Nomás se oían los regaños en la Oficialía Mayor, por el cinismo de un funcionario para seguir con un proceso amañado, que se otorgó a una de las constructoras más caras, pero eso sí, perteneciente a un compadre… ¿Y con quienes hay compromiso?… ¡ que se aguanten!
Hace poquito, en la Oficialía Mayor de Gobierno, se analizaban ciertos detalles de una obra educativa, convocada a través del Instituto Tlaxcalteca de la Infraestructura Física Educativa (Itife), a cuyo titular, Homero Barocio Suárez, lo tienen bajo la lupa desde ese día.
Veintisiete constructoras concursaron.
Se trataba de importantes obras de ampliación en el Instituto Tecnológico de Tlaxco.
Nada más que al Oficial Mayor no le cuadraría, primero que, mister Barocio, hubiese palomeado a una de las empresas con el presupuesto más alto y, segundo, que el mismo representante legal plasmase su firma en dos constructoras distintas.
Se supone que el tono del jefe de dicha oficina se elevaba; pero eso al señor Homero no lo afectaba, porque es de esas personas que le echan concha a sus errores, sobre todo si estos les generan la añorada ganancia cortoplacista, muestra del hambre atroz de varios personajes incrustados en la actual administración.
De los ojos del Oficial Mayor saldrían chispas, al rastrear que la constructora beneficiada, algo así como “Asesoría en Construcción”, pertenece al compadrito del servidor público que se la adjudicó.
No daba crédito al cinismo de Barocio pues dicha constructora era la número veinte, de las mencionadas veintisiete, con el presupuesto más elevado, pero de todas formas había sido palomeada.
Entonces uno reflexiona, verdad y se reconforta pensando que el Oficial Mayor exigía honestidad en plena época del manchismo; aunque esa dicha no dure tanto, verdad, porque luego nos enteramos de las verdaderas causas de la tremenda regañada al titular del Itife.
Sí, porque tenía que otorgar la obra, pero a alguna de las empresas poblanas que meterían centavos a la campaña (que digo centavos… millones de pesos). Dos para ser precisos, con un hilo conductor a un nombre bien conocido por usted y por su servilleta: Mario Marín (a) el precioso, uno de los principales patrocinadores de la manchicampaña (no me haga mucho caso, pero se supone que esas constructoras se dedican a lavar lana).
¿Ya ve?
¿Y la caja de cristal?
¿Y por qué el tal mister Barocio se pasó por el arco del triunfo las instrucciones del amo, y se animaría a palomear a una firma amiga, en un proceso tan, pero tan puerco que ya hiede como si fuese un perro atropellado hace ocho días en el camellón de la avenida Tlaxcala?
Desde ese día, los pasos, las conversaciones, reuniones y demás acciones relacionadas con un foco rojo que pudiera resultar en corrupción (¿apoco?), son seguidos por el aparato de inteligencia del gobierno, pues se sospecha que, dados los antecedentes de tremendas uñas en el sexenio de Alfonso Sánchez Anaya, el funcionario este que le platico, quiera seguirse haciendo gracioso, anteponiendo la conchota esa , tan necesaria para no ser afectado así fuera por una maltratada del amo… con todo y zapes.
Por lo pronto, dirijamos la mirada a las próximas obras de ampliación en el Instituto Tecnológico de Tlaxco, no vaya a ser que además de meter gol con el proceso amañado en cuestión, también utilicen materiales de quinta, escuadras descompuestas y plomos chuecos.
Ahorrar centavos y perder pesos
Según el Estatus de Evaluaciones de Control de Confianza a Altos Mandos, de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), a estas alturas, o sea a cuatro meses de gestión, el gobierno del estado de Tlaxcala no ha proporcionado información relativa a subsecretarios de Seguridad Pública y jefe de la Policía Preventiva.
Junto a Yucatán, somos de los pocos estados que se dan el lujo de mantener vacantes puestos estratégicos en materia de Seguridad.
El programa de ahorro de centavos, descuidando pesos, es decir, acabar con plazas estratégicas, sin mirar más allá de sus propias limitantes, llevó al gobierno tlaxcalteca a prescindir de tres elementos fundamentales en la lucha contra el crimen.
Lo peor es que hay evidencia de una crisis en seguridad, con todo y levantones, asesinatos, robos (hasta en la misma casa del gobernador), ante un incompleto organigrama detectado y exhibido por la SSP del gobierno federal.
Tomasito Munive, reprobado en ortografía
Con la pomposa y delicada rúbrica del Secretario de Educación Pública de Tlaxcala, apareció ayer miércoles en el periódico de mayor circulación un desplegado así de grande… tanto como el esmero de los profes encargados de su publicación.
Y con el mismo tamaño de letras aparece dos veces la palabra “SUPERVISIÓN” , la primera escrita como la puede usted leer al principio de este párrafo, y la segunda: “SUPERVICION”, muy al estilo de de la indefinición (¿?) de Tomasito Munive, el mismo que garantiza las condiciones idóneas para la Prueba Enlace.
Dycho zea con rrezpeto al zecretarryo, ora zi ze bieron muy sorras (jejeje).
Sáquese, sáquese, inche Ortiz
El gobernador Mariano González Zarur, sugirió al ex mandatario Héctor Ortiz, que se vaya de Tlaxcala si es que no va a portar decente a la hora de hacer política.
En otras palabras: sáquese de aquí o lo agarro a escobazos.
Sí, porque en otra intervención, el gobernador dijo que Lichita Fragoso, la procuradora, ya tiene instrucciones para meter al bote a quien se quiera pasar de listo.
Lo que no entiendo muy bien es por qué no se ha reafirmado la denuncia contra la directora del zoológico, Paty Vilchis, en contra de quien hay elementos graves.
Ojalá no se trate nada más de palabras estruendosas y sin resultados.
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