Si los actuales actores políticos se hubieran puesto de acuerdo, estoy seguro que jamás se habría logrado una perfecta representación teatral cómo la del domingo, donde cada quién hizo su papel y sigue el libreto a la perfección.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, asistió a Tlaxcala para entregar la obra de restauración de la Iglesia de San José afectada por el sismo del 2017 y aprovechó el momento para apapachar a la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, a quien al parecer no le fue nada bien en la designación de los candidatos de Morena al Senado y a las diputaciones federales.
López Obrador estaba respaldando a Lorena Cuéllar mientras Claudia Sheinbaum Pardo se registraba en el INE como candidata presidencial de la coalición conformada por Morena, el PT y el PVEM.
Y aprovechó el evento oficial para hacer proselitismo y dejar en claro que su amigo el ex gobernador José Antonio Álvarez Lima es su candidato para buscar la reelección al Senado, por lo que todos sus simpatizantes deberán mostrar su respaldo con votos.
Lorena Cuéllar, una política experimentada y que sabe leer muy bien las señales, arropó a Álvarez Lima y demostró el control que tiene de sus huestes porque nadie se atrevió a abuchear al senador o a gritar una consigna.
José Antonio Álvarez no sólo agradeció el gesto, sino que como buen conocedor de la política y de las formas, seguramente ya aceptó que la jefa del ejército morenista en Tlaxcala es la mandataria tlaxcalteca y por lo tanto se deberá coordina con ella para llevar a buen puerto las elecciones del próximo 2 de junio.
La oposición se prestó al juego y con su Marcha por la Democracia le dio a López Obrador el pretexto para descalificar a sus adversarios que, según él, sólo hacen este tipo de protestas para conservar sus privilegios y seguir sus prácticas corruptas.
En la marcha se pudo observar a unos panistas aguerridos encabezados por la líder estatal Miriam Martínez Sánchez y la senadora Minerva Hernández Ramos, mientras que en el PRI la virtual aspirante al Senado, Anabell Ávalos Zempoalteca no se dejó intimidar y pasó una valla que le impedía llegar al zócalo capitalino, lo cual fue replicado por la diputada local y líder del sindicato de trabajadores del sector salud Blanca Águila Lima, quien encabezó el contingente más numeroso de la marcha.
Su protesta no opacó el evento del presidente de México ni golpeó la imagen de la gobernadora Lorena Cuéllar, pues no terminó en una confrontación ni en un acto que resultara negativo para el gobierno tlaxcalteca.
López Obrador se salió con la suya, apapacho a Lorena Cuéllar, hizo que la mandataria aceptara la nominación de Álvarez Lima y logró calmar las inconformidades que existían en Morena por la designación de los candidatos al Congreso de la Unión y de paso le dio una repasada a sus adversarios.
Un domingo perfecto para el presidente.
Un secuestro, pero hay muchas dudas y preguntas
Un asunto que ha generado inquietud y alarma entre los tlaxcaltecas fue el secuestro que terminó con el asesinado de la víctima y la detención de una banda que operaba en el oriente de la entidad, específicamente en el municipio de Huamantla.
Se sabe que la víctima que era acompañada por el hermano del alcalde de Huamantla fue levantada la mañana del pasado 14 de febrero y que después fue localizada muerta al interior de una bodega abandonada en el municipio de Huamantla, en la colonia Nuevo San Juan, la noche del sábado 17.
La familia del empresario pagó el rescate solicitado, pero los plagiarios no regresaron a su víctima, por lo que solicitaron la intervención de la Procuraduría General de Justicia en el Estado.
Según la PGJE se logró llevar a cabo un operativo simultáneo que permitió capturar a los autores materiales de ese crimen Gustavo Enrique N. alias El Jarocho, Mario Alfonso N. y Martín N.
Se habla que no era el primer secuestro, sino que ya anteriormente se habían cometido dos más y que en esa banda también estaría involucrado un mesero que al parecer trabaja en el restaurante de la Hacienda de Soltepec, quien se rumora que ya fue detenido.
Valdría la pena que las autoridades informaran desde cuando operaba esa banda, el número de secuestros cometidos en la entidad y si todos los integrantes de organización criminal ya enfrentan la justicia o si hay otros que andan sueltos.
Urge confirmar o desmentir si un mesero de la ex hacienda estaba o no involucrado, pues los ciudadanos y las ciudadanas tiene derecho a saber sobre el caso, pues esos criminales ya le quitaron la vida al empresario de Huamantla, Jorge Montiel, mejor conocido como “El Ranchero”.
La ola criminal sigue golpeando a Tlaxcala y nuevamente la entidad vivió un fin de semana sangriento, porque aparte del secuestro y el asesinato de Huamantla, también se reportó un homicidio doloso en Acuitlapilco y un ataque a balazos en Axocomanitla.
Así las cosas
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