La argucia a la que recurrió el Congreso de Estado para solucionar el añejo conflicto en Xicohtzinco resulta una burla.

 

A casi 24 días de que ese conflicto cumpliera dos años, los diputados y las diputadas recurrieron a una farsa para tratar de vender la idea de que ese problema ya quedó solucionado con la creación ilegal de una comisión especial que manejará y ejercerá los recursos públicos del ayuntamiento, relevando de esa atribución al alcalde Luis Ángel Barroso Ramírez, al tesorero y al Cabildo.

 

En las elecciones locales del 2021 surge el conflicto en esa población del sur del estado. Los morenistas y un grupo importante de habitantes encabezados por Luciano Crispín Corona Gutiérrez, se inconformaron el mismo 6 de junio de ese año cuando confirmaron que el perredista Luis Ángel Barroso y yerno del aún alcalde José Isabel Badillo Jaramillo, obtuvo el triunfo en las urnas.

 

De inmediato se registraron las protestas y se procedió a tomar la presidencia municipal, así como al bloqueo de la carretera federal Tlaxcala–Puebla, que atraviesa la población, pues los inconformes denunciaron un presunto fraude electoral y los malos manejos financieros del edil José Isabel Badillo que serían solapados y cubiertos por Luis Ángel Barroso.

 

El desorden social se apoderó de Xicohtzinco. La alcaldía fue cerrada y saqueada, las patrullas y otros vehículos oficiales del ayuntamiento fueron retenidos y la prestación de servicios públicos se vio afectada, ya que un número importante de ciudadanos no quería que el perredista asumiera el cargo de presidente municipal, lo cual no sucedió porque las autoridades electorales ratificaron su triunfo electoral y ese político empezó a ejercer el cargo en una sede alterna desde el pasado 31 de agosto de 2021.

 

Lo anterior provocó que se agudizaran las protestas y se agravara el desorden social, al grado que en una manifestación realizada el pasado 6 de octubre de 2021, el ex alcalde José Isabel Badillo agredió con un arma de fuego a un inconforme, Fernando Tzontecomani, que resultó ser su cuñado, situación que lo ha obligado a esconderse para evadir la acción de la justicia.

 

Unos meses más tarde y con el aval del secretario de Gobierno de Tlaxcala, Sergio González Hernández, el 22 de mayo de 2022 se llevó a cabo una asamblea en la que se tenía previsto la recuperación de las instalaciones de la presidencia municipal, pero todo salió mal porque durante ese evento una persona ligada al edil perredista Luis Ángel Barroso agredió a balazos a Gabriel N., quien estaría identificado con el grupo inconforme y que tras ser trasladado a un hospital de la capital perdió la vida.

 

Desde entonces fracasaron todos los intentos por resolver el conflicto de Xicohtzinco. El grupo inconforme exigía la destitución del alcalde y su cabildo para dar paso a la instalación de un Concejo Municipal, propuesta que no prosperó y que nunca pudo concretar el gobierno estatal encabezado por Lorena Cuéllar Cisneros ni la actual legislatura local.

 

Los diputados y las diputadas locales habrían detectado a través de auditorías aplicadas por el personal del Órgano de Fiscalización Superior supuestas anomalías financieras y administrativas en la administración de Luis Ángel Barroso, las cuales no son exclusivas ni únicas porque también existen en otros ayuntamientos tlaxcaltecas, sin embargo en este caso dieron “los argumentos” para arrebatar ilegalmente al alcalde, a su tesorero y al Cabildo el manejo de los recursos públicos de Xicohtzinco.

 

El Congreso del Estado no tuvo la capacidad ni el valor para desaparecer el ayuntamiento de Xicohtzinco para nombrar un Concejo Municipal cuando había todos los elementos para proceder en ese sentido.

 

Esa es la verdad y la penosa realidad en Tlaxcala.

 

Los legisladores recurrieron a una patraña para “solucionar” un conflicto político y social que seguramente dejará impune un asesinato, una agresión a balazos, el saqueo y la destrucción de computadoras y vehículos oficiales, así como los presuntos malos manejos financieros que han sido detectados no sólo en la actual administración de Luis Ángel Barroso, sino en la de su suegro José Isabel Badillo.

 

Ahora los contadores públicos adscritos al Órgano de Fiscalización Superior, Alfonso Galaviz, Isaval García y Abdalie Reyes Cristóbal son los chingones en Xicohtzinco, donde habrá un presidente municipal que a partir de ahora y por un lapso de tiempo de poco más de 15 meses será una figura decorativa.

 

Qué viva la impunidad y la simulación.

 

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