Cuando uno observa y ve el comportamiento de la mayoría de los actuales funcionarios estatales, entiende uno por qué el gobierno de Tlaxcala se encuentra estancado, sin proyecto, sin rumbo y sin liderazgo.

 

 

Lo que prevalece es la improvisación y las ocurrencias.

 

No existe planeación, ni política, ni inteligencia, muchos menos análisis de prospectiva que al menos ayuden a prevenir y detectar problemas y conflictos en la entidad.

 

Lo que sobra y prevalece es vanidad, soberbia, protagonismo, inexperiencia, voracidad, estupidez e ignorancia que al combinarse resulta un amalgama nefasto e improductivo que cada vez debilita más a la actual administración.

 

Si el secretario de Gobierno, el ruquito ex panista, Sergio González Hernández, es incapaz de comunicar y ofrecer paz y tranquilidad a la población que se siente insegura y temerosa por los hechos violentos que se registran y por la aparición de narcomantas, entonces estamos jodidos porque sencillamente no se ve la fuerza ni el poder del Estado.

 

Ese bruto funcionario pidió a los tlaxcaltecas que denuncien al 911 cualquier intento de extorsión o cobro de piso, luego de la advertencia que supuestos criminales hicieron en una narcomanta que fue colocada esta semana en la capital.

 

Ante tal hecho, el limitado ex panista anunció en una entrevista colectiva que ya se estaban integrando grupos de WhatsApp con vecinos de la colonia Loma Xicohténcatl con la intención de tener una comunicación inmediata ante cualquier situación de riesgo. Brillante, maravilloso y novedoso el método y la forma en que el gobierno de Tlaxcala busca combatir al crimen organizado, el cual seguramente tiene temblando a los malosos que ante tal prodigiosa y extraordinaria estrategia salieron huyendo de Tlaxcala para buscar otra plaza donde puedan operar sin enfrentar a unas autoridades tan portentosas.

 

Ante tanta estupidez, uno se pregunta para qué sirve el área de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, las pesquisas de la policía de investigación de la Procuraduría General de Justicia del Estado, los reportes y acciones de vigilancia que realiza el Ejército y el gobierno federal si no pueden ubicar y detener a esos grupos criminales que pretenden generar miedo entre los tlaxcaltecas.

 

Si Sergio González realmente trabajara y se diera a la tarea de preguntar o indagar cómo está la seguridad ya se habría enterado que en Tlaxcala, Nativitas, Nanacamilpa, Calpulalpan, La Magdalena Tlaltelulco, Huamantla, Apizaco, Zacatelco, El Carmen Tequexquitla, Ixtacuixtla, Tlaxco y San Pablo del Monte hay elementos de las policías municipales que protegen o son parte de grupos delictivos que están intimidando a la población.

 

Vaya, hasta hay policías malandros en diferentes áreas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, de ahí que resulta ridícula su petición de solicitar a los tlaxcaltecas que denuncien al 911 alguna extorsión cuando los malos están y forman parte del gobierno de Tlaxcala.

 

Otro caso que explica claramente porqué la administración estatal está a la deriva y sin poder concretar los proyectos que se la pasa anunciando, es el de Gimena Lara Pérez, coordinadora de Planeación e Inversión del gobierno lorenista.

 

Ese engreída y limitada colaboradora pagó una nota para presumir que es una de las pocas funcionarias que utiliza sus redes sociales para contribuir a la promoción del Estado de Tlaxcala.

 

De acuerdo con la información difundida en el portal Gentlx, “a la par de sus actividades institucionales, Gimena Lara comparte los logros de la administración que encabeza la mandataria estatal, así como los grandes eventos que ponen a Tlaxcala en foco de la opinión ciudadana.

 

Desde el Campeonato Mundial de Voleibol de Playa Tlaxcala 2023, que ya inició su cuenta regresiva para tener como sede las principales ciudades de la entidad, hasta el Santuario de la Luciérnaga en el poniente tlaxcalteca, los atractivos del estado no han pasado de largo en su perfil de Facebook”, se puede leer en ese texto de esa información.

 

Su protagonismo y su ridículo servilismo y lambisconería son un insulto a la inteligencia, porque es una extraña para los tlaxcaltecas y porque la mayoría de los funcionarios que la trata no la soportan por intransigente y pedante que lejos de concretar proyectos y lograr inversiones para el estado se la pasa chingando para que los miembros del gabinete legal y ampliado compartan en redes sociales las publicaciones del gobierno, se tomen selfies que comprueben que acudieron a los eventos oficiales y que lleguen puntuales a las reuniones de trabajo.

 

Sus evaluaciones son tan tontas que por ejemplo decretó que el peor funcionario estatal en el primer semestre de este año fue el Director General del Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado de Tlaxcala (Icatlax), Juan Manuel Lemus Pérez, porque no cumplió con sus metas ni tampoco se prestó a su ridículo juego de documentar con selfies su asistencia a los eventos de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros.

 

Esa y otras razones más, serán determinantes para que Juan Manuel Lemus sea borrado de la lista de aspirantes a convertirse en Auditor General del Órgano de Fiscalización Superior.

 

Pero volviendo al desempeño de Gimena Lara, en lugar de andar pagando notas para su promoción y de presumir que comparte información a sus 1,600 seguidores de Facebook, debería dar la cara y dar a conocer los avances del Loretren y lo que queda del proyecto de rescate del río Zahuapan que ha sufrido tantos cambios que no se sabe en qué va ese asunto.

 

Ayer la mandataria Lorena Cuéllar volvió hablar de una nueva central camionera y de abastos para el municipio de Huamantla, sin embargo nada se sabe de la construcción del Centro de Distribución Walmart que se anunció en diciembre del 2021 y tampoco de la planeación que supuestamente se estaba llevando a cabo para instalar en esa región una Central de Fríos y Abarrotes.

 

Esa funcionaria foránea debería dejar su lambisconería y concentrarse en su trabajo que hasta ahora no ha dado ningún resultado para los tlaxcaltecas.

 

Después de estos dos ejemplos entiende usted por qué estamos como estamos.

 

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