Alguien debería revisar los contratos, los avances de obras y los pagos realizados a las empresas constructoras beneficiadas en Tlaxcala, para comprobar si se han cumplido los tiempos, si los trabajos son de calidad y si se ha respetado el cronograma, así como el comportamiento del financiamiento para cubrir la progresión, porque es obvio que alguien está fallando y que deberá haber consecuencias.

 

 

Para cualquier constructor y contratista es un dolor de cabeza cumplir con los requisitos y trámites que se requieren para recibir alguna obra pública en la entidad, sin embargo una vez que logran pasar los filtros de la Oficialía Mayor de Gobierno en manos del inestable Ramiro Vivanco Chedraui y de sortear las exigencias de los inspectores de la Secretaría de Infraestructura a cargo del bisoño político Alfonso Sánchez García, es probable que empiece a recibir los fondos de ese contrato que después es olímpicamente ignorado.

 

Y qué mejor prueba para demostrar lo anterior que la eterna remodelación del Zoológico del Altiplano que sencillamente se encuentra detenida, con terribles consecuencias para los animales que de acuerdo con el personal que los atiende se encuentran desnutridos y su estado de salud es deplorable porque se carece de un médico dedicado a esa tarea.

 

El zoológico se cerró el 31 de octubre del año pasado para ser sometido a diferentes obras, sin embargo el tiempo ha pasado y las instalaciones siguen cerradas sin que nadie ofrezca una explicación de esa situación, sobre todo cuando en diciembre se presumió que los trabajos tenían un avance del 65 por ciento.

 

Han pasado otros cuatros meses de este año y el zoológico sigue sin abrir sus puertas, lo que ha generado una enorme preocupación por la salud de los cerca de 600 animales que existen en ese espacio que mal dirige Sonia Tepatzi Carranco, una licenciada en Comercio Exterior y Aduanas que obviamente no sabe nada de cómo tratar a especies salvajes.

 

Los actuales jefes o responsables del zoológico les importa muy poco el estado de los animales y ante cualquier comentario que llegan a escuchar de los empleados por el abandono en que se encuentran, éstos de inmediato los amenazan y los acosan para evitar que trascienda la información.

 

Se calcula que en la remodelación de ese espacio la actual administración tenía previsto invertir cerca de 20 millones de pesos. Si los trabajos que empezaron en noviembre y para finales de diciembre del año pasado se tenía un avance del 65 por ciento, entonces no se explica porque en cuatro meses no se ha podido concretar el 35 por ciento restante.

 

Es absurdo que en dos meses la empresa favorecida y que fue contratada haya tenido el mayor avance y que después hayan pasado cuatro meses y que los trabajos sigan inconclusos, porque es evidente que algo está pasando y que no se está cumpliendo con los plazos acordados.

 

Los tlaxcaltecas y visitantes no pudieron ver o disfrutar la millonaria remodelación del zoológico en la pasada temporada vacacional porque las instalaciones permanecen cerradas y porque nadie sabe cuándo se podrá ingresar de nuevo a ese espacio.

 

Valdría la pena que el bipolar oficial Mayor de Gobierno, Ramiro Vivanco y el aspirante a legislador federal que opera la Secretaría de Infraestructura, Alfonso Sánchez, dieran información sobre cuál es la empresa responsable, cuánto costará la remodelación y las razones inexplicables del atraso en los trabajos.

 

Si la empresa ya fue sancionada por no cumplir con los tiempos establecidos en el contrato y cuánto tiempo más se necesitará para concluir el 35 por ciento faltante de la obra cuando ya han pasado cuatro meses de este 2023.

 

Cuál es el estado de salud de los animales y si el personal que los atiende tiene el perfil y los conocimientos para llevar a cabo esa tarea, porque lo que trasciende es que varios ejemplares que están en cautiverio ya muestran signos de desnutrición.

 

Urge que alguien en el gobierno le ponga atención no sólo a esta obra, sino al estado de salud de los animales.

 

Y créame que no es la única obra que registra un atraso o que se encuentra parada, porque hay varias que permanecen así desde hace varias semanas, lo que demuestra el valemadrismo que prevalece en ciertos funcionarios estatales.

 

Así de feo están las cosas.

 

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