Si el proceso interno de Morena para elegir senadores y diputados federales en Tlaxcala se lleva en el oscurantismo, porque es la fecha que nadie sabe cuántos aspirantes hay y quienes son, imagínese que nos espera con el desarrollo de las contiendas para designar a los candidatos y candidatas a legisladores locales, alcaldes y presidentes de comunidad.

 

 

 

Sólo los ingenuos pueden creer que Morena, el partido que fundó Andrés Manuel López Obrador, está comprometido con la democracia y la legalidad de los procesos internos, pues en los últimos años y en las últimas semanas ya se demostró una y otra vez que el dedo del actual presidente de México es el que pesa e importa y no los resultados de las encuestas que supuestamente se realizan para conocer quién o quiénes son los aspirantes mejor posicionados y con mayor potencial de voto.

 

Hace unos días se comprobó lo anterior cuando ese partido y sus aliados el PT y el PVEM avalaron la designación de nueve candidatos a igual número de gobiernos estatales, incluido el de la Ciudad de México, pues la que se impuso fue la decisión de López Obrador y no los resultados de los estudios de opinión pública.

 

Por ejemplo, en Tlaxcala los estudios de empresas encuestadoras serias refieren que hoy en día la diputada federal Dulce Silva Hernández encabeza las preferencias para la Cámara Alta del Congreso de la Unión, seguida de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera que busca su reelección, dejando muy abajo y sin posibilidades de entrar a una zona de competencia a la candidata de la gobernadora Cuéllar, la ex titular del Instituto del Deporte de Tlaxcala, Madaí Pérez Carrillo.

 

En el caso de los varones, el que se ubica en el primer sitio es el junior Alfonso Sánchez García, porque ha aprovechado el nombre de su papá, el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, para posicionarse entre los tlaxcaltecas. Debajo de él y con porcentajes que no superan los dos dígitos se localizan el ex secretario de Gobierno, Sergio González Hernández y el ex mandatario estatal y que también busca su reelección, José Antonio Álvarez Lima.

 

Con porcentajes mínimos aparecen Oscar Flores Jiménez, titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la SEP, Ramiro Vivanco Chedraui, Oficial Mayor de Gobierno, el diputado federal del PT, Alejandro Aguilar López y otros personajes más.

 

A pesar de los datos que arrojan las encuestas, la clase política tlaxcalteca da como un hecho que Álvarez Lima será el candidato varón y que éste podría llevar como compañera de fórmula a Dulce Silva o a Ana Lilia Rivera.

 

Habrá que esperar los tiempos y comprobar si realmente se respetaron los resultados de los estudios demoscópicos o si nuevamente imperó el dedo de López Obrador y el de la virtual candidata presidencial de Morena Claudia Sheinbaum Pardo.

 

Para las diputaciones locales y las presidencias municipales existe una desinformación y un descontrol absoluto, pues quienes fueron llamados por la gobernadora Lorena Cuéllar o el secretario de Gobierno, Luis Antonio Ramírez Hernández, para que se registraran como aspirantes ya se sienten bendecidos y casi casi ungidos, pero se equivocan porque fueron decenas de lorenistas los que recibieron tal indicación.

 

Sólo se necesita observar uno que otro municipio, por ejemplo el de Apizaco donde casi todos los aspirantes aseguran que su “amiga” la gobernadora ya los palomeó, cuando en realidad sólo están siendo usados para llegado el momento validar la imposición que se hará en ese municipio y en todos los demás.

 

Si bien la mandataria llevará mano para palomear la mayoría de las candidaturas al Congreso del Estado y a las 60 alcaldías de la entidad, lo cierto es que los operadores de Claudia Sheinbaum como el diputado federal Armando Contreras Castillo también están alentando la participación de ciertos personajes que les interesan y que seguramente disputarán algunas posiciones a los lorenistas.

 

Conforme pasen los días se conocerán los nombres de los aspirantes. Seguramente habrá sorpresas y sorprendidos.

 

Lo malo es que nadie está operando para evitar la división en Morena y las disputas internas que tarde o temprano se darán, sobre todo porque hay quienes ya se sienten seguros cuando en realidad no hay nada definido.

 

Como se sabe, los tres días (26, 27 y 28 de noviembre) dispuestos por la dirigencia de Morena para recibir la inscripción de todos los aspirantes resultaron insuficientes y por esa razón ampliaron un día más el registro, proceso que venció anoche y que se desconoce si fue suficiente para dar trámite a todas las propuestas.

 

Los madrazos, acusaciones y señalamientos serán la constante en el proceso interno de Morena. Sólo es cuestión de tiempo para comprobarlo.

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