Después de permanecer cerrado por más de ocho meses para ser sometido a una remodelación millonaria, esta semana por fin reabrirá sus puertas el Zoológico del Altiplano que seguramente lucirá diferente, pero difícilmente podrá esconder sus fallas en su operación y el gran negocio que representará volver a recibir visitantes.
Aunque lo nieguen una y otra vez, en realidad ese espacio dizque de conservación de fauna silvestre sigue careciendo de personal médico permanente, así como de trabajadores capacitados, de ahí que a lo largo de los últimos meses la muerte de animales ha sido la constante sin que nadie se haya molestado en investigar las causas de esa grave situación.
De acuerdo con el personal administrativo, la más reciente muerte se registró hace unos días y se trató de una cierva sika, la cual no habría recibido la atención médica adecuada, pues como se ha dicho ya en varias ocasiones, el zoológico no cuenta de manera permanente con un veterinario especialista en fauna silvestre.
Cuándo se entenderá que el farsante Ezequiel Moreno Pérez, empleado del zoológico y dueño del herpetario Kukulkan no es la persona indicada para encargarse de los animales. Sus torpezas y sus constantes decisiones equivocadas no sólo generan problemas y malos ambientes laborales, sino que provoca que el personal con cierta trayectoria decida irse antes de seguir siendo cómplices del descuido con que se trata a los animales, tal y como lo hizo recientemente el veterinario Héctor Javier Castelán.
Nadie se explica por qué el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros decidió solapar, tolerar y hasta ocultar las graves irregularidades en que operaba el Zoológico del Altiplano que no sólo carecía de permisos, sino de un inventario de especies y los motivos por los cuales se tenía bajo resguardo y cuidado animales que nadie sabe su origen ni cómo llegaron a ese espacio, lo que obviamente habría evidenciado que en ese lugar funcionaba una red de tráfico ilegal de animales.
La ingenua Sonia Tepatzi Carranco, encargada del zoológico, no se ha cansado de denunciar y reconocer las graves irregularidades en las que operaba ese espacio que recibieron del gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez, pero también es un hecho que esa torpe funcionaria ha aceptado que ella y la administración estatal optaron por no hacer nada, encubrir las fallas y no presentar ninguna denuncia o iniciar una investigación a fin de sancionar a los responsables de tantas anomalías.
Al gobierno lorenista no le resultó relevante aplicar la ley por las graves anomalías que encontró cuando recibió el zoológico, porque seguramente sigue respetando el pacto que estableció con el ex mandatario priista Marco Antonio Mena, a quien se le habría ofrecido impunidad junto con sus colaboradores por no haberse involucrado en las elecciones del 2021.
O es que usted ha visto o sabe si algún ex funcionario menista ha tenido problemas por las anomalías y excesos que cometió. A poco se ha enterado de alguna inhabilitación o de un proceso penal que se haya iniciado contra alguien. No, verdad.
La complicidad es tan obvia que resulta insultante.
Y si a los ex funcionarios menistas no les pasó nada, usted piensa que en tiempos del lorenismo se va a castigar el enorme retraso en la restauración del zoológico cuyos trabajos se prolongaron por más de ocho meses.
Usted cree que alguien nos dirá cómo fue el proceso para entregar las concesiones a los “amigos” del poder para que instalen negocios al interior del zoológico y vendan pizzas, hamburguesas y bebidas a los visitantes. Se trataría de personas bien porque éstas no dejan de presumir sus lujosas camionetas en las que llegan para supervisar la remodelación de sus espacios obtenidos por sus buenas relaciones.
El jueves el zoológico reabrirá sus puertas que se cerraron a finales del mes de octubre del año pasado. La entrada seguirá costando cinco pesos, pero lo que no dicen las autoridades es que por el estacionamiento cobrarán 50 pesos y que ahora no dejarán entrar con bebidas y alimentos, pues la intención es que compren en los negocios que se instalaron en ese espacio de esparcimiento para que los amigos se beneficien.
Es lamentable que las autoridades estatales sólo se concentren en lo que les conviene y olviden lo importante y lo que realmente deben atender y resolver.
O no.
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