Después de varias semanas, por fin se volvió a reunir al gabinete legal y ampliado con la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, quien sin miramientos les leyó la cartilla a sus funcionarios, de ahí que muchos salieron cabizbajos de las modernas instalaciones del C5i.

 

 

 

Como era de esperarse, a la mentada sesión de trabajo no llegaron varios colaboradores, unos porque disque están enfermos, otros porque ya les dieron las gracias y otros más porque andan en abierta campaña para buscar un cargo de elección popular en las elecciones del próximo 2 de junio.

 

Palabras más, palabras menos, la mandataria les expresó: Ojalá los que siguen cobrando se pongan a trabajar y lleguen al final de mi administración. Mensaje que caló hondo en muchos funcionarios lorenistas que simplemente pasaron saliva y agacharon la mirada, porque nadie mejor que ellos sabe que no han dado resultados y que sólo reciben un jugoso sueldo sin arrastrar el lápiz, desgastar zapatos y sin mantener un contacto permanente con los tlaxcaltecas.

 

Y créame que la advertencia fue en serio, sino pregúntenle al ex titular de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción de la PGJE, Ricardo Sánchez Ramírez, hermano del ex poderoso Director Jurídico de la Secretaría de Gobierno, Miguel Sánchez Ramírez, quien dice ser el encargado del Instituto Tlaxcalteca para Devolver al Pueblo lo Robado.

 

Miguel Sánchez logró ubicar a su hermano en la mencionada fiscalía, un abogado mediocre y sin trayectoria en el derecho penal, gracias a su cercanía con la gobernadora Lorena Cuéllar y al impulso que recibió del entonces influyente secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, pero al parecer su estrella se apagó porque después de 16 meses en el puesto la PGJE comprobó que no daba resultados y que los rumores de que se arreglaban los asuntos para que éstos no llegaran a los jueces eran cada vez más crecientes.

 

En su lugar se designó a Adriana Delgado Bolaños,una abogada de la Ciudad de México, quien vino a desplazar a un tlaxcalteca más dentro del gobierno lorenista.

 

Pero no crea que fueron los únicos cambios, porque se dieron otros más como el de Isela Pérez Águila que dejó la Dirección Administrativa de la Secretaría de Educación Pública de Tlaxcala para dejar el cargo a Augusto Macías Sánchez, un huamantleco de nacimiento pero que bien se trata de otro foráneo que viene de laborar en el gobierno de Michoacán.

 

La salida de Isela Pérez se debe a que supuestamente generó durante el año pasado un subejercicio cercano a los 20 millones de pesos en la SEP.

 

Un movimiento más fue el de la Dirección Administrativa del Cecyte, donde llegó el priista José Manuel García Valencia. Se dice que ese personaje trabajó en el ayuntamiento de Tlaxcala cuando lo encabezó Zenón Ramos Castillo y en la administración estatal con el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez.

 

Vaya joyita de funcionario que llegó al Cecyte. Incluso éste presumía que estaba litigando un laudo millonario contra el Órgano de Fiscalización Superior.

 

Finalmente, se supo que por fin Javier Rivera Bonilla dejó la dirección del Fontlax para dedicarse de tiempo completo a su proyecto de obtener la candidatura de Morena a la presidencia municipal de Apizaco.

 

En su lugar trascendió que se designó a Juan Dolores Morales Pluma, empresario y financiador de la campaña de Lorena Cuéllar a la gubernatura, quien aceptó ese cargo de segundo nivel en la administración estatal una vez que el ofrecimiento hecho por su amiga para convertirlo alcalde capitalino no será cumplido porque existen otras prioridades.

 

Es obvio que la llegada de funcionarios foráneos a la entidad es la constante y que al parecer los lorenistas y los morenistas no están capacitados o no tienen la preparación para ocupar posiciones relevantes en el gobierno de Tlaxcala.

 

Difícil de creer, pero es la realidad.

 

Lorena Cuéllar, sin fuerza y poder

 

Anoche la gobernadora Lorena Cuéllar Sufrió un revés que, aunque no le reconozca, le dolerá por muchos años, pues no tuvo ni la fuerza ni la influencia para pelar alguna de las dos posiciones al Senado que quedaron en manos de sus enemigos y adversarios políticos, José Antonio Álvarez Lima y Ana Lilia Rivera Rivera, quienes fueron premiados con la reelección.

 

De nada sirvió que la mandataria se adelantara y promocionara a Alfonso Sánchez García, el ex titular de la Secretaría de Infraestructura e hijo del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, cuando siempre se supo que sus posibilidades de disputar la candidatura de Morena al Senado eran nulas y más cuando también se impulsó como su compañera de fórmula a la desconocida e intrascendente Madaí Pérez Carrillo.

 

Alfonso Sánchez y Madaí Pérez aseguraban que serían ellos los elegidos porque no sólo representaban el compromiso de la gobernadora Cuéllar, sino porque la mandataria era poderosa, invencible y sus relaciones con el poder era infinitas, de ahí que no dudaban en ser electos.

 

El tiempo pasó y anoche se confirmó que Lorena Cuéllar es una gobernadora con poder exclusivamente en Tlaxcala y que sus influencias y presencia a nivel nacional son ficticias.

 

La diputada federal Dulce Silva Hernández no logró su objetivo de convertirse en candidata al Senado, pero seguramente encontrará una posición para mantenerse vigente, ya sea que se reelija como legisladora o en una posición dentro del futuro gabinete que conformará muy probablemente Claudia Sheinbaum Pardo.

 

Con las designaciones de los aspirantes al Senado por Tlaxcala se confirma que no sólo Lorena Cuéllar perdió, sino también Alfonso Sánchez que ahora buscará con todo la candidatura a la presidencia municipal de Tlaxcala, para tratar de ganar los comicios del próximo 2 de junio y de ahí mantener su proyecto de convertirse en el sucesor de la mandataria.

 

Sin embargo, deberá ser muy cuidadoso porque su ambición de poder no le está gustando a los tlaxcaltecas y menos cuando ahora se habla que su esposa, la diputada Marcela González Castillo, está operando para ser reelecta como legisladora y controlar por otros tres años más el Congreso del Estado, lo cual sería muy mal visto por los ciudadanos y las ciudadanas que desaprobarán que un matrimonio controle el ayuntamiento capitalino y el Poder Legislativo.

 

El triunfo de Álvarez Lima y Ana Lilia Rivera dolerá a muchos, como al ex secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, quien también hizo el ridículo al buscar esa candidatura.

 

En fin, todos sabían lo que iba a pasar y sólo era cuestión de tiempo para que se confirmara.

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