Después de tres años de gobierno, la mandataria Lorena Cuéllar Cisneros sigue estando sola.

 

 

Sus subordinados se resisten a dejar su zona de confort y la comodidad de no hacer nada. Total, si hay una crisis, la jefa da la cara. Si hay un problema grave, la jefa enfrenta las cosas. Si hay un accidente con víctimas mortales y una desgracia, la jefa la afronta y cómo puede la resuelve.

 

Si la gobernadora tlaxcalteca prácticamente atiende todo y resuelve todo, entonces para qué pagar salarios a funcionarios zonzos, mentecatos, sin capacidad y sin la mínima voluntad de trabajar y cumplir con sus responsabilidades.

 

La tragedia registrada la madrugada del miércoles en la empresa Aceros Simec localizada en el municipio de Xaloztoc, donde lamentablemente perdieron la vida 13 trabajadores, evidencia una vez más que los subordinados de la mandataria no sirven ni ayudan.

 

Pese a que el grave accidente se reportó antes de las tres de la mañana, no hubo ninguna autoridad estatal capaz de tomar el control de la situación e informar sobre lo sucedido. Todos callaron y esperaron hasta que la gobernadora asumiera la responsabilidad del evento para que se empezara a mover y a soltar los datos oficiales sobre la tragedia.

 

El secretario de Gobierno, el morelense Luis Antonio Ramírez Hernández, falló y desapareció como suele hacerlo en las crisis y problemas. El poblano coordinador de Protección Civil, Juvencio Nieto Galicia, también optó por esconderse y evitar dar la cara, al igual que otros funcionarios foráneos que curiosamente aparecieron durante la visita que la gobernadora Cuéllar hizo durante la mañana de ayer en la zona del accidente.

 

En qué le ayudan a la gobernadora. De qué sirve que pongan caras de compungidos o de una enorme tristeza cuando no hacen nada para resolver el problema.

 

Las fotos y los videos no mienten. Ahí se puede ver al morelense Luis Antonio Ramírez, al poblano Juvencio Nieto, al oriundo de la Ciudad de México Iván García Juárez, procurador del Medio Ambiente y al también poblano secretario de Desarrollo Económico, Javier Marroquín Calderón, así como a los inútiles titulares de las dependencias del Trabajo, Salud y Medio Ambiente, José Noé Altamirano Islas, Rigoberto Zamudio Meneses y el veracruzano Pedro Aquino Alvarado, respectivamente, sólo por mencionar a algunos.

 

Los familiares de los trabajadores fallecidos esperan respuestas, al igual que cientos de tlaxcaltecas que desean conocer las causas que provocaron ese fatal accidente.

 

La investigación para esclarecer el hecho debe ser pronta, detallada y sin errores o excusas, porque si hubo algún responsable lo justo es que se le aplique la ley.

 

Ojalá no exista negligencia u omisiones de las autoridades estatales encargadas de supervisar y revisar el correcto funcionamiento de las empresas instaladas en la entidad, porque sería muy lamentable y contraproducente para el gobierno lorenista que saliera a relucir que algún funcionario de su administración no actuó adecuadamente por haber recibido alguna gratificación económica como se dice que las exigen en la Coordinación de Protección Civil o en la Procuraduría del Medio Ambiente de Tlaxcala.

 

La gobernadora Lorena Cuéllar se mostró sensible y cercana a las familias afectadas por la tragedia. Su intención de ayudar es genuina y no fingida como la de sus colaboradores.

 

Lástima que la mandataria tenga un equipo tan chafa y tan poco comprometido.

 

Habrá que ver cuál es el comportamiento del gobierno lorenista, sobre todo en estos días de asueto. Ojalá la tristeza y la solidaridad no haya sido para la foto y hoy se vea a los funcionarios y a la misma mandataria asistiendo a eventos donde se le vea feliz en algún espectáculo musical porque seguramente será duramente criticada en las redes sociales.

 

Ya vimos que los senadores de Tlaxcala el longevo ex priista y hoy morenista José Antonio Álvarez Lima y su homóloga Ana Lilia Rivera Rivera aprovecharon la tragedia del accidente para lucrar políticamente, lo cual resulta lamentable.

 

En fin, la sucesión está en marcha y pareciera que se vale usar y recurrir a todo para hacerse notar.

 

Que inmundicia o no.

 

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