Una constante de los funcionarios lorenistas es que suelen cagarla al declarar sin bases, sin tener la información completa o el diagnóstico exacto del problema que abordan ante los medios de comunicación, situación que no sólo los hace ver como improvisados o inexpertos, sino como mentirosos porque pareciera que tratan de engañar a su jefa y a los tlaxcaltecas.
Ejemplos para demostrar lo anterior sobran, pues ahí está el caso del proyecto del Autotrén o el de rescate del río Zahuapan o el de la construcción del Centro de Distribución de Walmart en Huamantla o la instalación en la Central de Abastos que se rescató una Central de Fríos y Abarrotes.
Los funcionarios encargados de esos proyectos suelen dar información que conforme pasa el tiempo se diluye o pierde credibilidad ante la opinión pública y los ciudadanos, es decir, o se carece del plan definitivo o éste no cuenta con los permisos y las justificaciones ambientales para concretarlo.
Y pese a los errores que casi a lo largo de dos años han cometido algunos integrantes del gabinete legal, por desgracia éstos lorenistas no ha terminado por entender que el proceso de aprendizaje concluyó hace meses y que hoy deben ser precisos, realistas, objetivos, claros y transparentes para evitar el desgaste de la administración estatal que sufre para defender y concretar sus acciones y proyectos.
Resulta preocupante ver como hay funcionarios que insisten en minimizar problemas y que dan información sesgada que pareciera una burla para los que están siendo afectados, como es el caso de la postura del titular de la Secretaría de Impulso Agropecuario (SIA), Rafael de la Peña Bernal, quien ha venido negando que en Tlaxcala exista el problema de la sequía.
Como buen burócrata, es obvio que ese servidor público no ha salido a recorrer el campo tlaxcalteca, pues si visitara la zona de Calpulalpan o Huamantla podría comprobar que la cosecha de trigo es un fracaso. Las plantas no se desarrollaron y lo poco que crecieron apenas permitirá obtener una mínima producción de grano que no alcanzará ni para cubrir lo que los productores invirtieron para sembrar.
Rafael de la Peña sólo reconoce la probable afectación a 270 hectáreas en el campo tlaxcalteca, sin embargo los productores hablan de que la superficie dañada es mayor, de ahí que no tardarán en exigir el apoyo del gobierno que para este año contrató un seguro por 22 millones de pesos.
Aunque el secretario de Impulso Agropecuario declaró que para apoyar a los campesinos afectados por la sequía ya se les entregó semillas de avena para que siembren sus tierras, en los hechos ese proceso no ha pasado porque ese producto se encuentra aún en las bodegas de la dependencia.
En unos días más se sabrá qué tan fuerte pegó la sequía y que tan afectados resultaron los productores tlaxcaltecas, quienes exigirán que se haga efectivo el seguro agrícola que contrató el gobierno lorenista.
Otro caso que también genera incertidumbre, es el atraso en la designación del próximo secretario de Seguridad Ciudadana de Tlaxcala, pues a casi tres semanas de que Ramón Celaya Gamboa aventó el cargo, no se sabe para cuándo se contará con ese funcionario que urge que se presente porque el actual encargado de la dependencia, Ángel Gilberto Zamora Ibarra, está más ocupado en cuidar el negocio que implica coordinar las patrullas y motocicletas destinadas a vialidad que en tratar de contener la ola criminal.
El problema de la seguridad sigue y los tlaxcaltecas no perciben que haya una mejoría en ese asunto que pareciera estar fuera de control.
Ya son comunes y constantes las ejecuciones a plena luz del día. La más reciente se registró ayer en el municipio de Nativitas donde fueron asesinados dos personas con armas de fuego. Un día antes, en Apetatitlán, un grupo criminal mató a balazos a una persona y después atacó a una mujer policía que perdió la vida cumpliendo con su deber.
La violencia se está apoderando de Tlaxcala y en verdad urge que la gobernadora designe al próximo secretario de Seguridad Ciudadana.
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