Sergio González no es un mal líder, lo peor es la forma en que apuntala su triunfo en el PAN. * En el superbowl, dos apizaquenses, papá e hijo que junto con otros 18 ricotes, se dieron la gran vida, eso sí con temperaturas gélidas; y nosotros aquí, preocupados y pensando, ¿se llevarían de tapar?
Son veintidos los distintos casos de intento de cohecho y de extorsión, en los que la aparente ala ganadora del PAN, en una rara mezcla con delegaciones del gobierno federal y el propio diputado Sergio González Hernández, tienen una participación relevante.
De los más delicados, según ha trascendido a los más altos niveles de ese partido:
1.- El ofrecimiento del hoy líder panista a trabajadores en instituciones del gobierno federal atestadas de panistas, a mover sus influencias para revertir despidos, a cambio del voto de consejeros estatales (situación harto delicada pues las más altas esferas de este instituto político cuentan ya con evidencias).
2.- El descarado intento de soborno con 50 mil pesos o lo doble, protagonizado por un señor de nombre Ángelo Gutiérrez, en el restaurante Vips, a nombre de, «la jefa», Adriana, a consejeros estatales, cuya cresta fue picada por la hoy dueña de dinero, negocios, plazas, delegaciones y todo lo que el calderonismo pudo conservar, luego de la tremenda derrota del cuatro de julio de 2010.
Yo diría que la actual dirigencia estatal se sostiene por alfileres.
Además, me declaro adversario de semejantes trapacerías en el nombre del partido que eso sí, cuando se trata de mostrar la cruz no lo duda. Como tampoco lo hace cada que lo comprometen a abordar el tema del aborto, las nuevas expresiones de sociedades de convivencia y, el contranaturismo de su convenenciera alianza con el perredé de los chuchos.
Avizoro tiempos difíciles para el brutal adrianismo en tanto dictadura bananera en torno de un panismo que se extingue de forma irreversible, ante lo que parece la celebración etílica consuetudinaria de su creador Felipe, quien algún mérito ha de observar en semejante ungida, como para aplaudir la inmisericorde destrucción a chanclazos de lo que llegó a ser la primera fuerza electoral en Tlaxcala, allá cuando se alió con el orticismo, otro tema con sus asegunes.
La nueva chamba de Adriana
Al parecer el súbito corderismo de la seño Adri como colaboradora híbrida en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP) para nada le pareció a su inventor, quien la mandó traer al indigno (porque en eso la convirtieron) bunker llamado Los Pinos.
Allí (igualito que ocurrió con otro perdedor de elecciones, de Aguascalientes) tendrá bajo su batuta operar una tremenda coordinación de delegaciones federales en todo el país.
La doctrina de AA recomienda un cuarto paso a personas como el compañero Felipe, quien debería hacer un análisis crudo y despiadado de sus actos, cuya ejecución a la voz del aiga sido, lo mismo riega cadáveres que hunde al país en las manos de mandriles investidos en sus fieles colaboradores.
Se le ve una prisa estimulada por la bebida para emular a Muhamar Kadafi, el líder libio dispuesto a morir frente a aquellos que hace 39 años elogiaron su papel al frente de la Revolución.
Pues aquí, es férrea la lucha no contra el crimen organizado, ni contra el narcotráfico, sino con los propios panistas que siguen creyendo que tienen principios, como aquél que hoy resulta hilarante, de Por una Patria Ordenada y Generosa.
De ordenada, pues vaya forma de acomodar sus componentes. Y de generosa, eso sí, pero nada más con los que tomaron al país por asalto.
Por si no lo había notado, esto que hace el PAN calderonista es un atraco a la nación que muy caro le costará en próximos cotejos.
El grupo de los veinte
Dos decenas de tremendos paisanos colocaron sus carísimos zapatos tenis (junto con lo de arriba) en el mullido tapete de un bellísimo jet particular que despegó de la pista del aigropuerto de los Hermanos Serdán, en Huejotzingo, Puebla.
Es curioso, pero ese mismo día se efectuó el Superboul, por cierto con temperaturas insoportablemente gélidas, pero no lo suficiente como pare impedir el proyecto de estos veinte verdaderos ricachones, con la suficiente lana como para pagar múltiples cajones de estacionamiento afuerita del Domo (a mil dólares el lugar) digo, nada más como para que se den un quemón sobre cómo viven los ricos de a deveras, no las imitaciones pirata que andan por ahí dando penas.
Quiénes eran. Bueno le doy un nombre para que usted lo intuya: José María Arturo Huerta, cuyos bisnes en la venta de autos y de toros bravos, lo rodea de una élite poderosa, adinerada y de gustos exquisitos.
Por cierto, entre sus acompañantes, un papá con su hijito, oriundos de apizaco y bien empoderados, porque así son ellos.
Hombre, entonces para qué crees que es el dinero.
A, pues yo creí que adelgazar a la vaca burocrática tenía otros propósitos, como que más de carácter social. Bueno, no puedo negar que esa aventura fue realmente de sociedad.
Nada más los lobos esteparios pueden darse estos lujos. Qué barbaros.
Y nosotros aquí, preocupados… ¿pues dónde andarán?, ¿se llevarían de tapar?, ¿por qué no avisaron que se iban?, ¿y si en eso se les poncha una llanta?
Pos es que a los jets también los llevan a la talachería.
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