Salvo que alguien piense o diga lo contrario, la gobernadora de Tlaxcala Lorena Cuéllar Cisneros se ha convertido en la mejor aliada de una oposición débil y fragmentada que hasta hace unas semanas tenía escasas posibilidades de lograr triunfos en las próximas elecciones del 2 de junio de 2024.
La oposición carecía de una línea discursiva que le permitiera mover el corazón y la razón de los tlaxcaltecas, pero la obsesión y la terquedad de concretar una reforma constitucional para beneficiar en ex profeso a un morelense que no cumplía con los requisitos para ser designado secretario de Gobierno ha dado oxígeno puro a los adversarios políticos que aprovecharán ese error para tratar de recuperar terreno.
Dudo que los dirigentes que integran el Frente Amplio por México conformado por el PRI, el PAN y el PRD acepten como interlocutor del gobierno estatal a Luis Antonio Ramírez Hernández, luego de los duros señalamientos que han hecho contra éste personaje asumió la semana pasada la segunda posición de importancia en la administración lorenista.
Si la percepción de los ciudadanos hacia el gobierno lorenista se ha venido deteriorando de manera acelerada por la inseguridad, la falta de resultados en materia de obra pública, por el combate selectivo a la corrupción, la escasez de empleos y la complicada situación económica, ahora se agrega un tema relacionado con la idiosincrasia de los tlaxcaltecas, quienes han percibido que la mandataria los excluye o los desprecia o los maltrata al negarles la posibilidad de ocupar posiciones importantes dentro del gabinete, mismas que son acaparadas por foráneos que a su vez traen a sus colaboradores de otras entidades.
Entre los funcionarios foráneos destaca el nuevo secretario de Gobierno, Luis Antonio Ramírez Hernández, el oficial Mayor de Gobierno, Ramiro Vivanco Chedraui, el encargado de la Secretaría de Desarrollo Económico, Javier Marroquín Calderón, la coordinadora de Planeación e Inversión, Gimena Pérez Lara, el titular de la Secretaría de Salud, Rigoberto Zamudio Meneses.
A ellos hay que sumar al responsable de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Alberto Martín Perea Marrufo, al influyente secretario de Infraestructura, Diego Corona Cremean, al recién desempacado coordinador de Comunicación Augusto Ramírez, el director del Cobat, José Alonso Domínguez Trujillo, el jefe de la Coordinación Estatal de Protección Civil, Juvencio Nieto Galicia, los que manejan y operan la Secretaría de Bienestar de Tlaxcala y otros más.
Créame que a los habitantes de la entidad el tema y su exclusión del gobierno estatal no les ha pasado por alto. Es un asunto que poco a poco ha permeado y la mandataria Cuéllar aún no dimensiona el daño se ha generado y que obviamente tendrá sus consecuencias en los próximos comicios, pues los ciudadanos y las ciudadanas saben que los apoyos que reciben del gobierno federal nadie se los puede quitar y que ellos podrán votar por los proyectos que garanticen que Tlaxcala es para los Tlaxcaltecas.
Valdría la pena que la gobernadora Lorena Cuéllar preguntará a los lorenistas que piensan de la presencia de tanto funcionario foráneo que ha llegado al gabinete legal y ampliado sin haber movido un dedo para lograr su triunfo en las elecciones del 2021.
Los lorenistas son los principales resentidos y críticos de las decisiones de su jefa Lorena Cuéllar, pero se mantienen callados por temor a perder su trabajo y sus posiciones de segundo o tercer nivel en la administración estatal.
Sencillamente la maquinaria electoral lorenista no será la misma del 2021.
Y si la gobernadora Cuéllar Cisneros piensa que pidiendo tiempo y oportunidad para que los funcionarios foráneos den resultados se podrá olvidar el menosprecio hacia los tlaxcaltecas se equivoca, porque la oposición ya vio esa ventana de oportunidad para desacreditar a la administración estatal y a la mandataria, de ahí que serán permanentes los señalamientos contra ella y su equipo de colaboradores que además empezarán a ser acusados de corruptos.
La oposición en Tlaxcala encontró lo que buscaba y seguramente lo aprovechará al máximo.
Al tiempo.
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