Es más probable que el PRI en Tlaxcala se fracture aún más y llegue minado a las elecciones del 2024 que en los siguientes meses logre unificarse y sanar las heridas que provocó la imposición de Anabell Ávalos Zempoalteca como líder del ex partidazo.

 

La ex candidata a la gubernatura del estado ha fracasado porque no ha logrado la unidad de los grupos y liderazgos del partido y porque después de cuatro meses como dirigente estatal, el PRI sigue sumido en las preferencias electorales al grado que en más de 100 días no ha podido subir el porcentaje de su intención de voto, como si los ciudadanos tlaxcaltecas estuvieran convencidos que el ex partidazo se encuentra moribundo y sin capacidad para enfrentar los retos del futuro.

 

La ex alcaldesa capitalina no perdía la oportunidad de resaltar la unidad y el relanzamiento del tricolor, sin embargo tuvo que venir Mariano González Aguirre, el hijo del ex gobernador Mariano González Zarur, para evidenciar y tacharla de mentirosa.

 

En una entrevista ofrecida en Apizaco, el diputado federal declaró que “no ve que estén integrados todos los equipos en torno a la dirigencia del PRI, ni tampoco veo que se esté haciendo un trabajo con la base, no se está viendo un cambio en la forma de trabajar y en la forma de visitar a los municipios”.

 

Lamentó que Anabell Ávalos no trabaje con la base del partido, la cual es fundamental para alcanzar y lograr triunfos electorales, de ahí que de mantenerse esa actitud es probable que el PRI vaya encaminado a tener un rotundo fracaso en los comicios de siguiente año en que será electo el presidente de México, senadores, diputados federales y locales, así como alcaldes y presidentes de comunidad.

 

La actitud de González Aguirre pudiera entenderse porque él pretendía la dirigencia del PRI en Tlaxcala y la candidatura al Senado, pero sus propósitos fueron desechados tras la oportunista negociación que llevaron a cabo la senadora y ex gobernadora de Tlaxcala Beatriz Paredes Rangel y el líder nacional del tricolor, Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, la cual derivó en la imposición de Anabell Ávalos como dirigente en la entidad, decisión que fue rechazada por la auténtica militancia y los verdaderos liderazgos que se sintió traicionada.

 

Mientras la ex alcaldesa capitalina se rodeó de su desgastado grupo político, más los beatricistas y los ex orticistas, los verdaderos priistas empezaron a ser buscados por el ex gobernador perredista y hoy morenista Alfonso Sánchez Anaya para armar una red de apoyo y trabajo a favor de su hijo Alfonso Sánchez García, actual secretario de Infraestructura en la administración lorenista, para que éste logre la candidatura al Senado y después comience su trabajo para la gubernatura en el 2027.

 

Sólo habría que preguntar cuántos ex alcaldes y presidentes municipales en funciones le han organizado reuniones a Alfonso Sánchez y cuántos darán a conocer su renuncia al PRI para sumarse al proyecto de Morena.

 

Lamentablemente, Anabell Ávalos se niega a ver la realidad y aceptar que su dirigencia es un fracaso porque no podrá revivir al PRI. Ante las críticas de su “ex amigo” el junior Mariano González sólo se limitó a decir que será respetuosa de las expresiones y negó que no se esté trabajando para reposicionar al partido.

 

Me parece que el PRI es un partido que hoy carece de personalidad, liderazgo y sobre todo de una veraz actitud opositora. Sus dirigentes se creen sus mentiras y piensan que generando programas de gestión social como “PRImero Tlaxcala” podrán recuperar la aceptación de los tlaxcaltecas.

 

Su dizque programa tiene la intención de ayudar a mejorar la calidad de vida de las y los tlaxcaltecas a través de los componentes de alimentación, educación, salud y seguridad humana, agua, vivienda, inclusión productiva y financiera. Buscarán que los ciudadanos puedan acceder a los diferentes tipos de apoyos subsidiados a través de los programas que ofrece el partido.

 

Obviamente nunca dieron a conocer el monto económico que supuestamente destinarán a ese programa y de dónde se obtendrán esos fondos, pero la cifra ha de resultar ridícula si se compara con la inversión que hoy en día realizan los gobierno federal y estatal para atender la pobreza y la marginación en Tlaxcala.

 

Tan sólo la Secretaría de Bienestar del gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros alcanzará en los próximos meses una atención de casi 200 mil tlaxcaltecas a través de 13 programas sociales, cantidad que se suma a los casi 500 mil tlaxcaltecas que reciben algún apoyo o beneficio de la administración federal que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.

 

La crisis en el PRI de Tlaxcala es más grave de lo que se ve.

 

Lo que es un hecho es que Anabell Ávalos no está siendo la solución que se andaba buscando para tratar de revivir al ex partidazo que cada día se desmorona más.

 

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