo, y no a alguna línea tirada desde el despacho del mandamás.
Destacan ataques personales a la secretaria de Gobierno, Anabel Ávalos Zempoalteca, entre otros funcionarios de primer nivel, cuya redacción saldría de la oficina de avenida Juárez, a través de algún, operador, como se hacen llamar los incondicionales de Vega Crespo.
La nula política en comunicación social –como se funda el comentario directo de Néstor Flores a su jefe y amigo el gobernador Mariano González- tiene a este, a cuatro meses de gobernar Tlaxcala, en los índices más bajos de popularidad.
Otras opiniones sostienen que a Mariano, lo han hecho vulnerable su declarada orfandad política, la ineficiencia de sus abogados, el pésimo manejo de temas como la aprehensión de ancianos, las evasiones para abordar el despido de quien se hizo cargo de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) desde inicios de la administración, y los impensados conflictos suscitados por informaciones a medias en obras como la Central de Abasto y la Plaza del Bicentenario.
Ante esta oleada de problemas, el gobierno del priísta Mariano González Zarur, requería con urgencia la mano firme de una coordinación de prensa sensata y con elevado nivel de lealtad. Lo que ha recibido a la fecha, son informes parciales, abundantes en notas pagadas y por lo tanto de elogio a la obra de gobierno.
Pero reservados en cuanto a crítica, aprovechando la errática actitud del amo cuando aparece en los medios algo que le disguste: “si no te conviene lo que escribieron, pues no lo leas”.
Y aquí es donde el señor Vega Crespo, aprovecha para ocultar columnas, artículos, notas, imágenes, caricaturas, comentarios de radio y televisión, en los cuales se plasma una visión realista del Tlaxcala ajeno al amorfo nivel alcanzado por tanta desinformación en ambas direcciones y por el uso abusivo de espacios para golpear a los propios funcionarios de todas las confianzas del gobernador.
Se avista al “aiga sido como aiga sido”
En breve, Tlaxcala será sede de una visita Presidencial. A finales de este mes o inicios de julio, el presidente Felipe Calderón, habrá de venir a advertir a delegados sobre las consecuencias que les puede traer el retraso de obras o el uso clientelar de recursos.
Veremos si en esa visita, el amo ratifica su concepto sobre el gobierno federal, como lo hace cada que viene un secretario o un funcionario menor.
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