Exagerada y hasta fuera de proporción resulta la recomendación que el Departamento de Estado de los Estados Unidos y la Oficina de Asuntos Consulares hizo en torno a Tlaxcala, entidad que no es recomendada para viajar por registrar índices delictivos.

 

 

No quiere decir que en la entidad no exista un problema de inseguridad, sin embargo éste no tiene nada que ver, porque ni siquiera se acerca con lo que se vive en otros estados del país como Guerrero, Colima, Michoacán, Chihuahua, Jalisco, Puebla y otros más.

 

Seguramente habrá quién tome tal recomendación para desacreditar el trabajo y los esfuerzos del gobierno lorenista para mejorar la seguridad y reducir los índices delictivos que, quieran o no, según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública éstos han venido a la baja desde hace meses.

 

Al final, la constante rotación de los responsables de la Secretaría de Seguridad Ciudadana que a casi dos años de la actual administración va por el sexto jefe ha contribuido a alimentar la percepción de que en Tlaxcala existe un serio problema de inseguridad, sumado a que dos mandos y otros elementos de la mencionada corporación fueron detenidos por presuntamente incurrir en delitos como la extorsión agravada.

 

También el problema tiene que ver con la actuación errática de los presidentes municipales, quienes en su mayoría se han desatendido del problema de la seguridad para dejarlo a la administración de Lorena Cuéllar Cisneros que está haciendo el trabajo que le corresponde a otro nivel de gobierno.

 

Además, es obvio que también ha dañado la imagen y la mala percepción en torno a la seguridad en la entidad casos que han trascendido como el abuso de poder del ex director de la Policía Municipal de Tlaltelulco, quien junto con otro mando y varios elementos violaron a una mujer policía.

 

Al parecer las cuestiones negativas han permeado entre el imaginario colectivo no sólo en el ámbito local y nacional, sino también en el plano internacional, pues de otra forma no se explicaría la recomendación que hizo el Departamento de Estado de los Estados Unidos y la Oficina de Asuntos Consulares a los ciudadanos norteamericanos para viajar a Tlaxcala.

 

Me parece que los funcionarios lorenistas relacionados con temas de la seguridad deben ser más proactivos y destacar más el trabajo que viene llevando a cabo la actual administración, pero sobre todo necesitan demostrar con hechos que están trabajando para cambiar y mejorar las cosas.

 

A mediados de junio de este año y tras el escándalo que enfrentó la Secretaría de Seguridad Ciudadana por la detención de dos mandos y otros policías estatales por haber incurrido en diferentes delitos, lo que derivó en la salida del titular de esa dependencia, Ramón Celaya Gamboa, el secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, se comprometió a realizar una revisión exhaustiva de la corporación para hacer una limpia de los malos elementos, sin embargo los días y las semanas pasaron sin que ese ofrecimiento se cumpliera porque hasta la fecha no hay ningún resultado porque todo sigue igual.

 

El nuevo encargado de la dependencia, el capitán de la Marina, Alberto Martín Perea Marrufo, mantiene un bajo perfil y está alejado del protagonismo, sin embargo aún no se siente su mano, pese a que llegó respaldado por un contingente de elementos de la Marina, pues si revisamos los hechos delictivos de los últimos días en Tlaxcala comprobaremos que sigue la inercia de los homicidios dolosos, los asaltos armados en viviendas, los atracos a camiones de carga, los feminicidios y la aparición de cadáveres.

 

Los funcionarios lorenistas deben dejar su zona de confort y defender con más energía lo que vienen haciendo en materia de seguridad para tratar de contrarrestar la percepción negativa que existe sobre este tema.

 

Así de simple.

 

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