Fiel a su estilo, la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, dejó entrever que pondrá orden en el Colegio de Bachilleres de Tlaxcala que dirige su incondicional Darwin Pérez y Pérez, quien ha llevado a ese subsistema educativo a navegar en el escándalo, el desorden, la corrupción y en la ineficiencia administrativa.
No es la primera vez que la mandataria tlaxcalteca considera un relevo en esa institución educativa, sin embargo por razones que nadie conoce ha prolongado ese cambio que desde hace algunos meses se veía venir.
A Lorena Cuéllar no le gusta que la presionen y mucho menos que alguien sugiera que debe hacer ajustes en su equipo de trabajo, de ahí que sólo acepta los tiempos que ella misma va marcando y que considera son el mejor momento para tomar decisiones.
Así lo ha demostrado en los últimos 20 meses que lleva su administración, en donde ha tomado decisiones que han involucrado a funcionarios considerados como amigos personales, pero que al fallar o no dar resultados han dejado sus cargos públicos como sucedió en agosto del año pasado cuando destituyó a José Luis Flores Aguilar de la dirección general del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado-Educación Media Superior a Distancia (Cecyte-Emsad) o la remoción registrada el mes pasado de la titular del Instituto Estatal de la Mujer (IEM), Margarita Cisneros Tzoni.
Darwin Pérez y su familia han presumido a lo largo de los últimos meses su cercanía y afecto de la gobernadora Lorena Cuéllar, sin embargo quizá eso no sea suficiente para que éste funcionario se mantenga en la dirección general del Cobat, pues los escándalos de corrupción, las constantes quejas de acoso sexual de alumnas, el inestable clima laboral y la deficiente administración pueden derivar en un cambio, como ayer lo dejó entrever la mandataria en una entrevista que ofreció a los reporteros.
Recientemente el gobierno del estado destinó una importante cantidad de recursos para solucionar algunos laudos que enfrentaba el Cobat, demandas laborales que se generaron en la administración del gobernador Mariano González Zarur, pero al parecer esa situación sólo sirvió para que otros ex empleados radicalizarán su postura y con ayuda de sus abogados buscan embargar un terreno a fin de garantizar el pago de otro caso que supera los más de dos millones de pesos.
Los abogados del Cobat bajo el mando del trácala ex consejero electoral Oscar Lobaton Corona se han dado por vencidos y ahora sólo recurren a torpezas como cerrar las oficinas centrales e inventar un brote de Covid-19 para evitar el embargo, cuando saben que el gobierno estatal sencillamente no aceptará pagar un laudo de tal cantidad porque carece de los fondos y porque hacerlo dejaría un mal precedente para el resto de los asuntos laborales que aún existen en los tribunales.
No se necesita ser genio para deducir que la gobernadora Lorena Cuéllar ya detectó algo raro en el Cobat y que intervendrá para poner orden, por lo que no descarte que Darwin Pérez pueda dejar la dirección general.
La desesperación priista
La desbandada de priistas es tan grave y evidente que la dirigente estatal del ex partidazo, Anabell Ávalos Zempoalteca, está pidiendo a conocidos traidores que regresen aunque estos personajes sean impresentables, como es el caso del nefasto Arnulfo Arévalo Lara, ex diputado local y ex funcionario del gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez.
La expresidenta municipal de Tlaxcala no sólo se evidencia como una mujer desesperada y sin dignidad, sino que también demuestra que no tiene capacidad para reanimar al PRI, un partido que va encaminado al fracaso y a seguir perdiendo posiciones y presencia.
Aunque Anabell Ávalos presumió la reincorporación a Arévalo Lara al partido después de un rotundo fracaso para crear un instituto político local en contubernio con el grupo del ex gobernador Mena, la reprobación de ese hecho inundó las redes sociales con críticas y duros señalamientos contra la ex candidata a la gubernatura y contra el ex funcionario a quien no bajaron de traidor.
Arnulfo Arévalo era uno de los principales operadores del ex mandatario Marco Mena y a quien se le acusa de haber defraudado a los candidatos priistas que contendieron en los comicios locales del 2021, en los cuales Morena no sólo ganó la gubernatura de Tlaxcala, sino la mayoría en el Congreso del Estado.
Anabell Ávalos sabe perfectamente que ese menista la traicionó y aun así hoy le abre las puertas del partido, lo que obviamente muestra su desesperación y su falta de liderazgo para lograr que el PRI vuelva hacer competitivo en la entidad, pues los militantes ven muy mal esa maniobra que seguramente alentará la desbandada de priistas.
La líder del PRI es una decepción al igual que su ridícula estrategia y política para tratar de rescatar al partidazo, el cual va encaminado al fracaso y a su aniquilación.
Pobre PRI, no tiene cómo salvarse.
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