Marzo seguramente pasará la historia como uno de los meses más violentos no sólo de los últimos años, pues por tercera semana consecutiva la entidad ha registrado hechos sangrientos como asesinatos armados y un inusual comportamiento delictivo que no se había visto antes.
Sostener que la estrategia de seguridad está funcionando en Tlaxcala es un error, porque los hechos demuestran que no es así. Lo curioso es que este clima de inseguridad se agravó desde la llegada en enero pasado del nefasto secretario de Seguridad Ciudadana, Ramón Celaya Gamboa, quien ha resultado un total fracaso.
La actitud y comportamiento de ese insufrible funcionario resultan ofensivos y burlones para los tlaxcaltecas, quienes pueden ver como el jefe de la policía estatal se mueve con un excesivo y aparatoso aparato de seguridad (ocho elementos como mínimo) mientras los ciudadanos son asesinados impunemente para ser asaltados en las calles de la entidad.
Ayer nuevamente se registraron varios hechos lamentables como asesinatos (en el municipio de Nativitas) y asaltos con armas de fuego (Tepeyanco y Tlaxcala) que terminaron arrebatando la vida a las víctimas, sin que el personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana pudiera detener a algún responsable de esos ilícitos, situación que no sólo generó incertidumbre entre la población, sino aumentó la percepción de que los ciudadanos y las ciudadanas estamos solos y que el Estado es incapaz de garantizar la seguridad.
Ramón Celaya debería aceptar que lo suyo no es jugar al policía y que lo mejor para él y los tlaxcaltecas es que renuncie.
Cuántos asesinatos más (En marzo van más de 15) y cuántos asaltos armados más con consecuencias fatales se requieren para llegar a la conclusión de que Celaya Gamboa no resultó la persona indicada para tener bajo su responsabilidad la seguridad de los tlaxcaltecas.
El gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros se empieza a ver cada día más débil, lo cual resulta alarmante porque apenas lleva en el poder 19 meses de los 72 que dura su periodo.
Tan titubeante anda el gobierno estatal que ayer permitió que un grupúsculo de habitantes de una comunidad del municipio de Nativitas desquiciará impunemente el tráfico en la capital estado, en demanda de una solución al conflicto que surgió desde finales de diciembre del año pasado y que tiene que ver con la disputa de la presidencia de la población de San Miguel del Milagro.
La seguridad sigue siendo el punto débil del gobierno del estado y me parece que esa área requiere un ajuste con urgencia.
Los hechos revelan que Ramón Celaya no es la persona indicada para manejar la Secretaría de Seguridad Ciudadana, porque desde su llegada en lugar de mejorar las cosas se han empeorado y eso no se puede ocultar.
Los datos y los hechos hablan por sí solos.
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