Nunca antes había pasado lo que hoy estamos viendo, el despido de maestros acosadores de estudiantes que por años fueron solapados por las autoridades de la Secretaría de Educación Pública y el poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, pues se negaban a intervenir en este tipo de asuntos y mucho menos a iniciar un procedimiento contra el docente que, en el peor de los casos, terminaba siendo reubicado.
De acuerdo con la información oficial, en lo que va de la actual administración han sido cesados 22 profesores, 16 que laboraban y cobraban en la SEP y 6 más que estaban adscritos al Colegio de Bachilleres del Estado de Tlaxcala.
Para haber llegado a esa decisión, obviamente existieron evidencias recabadas seguramente a través de redes sociales y mensajes de texto almacenados en teléfonos celulares, así como de testimonios de las alumnas afectadas, sin embargo lo que también es un hecho es que no se sabe si al menos un caso ha llegado a otra instancia que haya implicado algún otro tipo de sanción.
Hasta ahora, en promedio la actual administración estatal ha despedido al mes a un maestro por incurrir en prácticas de acoso sexual contra jovencitas, cantidad que para algunos puede ser baja o insignificante si se compara con la cantidad de docentes que laboran en el sistema educativo del estado, pero para otros implica una señal de alerta que debería obligar a las autoridades educativas a establecer un protocolo que permita recibir, investigar y detectar a tiempo esas conductas ilícitas antes de que se afecte a las estudiantes.
Los nombres de las maestros despedidos seguramente están guardados bajo siete llaves y ni la autoridad educativa encabezada por Homero Meneses Hernández ni el SNTE los darán a conocer, pero me parece que resulta injusto porque si bien esos docentes perdieron su trabajo en el sector público, no se sabe si están laborando en instituciones educativas privadas donde estén repitiendo sus libidinosas conductas.
No quiero imaginar el escándalo que se haría si un maestro cesado comete un abuso en una escuela privada y al final se conoce que no se pudo evitar ese hecho porque la SEP cometió el error de ocultar la información de los malos antecedentes de ese docente y que motivaron su despido.
Si se han dado de baja a 22 docentes del sistema educativo público tlaxcalteca, cuántos más han sido acusados y reubicados en otras escuelas de la entidad tlaxcalteca y a cuántos más se les ha protegido por parte del SNTE que prefiere cuidar a su miembro que a las jovencitas víctimas de acoso.
Y de esos casos de maestros cesados, todos se habrán limitado al acoso o en alguno se habrá comprobado que el profesor fue más allá y logró un contacto indebido que nunca fue investigado o sancionado por la ley, son preguntas que merecen una respuesta porque es un tema delicado al que me parece no se le está dando la importancia que merece.
El tema del acoso sexual en las escuelas necesita ser puesto sobre la mesa a fin de revisar las leyes y otras normas que seguramente requieren ser actualizadas para garantizar la seguridad, el bienestar y el desarrollo de las alumnas y alumnos.
Fin a especulaciones
Los estridentes comentarios que se han dejado leer y escuchar sobre la salud y trabajo de la gobernadora Lorena Cuéllar han generado más confusión, sin embargo es evidente que la mandataria se encuentra bien y laborando.
El día de ayer, se conoció la noticia de que la gobernadora Lorena Cuéllar participó por primera vez en la Conferencia Internacional del Agua 2023 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se lleva a cabo en Nueva York, del 22 al 24 de marzo del presente año, donde presentó y firmó una serie de compromisos para mitigar la contaminación de la Cuenca Alta en el río Atoyac, que pasa por los estados de Tlaxcala y Puebla.
Sin embargo, diversos medios aprovecharon esta ausencia para desacreditar a la mandataria estatal, ya que le inventaron de todo, situación que contribuyó a la propagación de rumores y hechos que resultan falsos.
Otros más se dedicaron a opinar sobre lo que no tienen ni idea, es decir, afirmaron que la gobernadora debió pedir permiso al Congreso del Estado para ausentarse.
Si ese mercenario metido a analista se hubiera puesto a leer la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Tlaxcala, en lugar de estar recordando las golpizas que ha dado a sus ex esposas, sabría que el artículo 62 señala que, para poder separarse del territorio del Estado por más de quince días, el gobernador deberá solicitar la autorización del Congreso, o en su caso, de la Comisión permanente.
Bueno, es tal la incongruencia de este personaje que en septiembre del 2016 sencillamente se callaba la boca y ocultaba sus sesudas reflexiones porque entonces no veía los abusos y excesos que cometía el gobernador en turno que no era otro más que el hacendado priista Mariano González Zarur.
Cuando el entonces gobernador Mariano González realizó una visita a países como Austria, Italia, España y la República Checa para según los comunicados oficiales “reunirse con empresarios e informar de las bondades del estado”, el sesudo analista acusado de maltratar a su esposa no emitió ningún gruñido y muchos menos una palabra en contra.
De ese viaje y otros más nunca hubo resultados, pero es claro que ese devaluado defensor de la verdad no podía morder la mano de quien les daba de comer, pues además recibían diversas consideraciones como programas en las radios oficiales, camionetas de lujo, entre otras dádivas más.
Hay que reconocer que el hacendado lo tenía bien amaestrado que hasta agua bendita regaban por donde pasaba.
La gobernadora Lorena Cuéllar sabe que no es tiempo de contiendas estériles y de comentarios absurdos.
Ella está dedicada a trabajar en beneficio de los tlaxcaltecas y así lo demuestra cada día.
En este caso, la tan citada frase de Don Quijote de la Mancha a su escudero Sancho encaja a la perfección: “Sancho, dejad que los perros ladren, es señal de que cabalgamos”.
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