Los problemas caseros y domésticos se le siguen complicando al gobierno lorenista que no encuentra la forma ni el método para poner fin a protestas que desde la semana pasada derivaron en la toma y el cierre de las oficinas de la Secretaría de Educación Pública de Tlaxcala.
Me parece ridículo que la imagen del gobierno estatal se exponga sólo porque la titular de la Secretaría de la Función Pública, la ex priista Eréndira Cova Brindis, se oponga al cambio, ni siquiera al despido, del Contralor Interno de la SEP, Edmundo Vázquez José, quien enfrenta acusaciones de acoso y hostigamiento laboral.
Ese petición que según los sicólogos de la Comisión Estatal de Derechos Humanos estaría sustentada por las evidencias que arrojaron las entrevistas al personal, ha provocada que la mencionada contraloría permanezca cerrada desde noviembre del año pasado, acción que este año los miembros de la Delegación III-1 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que encabeza Wendoline Amaro Ramírez decidieron respaldar al tomar las oficinas de la SEP.
Lo anterior derivó en una serie de decisiones que dudo estén respaldadas por la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, como la de denunciar penalmente a la líder del SNTE, Wendoline Amaro, la de intentar recuperar las instalaciones de la dependencia con el apoyo de la fuerza pública y la otra de llevar a cabo el despido de la dirigente sindical que se podría dar en los siguientes días.
El secretario de Gobierno, Luis Antonio Ramírez Hernández, lejos de ayudar a resolver el conflicto al parecer lo ha complicado más porque todas sus decisiones con las que intentan arreglar el problema son conocidas inmediatamente por los empleados de la SEP que se organizan para enfrentar la represión o cualquier abuso de poder del gobierno lorenista.
El viernes pasado y aprovechando la oscuridad, Luis Antonio Ramírez dio su aval para que personal de la SEP junto con un grupo de policías se metiera a las oficinas, sin embargo esa brillante idea fracasó porque a los quince minutos de que se aprobó ese operativo, los trabajadores sindicalizados ya estaban siendo avisados de las maniobras de las autoridades por parte de Wendoline Amaro, quien aprovechó para dar a conocer que ella y el maestro Carlos León contaban con órdenes de aprehensión.
La Segob tiene muchas filtraciones y hasta ahora ha demostrado que tiene poca capacidad para actuar y resolver los conflictos, es como si el ex panista Sergio González Hernández siguiera despachando, porque sencillamente las cosas se mantienen igual o peor.
Me parece que los funcionarios estatales se están equivocando y su intención de darle al gobierno de Lorena Cuéllar un rostro represor, intolerante y enemigo de las mujeres les puede salir muy caro, porque les guste o no la percepción ciudadana hacia la mandataria estatal cada día se deteriora más, no sólo por este asunto, sino por la creciente inseguridad y en especial los robos con violencia, así como por los casos de corrupción que cada vez se denuncian más.
En lo personal dudo que Lorena Cuéllar esté convencida de meter a la cárcel o despedir a la líder del SNTE Wendoline Amaro porque años atrás fueron aliadas y amigas que se conocen sus secretos.
La dirigente del SNTE no es una blanca paloma, porque ha sabido aprovechar sus condiciones y la fuerza de la representación sindical que controla para lograr beneficios, pero cómo se los han cortado o limitado ha emprendido una guerra con el titular de la SEP Homero Meneses que ya lleva meses.
En verdad será Edmundo Vázquez un funcionario lorenista tan valioso que se debe proteger acosta de la imagen y prestigio de la gobernadora, será que Eréndira Cova como secretaria de la Función Pública tenga más poder e influencia que el titular de la Segob Luis Antonio Ramírez y que el secretario de Educación, Homero Meneses, será cierto que en este gobierno no hay capacidad para resolver problemas caseros como el de la Contraloría Interna de la SEP.
Son preguntas que muchos se hacen.
Habrá que ver si este día sigue el paro y el cierre de la mencionada dependencia o el personal directivo de la SEP en compañía de un pelotón de policías logra abrir las oficinas para que los trabajadores puedan laborar.
Ojalá la gobernadora Lorena Cuéllar regrese a sus actividades normales y ponga orden en su administración, porque es obvio que sus subordinados le están fallando. O no.
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