PRI y PAN consumaron su desprecio al PRD y a los militantes que según sus dirigentes no merecen el respaldo de ambas fuerzas políticas para buscar otro cargo de elección popular.

 

 

Resulta absurdo que en la elección presidencial el PRI y el PAN si hayan aceptado la aportación del PRD y lo hayan sumado al Frente Amplio por México para disputar ese puesto a la morenista Claudia Sheinbaum Pardo, pero no así en los comicios locales bajo el pueril argumento de que el sol azteca en Tlaxcala está acabado y que lejos de ayudar a sumar votos los resta.

 

Ojalá la soberbia que hasta ahora han mostrado las dirigentes tlaxcaltecas del PRI y el PAN, Anabell Ávalos Zempoalteca y Miriam Martínez Sánchez, respectivamente, no las lleve a cometer más errores que lleven al fracaso a su alianza, sobre todo porque los perfiles competitivos que pueden tener están siendo ignorados.

 

Un claro ejemplo es el caso de la actual diputada priista de mayoría Diana Torrejón Rodríguez, quien buscaba convertirse en alcaldesa de Tlaxco, posición que pudiera alcanzar por el trabajo a ras de tierra que ha realizado en los últimos meses en ese municipio.

 

Sin embargo, Diana Torrejón no tendrá la posibilidad de buscar su reelección, pues la líder del PRI, Anabell Ávalos, la odia por no obedecer sus órdenes que ya entregó esa candidatura a Rosalinda Muñoz Sánchez y la nominación a la alcaldía de ese pueblo mágico le corresponde al PAN que lanzará a Jorge Rivera, hijo del ex edil de Tlaxco quien fuera señalado de enriquecimiento ilícito cuando desempeñó el cargo.

 

Habrá que esperar unos días más para conocer los nombres de todos los candidatos y las candidatas a diputados locales del PRI y el PAN, para determinar si se trata de perfiles competitivos que le garanticen a esa coalición ganar distritos que impidan a Morena y sus aliados tener el control del Congreso del Estado.

 

Se sabe que el PRI encabeza en 8 distritos, mientras que el PAN 7. En lo que respecta a los ayuntamientos, los priistas controlarán 22 y los panistas 20, dejando 18 fuera de la coalición y en donde contenderán cada uno por su lado.

 

Los distritos que se asignó el PRI son: Calpulalpan, Tlaxco, Tetla, Apizaco, Tlaxcala, Huamantla (11), Zacatelco y Papalotla.

 

Las diputaciones locales que quedaron en manos del PAN son: Panotla, Ixtacuixtla, Contla, Chiautempan, Huamantla (10), Teolocholco y San Pablo del Monte.

 

Por lo que toca a los municipios, el PRI tendrá candidatos o candidatas en Atlangantepec, Axocomanitla, Calpulalpan, Chiautempan, Emiliano Zapata, Huamantla, Zacatelco, Amaxac, Ixtenco, Mazatecochco, Panotla, Papalotla, Texoloc, Tetlanohcan, Huactzinco, Tecopilco, Tzompantepec, San Pablo del Monte, Tocatlán, Xiloxoxtla, Muñoz de Domingo Arenas y San José Teacalco.

 

El PAN lo hará en Acuamanala, Apetatitlan, Apizaco, Contla, Cuapiaxtla, Lázaro Cárdenas, Nanacamilpa, Zacualpan, Sanctorum, Quilehtla, Teolocholco, Tepetitla, Terrenate, Tetla, Tetlatlahuca, Tlaxco, Tlaxcala, Totolac, Yauhquemehcan y Santa Cruz Tlaxcala.

 

En una primera revisión, salta que la coalición del PRI y el PAN será competitiva en municipios como Chiautempan con Nicolás Gutiérrez de Casa mejor conocido como “Nico”, en Apizaco donde Pablo Badillo Sánchez buscará la reelección, en Tlaxcala donde se perfila la actual senadora panista Minerva Hernández Ramos, así como en Apetatitlán, Tlaxco, Yauhquemehcan, San Pablo del Monte, Zacatelco y otros más.

 

Por lo pronto, la alianza del PRI y el PAN empieza a ganar la agenda mediática de la elección local, porque Morena y sus aliados simplemente pasan desapercibidos.

 

El PRD y sus dirigentes locales llevaban a cabo un trabajo a ras de tierra y con tiros de precisión. Su objetivo es ganar una que otra diputación local y algunos municipios que garanticen los votos suficientes para conservar el registro y tener presencia en el Poder Legislativo.

 

Las piezas en este juego de ajedrez se han empezado a mover.

 

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