Las diferencias y rivalidades al interior del gabinete lorenista son cada vez más evidentes, mismas que por los tiempos electorales se han agudizado más.

 

 

Para nadie era un secreto que el grupo del aún secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, nunca aceptó la presencia de la corriente que encabeza el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya que logró posiciones en la administración estatal y la autorización para impulsar la carrera política del cachorro Alfonso Sánchez García que se desempeñaba como titular en la Secretaría de Infraestructura.

 

La rivalidad entre los funcionarios siempre ha prevalecido y conforme han pasado los casi 26 meses que lleva el actual gobierno en el poder se ha hecho más evidente. Por ejemplo, ayer durante la inauguración de la Feria de Ferias 2023 resaltó la ausencia de los secretarios de Turismo y de Desarrollo Económico, Josefina Rodríguez Zamora y Javier Marroquín Calderón, respectivamente.

 

Aunque nadie los extrañó, sí llamó la atención que la feria al ser un escaparate que atrae a miles de visitantes y genera una derrama económica importante para el estado no estuviera la engreída empresaria Josefina Rodríguez, quien al parecer demostró que no supera que le hayan quitado la organización del evento y el control del patronato que discrecionalmente manejaba.

 

El desgaste del gabinete legal y ampliado también se percibe y nadie se lo explica porque si apenas lleva 26 meses de los 72 que tienen para ejercer el poder se ve tan dividido y confrontado.

 

Para muestra está lo que pasa en la Secretaría de Infraestructura que hasta hace unos días controlaba el junior Alfonso Sánchez, quien dejó un desorden monumental que nadie quiere arreglar, pero que muchos tratan de que se ventile las anomalías para desacreditar el paso del hijo de Sánchez Anaya.

 

Cada vez surgen más detalles, como el hecho de que no hay expedientes de obras, de que hay pagos de obras supuestamente concluidas que en los hechos no existen y otras graves anomalías que tiene documentadas Eréndira Cova Brindis, secretaría de la Función Pública, pero que lejos de iniciar los procedimientos administrativos y de responsabilidades ha optado por propagar el desbarajuste y tratar de cubrir esas fallas a fin de evitar un escándalo.

 

Dicen que las cosas están tan mal en la Secretaría de Infraestructura que nadie se atreve a decirle la verdad a la gobernadora Cuéllar, especialmente el Oficial Mayor de Gobierno, Ramiro Vivanco Chedraui, que sabe que los problemas involucran a las empresas constructoras recomendadas y que concentran buenos montos económicos.

 

Y aunque cada semana el gabinete legal y ampliado se reúne para analizar avances, la realidad es que no existe buen ambiente ni armonía, sobre todo cuando hay funcionarios con influencia como María Estela Álvarez Corona, responsable de la Secretaría de Bienestar de Tlaxcala, utilizó el poder para ganar a la mala el torneo de fútbol que se llevó a cabo entre las dependencias estatales.

 

La arrogante funcionaria cuando vio la posibilidad de que sus equipos femenil y varonil podrían perder el torneo, recurrió a sus influencias en el C5i y en la Secretaría de la Función Pública para argumentar que unos jugadores rivales llegaban borrachos y armados a los partidos y que otras escuadras recurrieron a cachirules para lograr triunfos de manera tramposa.

 

Así como lo lee, María Estela Álvarez recurrió a sus influencias por la cercanía que tiene con María Fernanda Espinosa de los Monteros Cuéllar, hija de la gobernadora, para obtener videos y lograr auditorías especiales para documentar los estados etílicos de ciertos equipos y la supuesta presencia de jugadores ajenos al gobierno que según pertenecían al ITEA, situación que generó una enorme molestia entre los funcionarios estatales porque esa “influyente” colaboradora utilizó el poder para ganar un intrascendente torneo de fútbol que se celebró hace unas semanas.

 

Lo cierto es que muchos funcionarios lorenistas están preocupados y desconcertados por lo que están viendo y viviendo. A muchos no les parece la probable llegada de Luis Antonio Ramírez Hernández a la secretaría de Gobierno ahora que se da como un hecho la salida del cansado Sergio González Hernández, porque consideran que se agudizará la división y la polarización entre ellos debido al trato y estilo del morelense.

 

Por lo pronto, no queda otra más que ver cuáles serán los cambios y cómo se acomodará el gobierno lorenista en los siguientes meses y que en agosto del 2024 habrá cumplido tres años.

 

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