El tiempo ha dejado de ser un aliado de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, porque hoy sin duda es un factor que jugará en su contra y más rumbo a los comicios del próximo 2 de junio.

 

 

Muchos se preguntan si las elecciones locales serán un referéndum para la inestable administración lorenista, que a dos años y cinco meses, no ha podido posicionar un logro que sea reconocido por los ciudadanos y las ciudadanas. Desde que Lorena Cuéllar asumió el poder ha disparado escopetazos y no tiros de precisión. Anuncia planes y proyectos, pero éstos no cuajan o si se realizan no logran un impacto en el imaginario colectivo.

 

Si bien la mandataria tlaxcalteca logró en algunos meses aceptables niveles de aprobación que incluso llegaron a superar el 60 por ciento, en los hechos y en los últimos meses la tendencia que se registra es a la baja y en promedio se ubica en un 52 por ciento.

 

Sin embargo, hay municipios del sur de la entidad en donde Lorena Cuéllar alcanza una aprobación del 39 por ciento y en otras demarcaciones del norte y del oriente también registra bajas calificaciones que rondan entre el 40 y 43 por ciento.

 

Para el 75 por ciento de los tlaxcaltecas hasta ahora no se ha llevado a cabo ninguna obra emblemática o de desarrollo para el estado. De los que mencionaron alguna acción, mencionaron que en materia de salud se han construido nuevas instalaciones, pero en su opinión los servicios en esa materia siguen siendo deficientes porque no hay medicinas, ni médicos, ni doctores especialistas.

 

De acuerdo con diferentes estudios de opinión que se han levantado para medir el impacto y trabajo del gobierno lorenista, el 82 por ciento de los entrevistados dijo no recordar ninguna obra o acción destacada que se haya promovido en el segundo informe de gobierno, por lo que ese acto de promoción prácticamente pasó inadvertido para los tlaxcaltecas.

 

Por ejemplo, le encuentra sentido que el segundo informe de gobierno del DIF Estatal que preside Mariana Espinosa de los Monteros Cuéllar se realice cuando ya van cinco meses de lo que sería el tercer año. La información que dará a conocer corresponderá del mes de septiembre del 2022 al mes de agosto del 2023, o será un acumulado de dos años y cinco meses para que los números sean más altos y apantallantes y se presuma que se atiende como nunca.

 

Los ciudadanos y las ciudadanas se sienten alejados de la mayoría de los funcionarios estatales a quienes no conocen ni saben cómo se llaman. Además, 50 por ciento de los sujetos que formaron parte de los estudios lamentaron que se trate de personas de otras entidades, porque en su opinión desconocen la problemática de la entidad.

 

Al cuestionar que tan corrupta percibía a la actual administración en comparación con los gobiernos de los priistas Marco Antonio Mena Rodríguez, Mariano González Zarur, el del panista Héctor Ortiz Ortiz y la del perredista Alfonso Sánchez Anaya, los ciudadanos mencionaron que aún no alcanzaba los niveles de la familia Ortiz, pero ya supera a los priistas.

 

Con el anterior panorama es como Lorena Cuéllar llega a las elecciones intermedias de su gobierno y a las presidenciales, donde además los tlaxcaltecas elegirán senadores y diputados federales.

 

En los comicios del 2018 AMLO arrasó en Tlaxcala al ganar la presidencia de México, el Senado y las tres diputaciones federales. En los comicios intermedios del 2021, Morena volvió a obtener el triunfo en las diputaciones federales y en la gubernatura con Lorena Cuéllar, logrando una votación de más de 304 mil votos.

 

Lo malo es que el arrastre de AMLO y el de Lorena Cuéllar sólo ayudaron para ganar la mayoría en el Congreso del Estado con diputados locales de Morena y de partidos aliados, sin embargo no fue determinante para gobernar la mayoría de los 60 municipios, ya que sólo el partido de López Obrador se alzó con la victoria en 14.

 

Hoy una parte de la estructura lorenista está encabronada porque trabajó para el triunfo electoral del 2021 y fue excluida de los cargos en el gobierno, porque los puestos más relevantes de la administración estatal quedaron en funcionarios de Morelos, Puebla y de la Ciudad de México, porque en el proceso interno de Morena para elegir candidatos y candidatas se da prioridad a los arribistas, a ex priistas y ex panistas.

 

La maquinaria electoral del gobierno opera, pero ya no con la fuerza y capacidad de antes, sobre todo porque hoy los encargados de la estrategia para captar votos a través de los programas sociales son poblanos que desde hace meses controlan la Secretaría del Bienestar de Tlaxcala, pero lo están haciendo de acuerdo con sus intereses y no donde se necesita y se requiere.

 

Por lo que respecta a la estructura lorenista y aliados, éstos también están resentidos y no se tiene la certeza de que vayan a jalar con los proyectos que quiera apuntalar la gobernadora en los próximos comicios, debido a que la percepción que se tiene es que la mandataria no cumple acuerdos.

 

Dicen que la mejor prueba es el caso de Alfonso Sánchez García y Madaí Pérez Carrillo, a quienes promovió desde el gobierno e impulsó para que fueran candidatos al Senado por Morena, pero que a la mera hora los dejó solos cuando comprobó que no tenía la fuerza para disputar esas posiciones.

 

Por lo que se percibe un sector de los tlaxcaltecas si está sentido y decepcionado del gobierno lorenista y no descarte que ese malestar se haga presente en las próximas elecciones del 2 de junio.

 

Al tiempo.

 

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