Varias lecturas fueron las que dejó la designación de los aspirantes al senado por Morena que optó por premiar con la reelección a José Antonio Álvarez Lima y Ana Lilia Rivera Rivera, quienes ni sudaron ni se despeinaron para conseguir la anhelada posición.

 

 

De los múltiples aspirantes inscritos en ese proceso, nadie protestó ni exigió la publicación de los resultados de las mentadas encuestas que son un misterio, porque nadie supo cuándo se levantaron, qué empresas fueron las contratadas y cuáles fueron los datos que respaldan tales designaciones, sobre todo porque hubo morenistas como el ex secretario de Infraestructura, Alfonso Sánchez García, que financiaba estudios de opinión donde según él encabezaba las preferencias.

 

Al ex gobernador Álvarez Lima nadie lo vio haciendo campaña ni preocupado. Sólo asistía a eventos públicos y partidistas donde se dejaba consentir por la virtual candidata de Morena a la presidencia, Claudia Sheinbaum Pardo, quien lo invitaba al presídium, mientras que a otros aspirantes eran relegados o ignorados.

 

Hubo gobernadores que fueron premiados con sus recomendados para obtener las candidaturas al Senado, como la mandataria de Guerrero, Evelyn Salgado, quien impulsó a la ex aspirante a la gubernatura Beatriz Mujica y en la segunda se ubicó su Félix Salgado, quien busca ser reelecto.

 

En Sinaloa, busca la reelección la senadora Imelda Castro y Enrique Inzunza, secretario de Gobierno y cercano al gobernador Rubén Rocha.

 

Tanto Evelyn Salgado y Rubén Rocha fueron gobernadores que desde el principio de proceso interno de Morena para elegir al candidato o la candidata a la presidencia del país se la jugaron con Claudia Sheinbaum, no así la mandataria tlaxcalteca Lorena Cuéllar Cisneros que movió toda la estructura y su respaldo a favor del ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.

 

Quizá por esa razón, sólo los lorenistas creían que Alfonso Sánchez, hijo del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya tenía alguna posibilidad de convertirse en candidato al Senado, al igual que el disminuido Sergio González Hernández, ex secretario de Gobierno y Madaí Pérez Carrillo, ex directora del IDET.

 

Los aspirantes lorenistas no pintaron y nunca representaron una preocupación para la dupla de Álvarez Lima y Ana Lilia Rivera. La que sí estuvo en la pelea por la segunda fórmula al Senado fue la diputada federal, Dulce Silva Hernández, quien en varios estudios de opinión mantenía un empate técnico con la actual senadora Rivera.

 

Lo interesante será ver quiénes son los suplentes de José Antonio Álvarez y de Ana Lilia Rivera. Del primero se habla que podría ser Oscar Flores Jiménez, titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la SEP, aunque también está buscando esa posición es el poblano Ramiro Vivanco Chedraui, actual Oficial Mayor de Gobierno en Tlaxcala.

 

Por lo que respecta a Ana Lilia Rivera se escucha en los corrillos de Morena que su suplente sería Dulce Silva, sin embargo hay quienes ven un futuro más prometedor a la diputada federal, ya que estaría con posibilidades de trabajar en la administración de Sheinbaum Pardo.

 

Lo que es un hecho es que los lorenistas se resisten a morir y tirar la toalla. El pasado viernes el ex panista Sergio González aceptó su derrota y según él formará parte del “plan c” de Claudia Sheinbaum para evitar que el PRI, PAN y el PRD ganen la primera minoría al Senado en Tlaxcala con la priista Anabell Ávalos Zempoalteca.

 

Las negociaciones para que Sergio González se convierta en candidato del PVEM al Senado están más que avanzadas y su nominación se logrará a los buenos oficios que el secretario de Gobierno de Tlaxcala, Luis Antonio Ramírez Hernández, lleva en la mesa nacional donde se están analizando, discutiendo y definiendo a los aspirantes a legisladores federales.

 

Dicen que en esas mesas también se estaría logrando la sobrevivencia política de la intrascendente Madaí Pérez, quien podría aparecer como candidata a una diputación federal.

 

Los procesos internos de Morena son una burla y una vil simulación, tan es así que ahora se asegura que Alfonso Sánchez García recibirá como premio de consolación la candidatura a la presidencia municipal de Tlaxcala, posición que nunca buscó ni mostró el mínimo interés por conseguirla, pero como todos los militantes tlaxcaltecas de ese partido son unos agachones y sumisos, es probable que nadie proteste y acepte esa burda imposición.

 

Si con el Senado ya se comprobó que prevaleció el dedazo, lo más seguro que en las diputaciones federales se recurra a la misma fórmula, la cual se replicará para no variar en las candidaturas a diputados locales y presidencia municipales donde seguramente serán beneficiados los amigos, los compadres, las comadres y los recomendados.

 

Con ese comportamiento y desánimo que existe entre los morenistas tlaxcaltecas, dudo que se logre la meta de sumar más de 500 mil votos para los comicios del 2 de junio.

 

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