El gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros no la tiene fácil y seguramente subirá de tono el conflicto que mantiene con los trabajadores sindicalizados de la Secretaría de Salud, quienes están empeñados en evidenciar y maximizar los problemas como la falta de medicamentos y otros materiales que se requieren para atender a los pacientes de clínicas y hospitales, así como las fallas que han presentado obras recientemente inauguradas como la clínica de Hemodiálisis y la zona de Cirugía de Mínima Invasión.
Desde que inició la actual administración existen las diferencias con el sindicato que controla la priista Blanca Águila Lima, quien no sólo se acostumbró a tener injerencia en la designación del personal directivo, sino a influir en la contratación de ciertos proveedores que al parecer no la dejaban fuera del negocio.
El secretario de Salud de Tlaxcala, el hoy bravucón y siempre ingenuo Rigoberto Zamudio Meneses, pensó que aliándose con Blanca Águila controlaría a su gusto esa dependencia, pero se equivocó porque la mandataria nunca descuidó los nombramientos de jefes y mucho menos cedió el control administrativo y de los recursos financieros.
Zamudio Meneses se equivocó y trató de jugarle las contras a su jefa la gobernadora, quien si bien a lo largo de algunos meses aceptó ciertas sugerencias y recomendaciones del sindicato para ocupar ciertos cargos directivos, en realidad la mandataria estaba midiendo la voracidad de ese personal y la lealtad de su secretario de Salud que 20 meses después entendió que los basificados de la Sesa no eran aliados y muchos menos trabajarían en condiciones distintas a las que estaban acostumbrados, es decir, en donde no tuvieran privilegios y otros beneficios al margen de la ley.
Hoy los trabajadores de la Secretaría de Salud se quejan y se manifiestan por cualquier faltante de medicinas, material o equipo, así como de las condiciones en que se encuentran los inmuebles y las instalaciones dedicadas a atender enfermos, pero si esos problemas han prevalecido desde las administraciones encabezadas por los priistas Mariano González Zarur y Marco Antonio Mena Rodríguez, entonces porque en ellas nunca se recurrió a la actual estrategia de evidenciar y maximizar esas inconsistencias.
La intención y preocupación por mejorar las clínicas y hospitales, así como los servicios de salud en Tlaxcala por parte de la gobernadora Lorena Cuéllar son genuinas y no una simulación, pues los recursos públicos destinados para tal propósito revelan que se busca solucionar un problema que las anteriores administraciones siempre evadieron.
A la mandataria le ha fallado su secretario de Salud, los funcionarios que la rodean y las empresas contratadas para realizar las nuevas obras como la clínica de Hemodiálisis y la zona de Cirugía de Mínima Invasión, porque le mienten y le ocultan cosas, sin embargo eso no quiere decir que la gobernadora no termina por enterarse de los problemas que sus subordinados evitan enfrentar y resolver.
Lorena Cuéllar sabe que para lograr su objetivo de mejorar los servicios de salud en Tlaxcala debe lidiar con un sindicato experto en la presión y el chantaje. No minimiza la experiencia y la rudeza de la también diputada local Blanca Águila que es especialista en generar caos y conflictos, pero aun así se mantendrá y hará lo que la ley le permita para poner orden en la Secretaría de Salud.
Prueba de lo anterior son los nuevos nombramientos que se hicieron ayer en algunas áreas de la Secretaría de Salud.
José Ricardo Rosas Vázquez, es el nuevo director de Atención Especializada en Salud, pues llegó en lugar de Luis Alberto Ramírez Palacios. Anghel Lessie Jiménez Arciniega, asumió la dirección del Hospital de Nativitas que estaba en manos de Rogelio Minor Cisneros.
Hugo Celis Galicia, tomó el control de la Dirección de Atención Primaria a la Salud en lugar de Guillermina Castañeda Peña. Lorena Martínez García, es la nueva administradora de la Dirección de Atención Especializada en Salud.
Finalmente, Blanca Azucena Cortés Zárate, es la nueva Jefa de Recursos Materiales de la SESA, posición que ocupaba Sofía Nájera Cantorán.
Habrá que ver qué tanto escala el conflicto en la Secretaría de Salud y cuáles serán sus consecuencias.
Mena reaparece
La reaparición pública del ex gobernador priista Marco Antonio Mena Rodríguez no es casualidad, pues se da justo un día después de la dolorosa derrota que el PRI sufrió en las elecciones del Estado de México, donde no pudo retener la gubernatura.
El PRI perdió uno de sus bastiones más importantes. La candidata a la gubernatura era Alejandra del Moral Vela, esposa de Marianito González Aguirre, quien prácticamente cerró la posibilidad de convertirse en aspirante al Senado por Tlaxcala, pues sin tener nada que presumir o un aliado de peso que lo respalde, el aún diputado federal es visto como un priista más que no representa ningún atractivo para los electores de la entidad.
Por esa razón llamó la atención de Marco Mena en la inauguración de la Universidad Intercultural de Tlaxcala localizada en el municipio de Ixtenco, donde dejó entrever que podría buscar una candidatura para participar en los comicios del 2024.
El ex gobernador es una de las pocas figuras con peso que tiene el PRI en Tlaxcala y no se descarta que su nombre se ponga en la mesa como un probable candidato al Senado, posición que también estaba siendo buscada por Marianito González.
Para concluir, le cuento que no descarte la posibilidad de que la actual secretaria de Educación Pública Federal, Leticia Ramírez Amaya, se convierta en candidata al Senado por Tlaxcala, pues aparte de tener credencial de elector en nuestra entidad y ser una cercana colaboradora del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, su participación sería bien vista por la gobernadora Lorena Cuéllar, sobre todo porque ella sí podría disputar, sin ningún problema, esa posición a la diputada federal Dulce Silva Hernández.
Así los movimientos de los políticos tlaxcaltecas.
***************************************************************************************************
Post Views: 42