Si hay una dependencia estatal que concentra poder y que hasta ahora se ha librado del escrutinio, es la influyente Oficialía Mayor de Gobierno bajó el control del poblano Ramiro Vivanco Chedraui, la cual favorece y asigna los presupuestos millonarios para obra pública y los abultados contratos para los proveedores amigos.

 

 

Desde el gobierno del ex panista Héctor Ortiz Ortiz esa dependencia estatal tuvo un papel importante en los negocios que se hacían bajo el amparo del poder, lo cual cambió un poco cuando el hacendado priista Mariano González Zarur decidió concentrar más poder e influencia, lo cual se mantuvo en la administración del castrado mandatario Marco Antonio Mena Rodríguez que a través de esa área también habría aprovechado para beneficiar a empresarios constructores y prestadores de diferentes servicios.

 

Sin embargo, fue en la pasada legislatura cuando un grupo de diputados locales de Morena encabezados por Ramiro Vivanco propuso a la gobernadora electa Lorena Cuéllar Cisneros reformar la ley para otorgarle más facultades y poder a la Oficialía Mayor de Gobierno, lo cual sucedió bajo el silencio cómplice de todos.

 

Ese cambio pudo ser impugnado porque un legislador como Ramiro Vivanco logró cambiar la ley para beneficiarse con esa reforma porque con el paso de los días terminó convertido en el poderoso, opaco y engreído Oficial Mayor de Gobierno.

 

Por ejemplo, hoy nadie sabe de las 540 obras ejecutadas por el gobierno lorenista cuántas se licitaron y cuántas se asignaron. Nadie conoce a detalle los nombres de las empresas beneficiadas y cuántas de esas son tlaxcaltecas y cuántas son poblanas.

 

Tampoco se sabe si todos los procesos de compras que ha realizado el gobierno del estado han sido por licitación, por asignación o invitación directa. Los nombres de los principales proveedores es un misterio, porque incluso se sabe que aparecen empresas que fueron sancionadas y que no cumplían con los requisitos para ser contratadas por sus pésimos antecedentes.

 

Lo curioso es que los severos críticos del gobierno lorenista no tocan ni con una flor a esa dependencia ni a su titular. Ven fallas y corrupción en la mayoría de los funcionarios estatales, pero jamás hablan o voltean a observar y analizar lo que pasa en la Oficialía Mayor de Gobierno y menos lo que anda haciendo su ladino titular Ramiro Vivanco.

 

No lo cuente en voz alta, pero dicen que el poblano Vivanco Chedraui habría convencido a una triada de “influyentes” diputados locales para proponer y convencer a la gobernadora Lorena Cuéllar de la necesidad de reformar la Ley de Obras Públicas del Estado de Tlaxcala, con el pueril argumento de que esa norma tiene inconsistencias y que es imprecisa.

 

Según los legisladores Bladimir Zainos Flores, Jaciel González Herrera y Ever Alejandro Campech Avela, presidentes de la Mesa Directiva, de la Comisión de Finanzas y Fiscalización y de la Comisión de Puntos Constitucionales, Gobernación y Justicia y Asuntos Políticos, respectivamente, los cambios son urgentes necesarios, sin embargo su intención es aprobar en el corto plazo unas reformas que empoderen aún más a la Oficialía Mayor de Gobierno y a su ambicioso responsable.

 

Para que se dé una idea de lo que le hablo, en la actualidad la Ley de referencia se señala, recurrentemente, como sujetos a la misma a “… las dependencias, entidades y gobiernos municipales…” y, consecuentemente, la generalidad de las disposiciones versa en lo que deben realizar y de lo que han de abstenerse en materia de obra pública y servicios relacionados con la misma.

 

En la propuesta de dictamen con proyecto de Decreto lo que se plantea es cambiar esa expresión de “… las dependencias, entidades y gobiernos municipales…”, por la diversa de “Entes Públicos”, por considerar que esta es más amplía, de modo que abarca a las categorías de dependencias, entidades y gobiernos municipales, además de que incluye también a las entidades paraestatales y a los órganos autónomos.

 

Lo anterior es sólo un ejemplo, pero como ese cambio se proponen otros más que tendrían la finalidad de empoderar más a la Oficialía Mayor de Gobierno.

 

A cambio del esfuerzo de los tres diputados, se dice que éstos serían beneficiados con la asignación de obras a fin de juntar un capital que les permita solventar la campaña de su reelección como legisladores locales.

 

En Nueva Alianza se da como un hecho –según las quejas externadas por J. Carmen Corona y su hija Sandra Corona- la salida de Bladimir Zainos que aunque aún no se confirme ya estaría incrustado en la bancada de Morena. Lo mismo ya habría pasado con el supuesto perredista Ever Alejandro Campech que también habría optado por sumarse al partido guinda fundado por AMLO.

 

Lo anterior se podrá confirmar ahora que se modificó la integración del Comité de Administración del Congreso del Estado, pues en el documento oficial deberá ponerse los nombres de los diputados que lo conforman y las bancadas que representan.

 

Si aparece Zainos y Campech como miembros de Nueva Alianza y el PRD, respectivamente, quedará claro que no brincaron a Morena y que intentarán la reelección sin el aval de la gobernadora Cuéllar, pero si sus nombres son omitidos y no se precisa a qué partido representan evidenciarán que en febrero renunciaron a sus institutos políticos y que ahora pertenecen al partido de la Cuarta Transformación.

 

Empoderar más a la opaca Oficialía Mayor de Gobierno me parece que es un error y más cuando esa dependencia pronto empezará a enfrentar observaciones millonarias de la Auditoría Superior de la Federación, pues es una de las dependencia estatales que más dinero maneja y dispone sin que exista la certeza de que sus movimientos se han llevado a cabo con toda la pulcritud debida.

 

Veremos si Ramiro Vivanco en complicidad con su traída logra el objetivo de tener más poder.

 

 

 

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