Mientras el lorenismo apapacho a la Coordinadora Nacional de Defensa de la Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum Pardo, ésta arropó a los dirigentes del PT y del PVEM, así como a los políticos tlaxcaltecas que abiertamente se la jugaron con ella en el pasado proceso interno de Morena.

 

 

Fiel a su estilo, la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, se entregó y se desvivió por la virtual candidata presidencial de Morena, el PT y el PVEM, acción que al parecer fue aceptada sin problemas y sin rencor por la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México que no olvida que en Tlaxcala la mandataria y su equipo se volcaron por el proyecto del tabasqueño Adán Augusto López Hernández, uno de los grandes ausentes en la gira.

 

Claudia Sheinbaum presidió cuatro eventos en Tlaxcala. El primero fue la firma del Acuerdo de Unidad por la Transformación en Tlaxcala, el cual fue respaldado por ex priistas, artistas, académicos, políticos, empresarios y representantes de partidos políticos locales.

 

Después encabezó un mitin en la explanada del Centro Expositor donde decidió apapachar, ubicando en el presídium, a la dirigencia del PT representada por Gerardo Fernández Noroña, Silvano Garay y su hija la diputada federal Irma Garay. Con ellos estuvo la legisladora independiente, Lorena Ruiz García, los líderes nacionales de Morena y del PVEM, Mario Delgado y Karen Castrejón, respectivamente, así como otros invitados.

 

La mandataria y su séquito de funcionarios fueron ubicados en las primeras filas y no tuvieron ninguna participación.

 

Más tarde, la virtual candidata presidencial de Morena sostuvo un encuentro privado con la gobernadora Cuéllar, miembros de su gabinete legal y ampliado, así como con diputados locales y alcaldes, a quienes les dejó la complicada tarea de lograr para los comicios del 2024 en que se busca ganar la presidencia de México la cantidad de 550 mil votos, cifra que representaría más del 50 por ciento de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral de la entidad.

 

Esa fue la meta que Sheinbaum Pardo le impuso al lorenismo que hoy en día carece de figuras, liderazgos y de una estructura electoral eficiente que ayuden a conseguir tal cifra que implica sumar casi 80 mil votos más a los que alcanzó en el 2018 el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

 

Simplemente Claudia Sheinbaum quiere arrebatar a la gobernadora Lorena Cuéllar el título de ser la mujer más votada en Tlaxcala, pues en los comicios del 2021 por la gubernatura de la entidad la actual mandataria consiguió el triunfo con más de 304 mil sufragios.

 

La meta impuesta al lorenismo es elevadísima y seguramente será no sólo difícil, sino complicado de conseguir, porque está claro que Claudia Sheinbaum no tiene el arrastre y carisma de López Obrador y porque la administración estatal no ha cumplido con las expectativas de los tlaxcaltecas.

 

Habrá que ver cómo se reparten las candidaturas al Senado y a las diputaciones federales, porque de eso dependerá mucho que se logre o no la meta de 550 mil votos.

 

Y hablando de aspirantes a candidatos a las elecciones del siguiente año, se menciona que será a finales de este mes cuando dos funcionarios estatales podrían dejar sus cargos para dedicarse de tiempo completo a sus proyectos. Se trataría del junior Alfonso Sánchez García y el desgastado ex panista Sergio González Hernández, titulares de las secretarías de Infraestructura y Gobierno, respectivamente.

 

Por esa razón, hay quienes ya se mueven para conseguir un mayor rango en el gobierno lorenista, como el gris secretario del Despacho de la Gobernadora, Gelacio Montiel Fuentes, quien sueña con sentarse en la silla de Sergio González, de ahí que haya colocado a su parentela en los mejores lugares de los eventos que encabezó Claudia Sheinbaum para demostrar que sí sabe usar el poder.

 

Órale.

 

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