Antes que correr, suspender o mover a un jefe acusado de presunto acoso sexual y laboral, el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros prefiere reasignar a 20 trabajadoras que mantienen tomada las oficinas de la Contraloría Interna de la Secretaría de Educación Pública y de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala (SEPE-USET).

 

 

Sí, aunque usted no lo crea, la administración lorenista que es muy dada a mostrar su dureza e intolerancia contra los trabajadores sindicalizados que osan en cuestionar a sus jefes, protestar por malos tratos o lo que consideran que está mal, busca poner fin al conflicto registrado desde el lunes pasado en el área antes mencionado con el cambio de personal, es decir, quiere reubicar a las trabajadoras y trabajadores inconformes que molestar al influyente contralor interno, Edmundo Vázquez José, quien goza de la protección de una poderosa mujer, Eréndira Cova Brindis, secretaría de la Función Pública.

 

Cómo ha pasado con otros casos de denuncias de acoso sexual y laboral, el gobierno estatal lejos de abrir una investigación para aclarar las acusaciones para castigar a los jefes señalados, opta por presionar a las empleadas o empleados para que éstos desistan de sus señalamientos.

 

Hartos del mal trato del lujurioso funcionario lorenista, el pasado lunes la mayoría del personal (cerca de 20 trabajadores) inició un paro para exigir la destitución de Edmundo Vázquez. La protesta obligó a la soberbia Eréndira Cova a acudir a las oficinas de la Contraloría Interna de la SEPE-USET para intentar solucionar el problema con gritos, amenazas y malas caras, lo que obviamente se tradujo en un rotundo fracaso porque su comportamiento de porra universitaria no asustó ni preocupó a nadie, ya que el movimiento se ha mantenido.

 

Con la llegada del reciente designado secretario de Gobierno de Tlaxcala, el morelense Luis Antonio Ramírez Hernández, mejor conocido como Luis Ferragamo Gucci, señalado de deudor alimentario de su menor hijo y de golpeador de su ex esposa, se empezó a conocer el nuevo rostro de la administración estatal, pues los directivos de la SEPE-USET fueron instruidos para amenazar a los trabajadores de la Contraloría Interna con iniciar su reubicación ante su “terquedad” de mantener su movimiento, porque simple y sencillamente no estaba considerada la destitución o cambio de Edmundo Vázquez.

 

La amenaza hay que decirlo sí incomodó y hasta preocupó a los empleados inconformes de la dependencia educativa, pero al final acordaron rechazar el ofrecimiento de cambio de adscripción y seguir con su movimiento que es legítimo, porque según ellos hay pruebas del acoso sexual y laboral del contralor interno, así como de sus abusos y malos tratos.

 

No sólo el personal de la Contraloría Interna puede corroborar el mal desempeño del funcionario lorenista, sino también otros trabajadores de la Secretaría de Educación Pública y de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala que pueden asegurar que Vázquez José llega a laborar en estado inconveniente.

 

Es probable que en los próximos días el conflicto escale y que los trabajadores sindicalizados de esa dependencia decidan apoyar y respaldar al personal de la Contraloría Interna, por lo que de un momento a otro no sería raro conocer que la Secretaría de Educación Pública fue tomada y cerrada al público.

 

Lo que está pasando en la SEPE-USET es increíble y preocupante.

 

Llama la atención que el secretario de Educación Pública, Homero Meneses Hernández, no intervenga en el conflicto de su dependencia, sobre todo porque si alguien está enterado del mal desempeño del contralor interno es él, pues no puede negar que conoce de las quejas de los trabajadores que aunque cobran en la Secretaría de Educación Pública y de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala responden a los intereses y órdenes de la engreía y torpe Eréndira Cova.

 

Para concluir, le cuento que la designación del morelense Luis Antonio Ramírez como nuevo secretario de Gobierno no cayó nada bien en la clase política ni al interior del gabinete legal y ampliado del gobierno de Lorena Cuéllar.

 

Y tan es así, que su designación se llevó a cabo a puerta cerrada y sin la presencia de los medios de comunicación. De plano será tan exquisito y mamón ese morelense que fue necesario blindarlo y cuidarlo para que nadie le fuera a hacer preguntas incómodas.

 

En el grupo de WhatsApp de los funcionarios lorenistas sólo cuatro expresaron su beneplácito por su designación y eso que en el gabinete abundan funcionarios foráneos como el Oficial Mayor de Gobierno, Ramiro Vivanco Chedraui, Javier Marroquín Calderón, secretario de Desarrollo Económico, Gimena Pérez Lara, coordinadora de Planeación e Inversión, Rigoberto Zamudio Meneses, secretario de Salud, Alberto Martín Perea Marrufo, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Diego Corona Cremean, responsable de la Secretaría de Infraestructura, Augusto Ramírez, coordinador de Comunicación, Juvencio Nieto Galicia, jefe de la Coordinación Estatal de Protección Civil y otros más.

 

Me queda claro que alguien subestima a los tlaxcaltecas y eso es un enorme error que pronto se verá y se comprobará en las elecciones del 2024.

 

Al tiempo.

 

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