Tal parece que los abogados del marianismo no tenían ni para el desayuno, pues su inacción ante la, «clausura» del Tribunal de Conciliación y Arbitraje, aparentemente, «los llevó a pactar con su contraparte», en una de las más dolorosas pifias del grupo en el poder.

Actuar con el hígado es una de las desventajas que no puede sortear el marianismo. Decisiones atropelladas, en una especie de: «mátenlos y después viriguamos», cunden en todos los ámbitos de gobierno. Y generan delicados problemas.

Ahora, si a dichos arrebatos les añadimos el pago miserable a los representantes del gobierno, tenemos un coctel infalible, para los adversarios de la actual corriente en el poder.

Hasta el ciudadano más sereno debe recurrir a pellizcarse para no soltar la carcajada al enterarse, por ejemplo, de la inacción de los defensores de negocios e intereses del gobierno encabezado por el criador de reses bravas.

Unos ejemplos.

A finales de enero de este año, un análisis bastante visceral (y por lo tanto al margen de ser un ejercicio frío y sesudo) llevó a las autoridades a cerrar, cual tienda de vinos y licores con la licencia vencida, las instalaciones del Tribunal de Conciliación y Arbitraje.

Granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSPET) rubricaron el acto intimidatorio. Y, decíamos, cerraron el changarro, como si este no hubiese tenido independencia. La cosa era demostrar la fuerza de un incipiente gobierno, amplio de espalda, imponente de bíceps, aunque escaso de materia gris.

El argumento actuar se sustentó en presuntas irregularidades.

En realidad fue una oportunidad para golpear a un servidor público relacionado con Héctor Ortiz.

La nula planeación y el contexto violatorio hicieron, por ejemplo, sacar las manos del asunto a la aún no procuradora, Alicia Fragoso Sánchez, cuyo temor a la ordenada vulneración del Estado de Derecho la llevó a jugársela en serio, pues desacató la orden del amo Mariano, con todo y el riesgo de caer de su gracia, en pleno proceso de renovación de la Procuraduría.

Parece que su reacción fue positiva ante la evidente inopia legal de quien volvió a poner de moda los despreciables manotazos tricolores sobra la mesa. Mariano, al paso de los días comprendió su error y dejó correr el proceso sucesorio en la PGJET, a sabiendas que Fragoso era imbatible ante candidatos de mala sombra como José Juan Temoltzin, a quien después premiaría con el C-4.

Y como afirma la diputada de Convergencia, Heladia Torres Muñoz: inconsistencias en el proceso iniciado, llevaron al fracaso el intento marianista de pisotear un tribunal al que consideró irregular.

Más ello no es lo peor.

Vendría el abandono descarado del citado pleito, dejando al anterior presidente en una ventaja legal inusitada.

Un claro desafío del aparato marianista a su amo, bajo la premisa: «patrón, ahógate sólo con tu rabia».

Ahí le va:

Los defensores del marianismo tuvieron que cumplir con compromisos ineludibles para sobreponerse al juicio de amparo 139/2011 promovido por el presidente depuesto del TCyA, Silvano Enrique Báez García, ante el juzgado primero de distrito, aquí en Tlaxcala.

Y, ¿qué cree?… no se presentaron ni a las alegaciones y mucho menos llegaron con pruebas a la audiencia incidental desahogada la mañana del 11 de febrero.

Ya me imagino la cara del amo cuando se entere que en todo momento le vieron la cara de tarugo, pues desde ese fatídico 11 del segundo mes, hasta el 21 del mismo, o sea diez días después, los abogados de lujo, queriendo portar el look de Kikepeña, ¡tampoco se presentaron!

Oiga, pues a qué estaban jugando.

Yo creo que aquí van a rodar cabezas. ¿Quién a estas alturas se atreve a desobedecer al bigote mejor recortado del rumbo?

Sí hay quien. A los que les pagó en forma miserable, y de esa forma se la cobraron.

Vaya usted a saber si hasta esos mismos tinterillos pidieron a Báez para el desayuno en Los Almuerzos, porque como no les habían pagado en el gobierno, ni para el cafecito tenían…

Ah, pero eso no es todo. Ya venían arrastrando como un tamalito de errores y omisiones, pues desde la audiencia constitucional del cuatro de febrero, brillaron por su ausencia.

Ahora bien, tome nota: Sobre el juicio de amparo 56/2011 promovido por Heriberto Gómez Rivera –representante del Poder Ejecutivo en el Tribunal de Conciliación y Arbitraje-, radicado en el Juzgado Segundo de Distrito en el estado de Tlaxcala, nuestros paladines del marianismo, con todo y capa no se presentaron alegaciones, ni pruebas en la audiencia constitucional desahogada en la mañana del 8 de febrero.

Es una vergüenza de dimensiones catastróficas.

Porque los «abogados» del amo tampoco presentaron alegaciones, ni pruebas en la audiencia constitucional desahogada en la mañana del 3 de febrero.

Sí, y mientras este grupo de lentos, mentirosos, pero eso sí, orgullosos de que el amo a cada rato los maltrate (bien que se lo ganan) el Tribunal permanece cerrado y no se pueden ni atender ni resolver juicios laborales, y las partes involucradas cómo cree usted que se encuentran… felices, verdad…

Yo creo que es un delicado engaño y ni siquiera el amo Mariano, con todo y sus modotes se merece que le vean la cara de semejante modo.

Total, sus gritos y desplantes, sus misterios muy al modo de lobo estepario, como él mismo se describe, pues pasan verdad… al fin y al cabo es un político del PRI de antes (pero de muy, muy antes).

Pero representa a la institución del Poder Ejecutivo y, si sus mismos canchanchanes lo pasan por el arco del triunfo, qué podrá esperarse de aquellos injuriados por su particular estilo de resarcir el tejido social, por su inigualable forma para hacer sentir su poder y, claro, por la popularidad que sobre todo tiene ante sus fans féminas.

No se vale, fíjese que así no se juega.