El futuro del lorenismo está en juego.
La permanencia y consolidación del lorenismo o su fracaso y proceso de extinción se conocerá después del 2 de junio, cuando se tengan los resultados oficiales de la jornada electoral.
El lorenismo que se ha negado a apoyar e impulsar las campañas para senadores y diputados federales porque sus propuestas de aspirantes fueron ignoradas, resulta que sí está utilizando a Morena para las elecciones de diputados locales y de presidentes municipales, con decisiones controvertidas como es el hecho de avalar la reelección de trece legisladores leales a su causa y la imposición de amigos, comadres, compadres y recomendados a las nominaciones para alcaldes y alcaldesas.
A lo anterior, hay que agregar la complacencia que existe de la mandataria tlaxcalteca Lorena Cuéllar Cisneros para empoderar a la familia del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, ya que su hijo Alfonso Sánchez García que fracasó para convertirse en aspirante a senador por Morena fue premiado con la candidatura a la presidencia municipal de Tlaxcala y su soberbia nuera fue recompensada con su virtual reelección como legisladora local, pues encabeza la lista de los diputados plurinominales del partido que fundó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Ese hecho, seguramente no pasará inadvertido por los tlaxcaltecas que podrán manifestar su aprobación o reprobación el día en que acudirán a las urnas a votar.
Por lo pronto, el lorenismo que desprecia y ha puesto distancia con Morena en los comicios federales al abandonar la fórmula integrada por los senadores José Antonio Álvarez Lima y Ana Lilia Rivera Rivera, quienes también son favorecidos con la reelección, busca consolidar su presencia y fortaleza en el ámbito estatal al imponer y palomear todos los candidatos y candidatas a las diputaciones y a las presidencia municipales.
A los candidatos lorenistas se les ha dado la instrucción de trabajar y canalizar los votos al moribundo proyecto que encabeza Sergio González Hernández, quien es el flamante aspirante al Senado por el Partido Verde Ecologista de México.
El fracasado ex secretario de Gobierno permanece en el fondo de las preferencias y la intención del lorenismo es aportar los votos que garanticen la llegada de ese político de cuarta división al Senado como la primera minoría que, según ellos, es posible arrebatársela a la coalición integrada por el PRI, el PAN y el PRD.
Si los aspirantes lorenistas ganan la mayoría de los cargos de elección popular que están en juego, ese grupo político tendrá fuerza, empuje y gas para disputar la sucesión del 2027, pero si pierde no sólo quedará debilitado y aislado, sino que enfrentará traiciones, se incrementará la desbandada de simpatizantes y su margen de operación se reducirá sustancialmente.
Los candidatos tanto al Congreso del Estado como a las 60 alcaldías pueden gustar o no. Para algunos se trata de propuestas ganadoras, aunque para otros se está jugando a perder los comicios porque ciertos abanderados son improvisados, otros buscan mantener el poder y los privilegios y unos más carecen de trabajo y de arraigo, de ahí que sus perfiles no son bien vistos por los electores tlaxcaltecas.
Al conocerse la lista oficial de candidatos a las presidencias municipales surgió de inmediato la inconformidad y el rechazo de la militancia y de los contendientes rechazados, sin embargo hasta ahora no se han mostrado públicamente ese malestar quizá porque la estrategia del líder estatal de Morena, Carlos Augusto Pérez Hernández, de firmar pactos de unidad entre los aspirantes está funcionando.
Pero negar que hay malestar y decepción entre la estructura lorenista por ciertas designaciones sería mentir. La realidad es que los miembros de ese grupo que están incrustados en la administración estatal están siendo presionados a trabajar por ciertos proyectos, pero no lo hacen con la fuerza y determinación que se vio en el 2021 cuando se ganó la gubernatura de la entidad.
Además, la mayoría de los lorenistas que fueron relegados o marginados del gobierno estatal son meros observadores y en la mayoría de los casos simulan que están operando. En algunos casos se habla que mantendrán una “huelga de brazos caídos”, es decir, no se moverán ni trabajarán para hacer ganar a los candidatos que fueron palomeados por la mandataria y sus principales operadores.
Si en la integración y conformación se dio preferencia a morelenses, poblanos y a otros personajes ajenos a Tlaxcala, lo justo es que es ahora ellos salgan hacer campaña y operen en la labor de convencimiento para que los ciudadanos y las ciudadanas salgan a votar por los candidatos lorenistas, es la frase que es común escuchar entre los liderazgos de ese grupo que se sienten defraudados.
Ahora, no queda más que esperar y ver si la apuesta que hizo el lorenismo para los comicios del próximo 2 de junio fue la acertada.
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