Algo raro pasó en Tlaxcala durante la visita proselitista que llevó a cabo Claudia Sheinbaum Pardo que encendió los focos de preocupación en Morena, pues la cargada no se percibió, tampoco el correcto funcionamiento de la estructura gubernamental tanto estatal como federal para acarrear a simpatizantes y la falta de empatía con el pueblo que mostró esa corcholata.

 

 

Me queda claro que Claudia Sheinbaum está lejos de tener el liderazgo y respaldo que concentra el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Su presencia en Tlaxcala pasó desapercibida para el pueblo pese a la cobertura mediática que recibió.

 

El equipo de la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México se mostró preocupado y hasta decepcionado de la entidad, pues aunque se puso a operar a la estructura del partido y la de los gobiernos federal y estatal, la presencia de ciudadanos en sus eventos fue limitada y sin alguna relevancia.

 

De nada sirvió que los actuales senadores tlaxcaltecas de Morena, Ana Lilia Rivera Rivera y José Antonio Álvarez Lima, junto con el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, mostraran su abierto respaldo a Claudia Sheinbaum, cuando los últimos dos personajes fueron abucheados por los asistentes a la asamblea informativa realizada en Zacatelco, en clara señal de que los ciudadanos están cansados de ver a los mismos políticos que son acusados de rateros.

 

En Zacatelco la corcholata tuvo que esperar dos horas para poder iniciar el evento político. Al final se retiró la mitad de las sillas instaladas, porque sencillamente fue imposible juntar a más de mil personas, lo que evidenció la pésima operación de los organizadores que simplemente fallaron o simularon que trabajaban cuando en realidad su verdadera intención era concentrar a pocos simpatizantes.

 

Por la tarde, en la asamblea informativa de Apizaco el asunto cambió, quizá porque en la operación intervinieron otros personajes como la diputada Lorena Ruiz García, quien está convencida que Claudia Sheinbaum es la mejor opción que existe en Morena para ser la próxima candidata presidencial, de ahí que no aparentó su respaldo y comprobó ante el equipo de la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México que pudo movilizar a más de 450 personas.

 

Para nadie pasó desapercibido que el equipo de Sheinbaum Pardo desplazó por la tarde a la mayoría de los tlaxcaltecas encargados de la asamblea informativa de Apizaco para poder concentrar a más de mil personas, aunque para lograrlo haya tenido que recurrir a métodos priistas de alquilar camiones y pagar a cada simpatizante trescientos pesos, según lo confirmaron ellos mismos al momento se retirarse para subirse nuevamente a los autobuses que los trasladaron.

 

Trascendió que la operación política para los eventos de Claudia Sheinbaum fue encargada soterradamente al ineficiente secretario de Gobierno del estado, Sergio González Hernández, al aspirante a gigolo Ventura Sánchez Gonzaga, coordinador para la Planeación y Evaluación Operativa de la Delegación de Bienestar y al convenenciero Baldemar Cortés Meneses, sub delegado de la región I de la Secretaría del Bienestar en Tlaxcala. Todos ellos con aspiraciones de convertirse en legisladores.

 

Esos remedos de políticos junto con los senadores Ana Lilia Rivera y José Antonio Álvarez, así como el marchito ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya fracasaron en su operación y evidenciaron que Claudia Sheinbaum no es el portento de candidata que tratan de vender y que la oposición estaría más que feliz si Morena termina por designar a la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México como la futura aspirante presidencial.

 

Morena y sus aliados deben preocuparse porque para las elecciones del próximo año no estarán en la boleta ni el presidente López Obrador ni la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, quienes son un factor importante de arrastre para su partido.

 

Claudia Sheinbaum siempre ha mantenido una relación de respeto y de trabajo con la gobernadora Lorena Cuéllar, la cual no ha avanzado al terreno político ni de grupo político, de ahí que la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México ya comprobó que el equipo que detenta el poder en Tlaxcala no está jalando con ella en el proceso interno de Morena.

 

Lo anterior era un secreto a voces, pero después de la visita de esa corcholata las cosas han quedado claras, o no.

 

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