Julio y Agosto han sido meses que quedarán marcados por hechos violentos cometidos contra mujeres de Tlaxcala.

 

 

Los ataques y asesinatos de mujeres tlaxcaltecas se han multiplicado en las últimas semanas. Nadie ha explicado las razones de esos delitos y ni tampoco se sabe que las autoridades estatales hayan detenido y enviado a la cárcel a los responsables.

 

La percepción que se está generando por los últimos acontecimientos que involucran el asesinato de tres mujeres tan solo en este mes que está por concluir, es que la violencia hacia el género femenino va en aumento.

 

Los operativos y la firma de convenios con gobiernos circunvecinos para reforzar la seguridad y evitar que criminales de otros estados vengan a tirar cadáveres son un fracaso y no sirven para nada.

 

O dígame de qué sirvió la base de operación que la Marina instaló en Tlaxcala con 50 elementos y sus supuestos recorridos por el territorio tlaxcalteca, cuando a 14 días de su llegada los asesinos de una joven de la Ciudad de México volvieron a evadir la endeble seguridad del estado para abandonar su cuerpo en el municipio de Cuapiaxtla.

 

Como se sabe la mujer fue declarada desaparecida el 20 de agosto. Su cuerpo que fue localizado la tarde de ese mismo día en terrenos de labor de Cuapiaxtla estaba envuelto en una cobija y con signos de violencia.

 

Personal de la Procuraduría General de Justicia en el estado realizó las primeras investigaciones y al intercambiar información con la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México concluyó que se trataba de Ivana N.

 

De acuerdo con las investigaciones, se sabe que las lesiones que le provocaron la muerte a la joven fueron originadas en la Ciudad de México, de ahí que el homicidio no se perpetró en la entidad tlaxcalteca.

 

Sin embargo, llama la atención que asesinos de personas de la Ciudad de México o de Puebla opten por venir a dejar los cadáveres de sus víctimas en Tlaxcala, evidenciando que es fácil recorrer sus carreteras con cuerpos y encontrar un lugar para tirarlos.

 

En el caso de Puebla se sabe que dos mujeres asesinadas en distintos meses sus cuerpos fueron encontrados en Apizaco y en Teolocholco.

 

Por lo que toca a expedientes de la Ciudad de México está el caso arriba mencionado y el registrado en agosto del año pasado cuando los criminales que le quitaron la vida al catedrático de la UNAM de origen alemán, Carlos Heinrich Schulze, abandonaron su cadáver en un paraje de la comunidad de Temetzontla, perteneciente al municipio de Panotla.

 

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a julio del presente año se tienen reportados seis feminicidios en Tlaxcala, pero según las cifras de colectivos feministas en realidad son diez.

 

El recién designado secretario de Seguridad Ciudadana, el capitán de la Marina, Alberto Martín Perea Marrufo, debe ponerse las pilas y demostrar con hechos que la seguridad va a mejorar en la entidad.

 

Su llegada no inició con el pie derecho.

 

Urge que dé resultados porque la percepción negativa sobre la seguridad sigue creciendo.

 

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